Toda sociedad regula las actividades reproductoras de sus adultos sexualmente maduros. Una manera de hacerlo consiste en establecer reglas que definen las condiciones en que las relaciones sexuales, el embarazo, el nacimiento y la cría de los hijos son permisibles y que asignan privilegios y deberes en relación con estas condiciones. Cada sociedad tiene su propia combinación, a veces única, de reglas y de reglas para la transgresión de reglas en este campo. Sería un ejercicio bastante inútil tratar de definir el matrimonio con respecto a algún ingrediente de estas reglas —como la legitimación de los hijos—, aun cuando se pudiera demostrar que tal ingrediente es universal. Esta tesis se puede ilustrar enumerando algunas de las funciones reguladoras que son variables y están asociadas a instituciones identificadas generalmente como «matrimonio». La siguiente lista incorpora las sugerencias de Edmund Leach (1968). El matrimonio a veces:
Como subraya Leach, esta lista podría ampliarse, pero la cuestión radica en «que en ninguna sociedad el matrimonio puede servir para establecer simultáneamente todos estos tipos derechos, ni ninguno de estos derechos se establece siempre gracias al matrimonio en todas las sociedades conocidas». (Leach, 1968:76).