La familia extensa

En una proporción importante de las sociedades estudiadas por los antropólogos, la vida doméstica está dominada por agrupamientos más amplios que las familias nucleares o polígamas. Probablemente, la mayor parte de las culturas contemporáneas todavía realiza sus rutinas domésticas en el contexto de alguna modalidad de familia extensa, es decir, un grupo doméstico integrado por germanos, sus cónyuges y sus hijos y/o padres e hijos casados. También las familias extensas pueden ser poligínicas. Por ejemplo, una modalidad de familia extensa frecuente en África consiste en dos o más hermanos, cada uno de ellos con dos o tres esposas, que viven con sus hijos adultos, y estos, con una o dos esposas. Entre los bathonga del sur de Mozambique, la vida doméstica estaba bajo el control de los varones de más edad de la primera generación de una familia extensa poligínica. Estos prestigiosos y poderosos hombres formaban algo así como el consejo de administración de una empresa de tipo familiar. Eran responsables de tomar decisiones sobre las posesiones en tierra, ganado y edificios del grupo doméstico; organizaban el esfuerzo de subsistencia de la mano de obra de los corresidentes, especialmente de las mujeres y niños, asignándoles campos, cultivos y trabajos estacionales; trataban de incrementar el tamaño de sus rebaños de ganado vacuno y las provisiones de alimentos y cerveza, obtener más esposas y acrecentar el tamaño y fuerza de toda la unidad. Los hermanos más jóvenes, los hijos y los nietos de las familias extensas bathonga alcanzaban la madurez, se casaban, construían sus chozas, realizaban tareas de subsistencia y tenían hijos sólo como miembros del grupo más extenso, siempre sometidos a los principios y prioridades que establecían los varones adultos. Dentro de las unidades domésticas bathonga no había en realidad ninguna unidad equivalente a una familia nuclear, y esto vale para las familias extensas de muchas culturas, sean monógamas o polígamas.

En las familias extensas tradicionales de China, por ejemplo, el matrimonio es normalmente monógamo. Una pareja de más edad administra la mano de obra doméstica y concierta los matrimonios. Las mujeres traídas a la unidad doméstica como esposas para los hijos de la pareja de más edad están bajo el control directo de la suegra, quien supervisa la limpieza, la cocina y la crianza de los hijos. Cuando hay varias nueras, a menudo se turnan en las faenas de la cocina, de tal modo que se puede enviar el máximo contingente de productores domésticos a trabajar en los campos familiares (Myron Cohén, 1976). El grado en que estas prácticas sumergen y eclipsan a la familia nuclear se pone de relieve en una antigua costumbre de algunas unidades domésticas taiwanesas: «adoptar una hija; casarse con una hermana». Para hacerse con el control sobre la esposa de su hijo, la pareja de más edad adopta una hija. Introducen a esta muchacha en la unidad doméstica cuando es muy joven y la adiestran para que sea trabajadora y obediente. Después obligan a su hijo a casarse con esta hermanastra, impidiendo así la formación de una familia nuclear económicamente independiente dentro de su seno y acatando al mismo tiempo las prohibiciones del incesto socialmente impuestas (A. Wolf, 1968).

Entre los rajputs del norte de la India, las familias extensas toman medidas no menos severas para mantener la subordinación de cada pareja casada. A un joven y a su esposa se les prohíbe incluso hablar entre sí en presencia de personas mayores, lo que significa que «sólo pueden conversar subrepticiamente por la noche». (Minturn y Hitchcock, 1963:241). En este caso, el marido no debe mostrar un interés manifiesto por el bienestar de su esposa; si esta se encuentra enferma, incumbe a su suegra o suegro cuidar de ella. «La madre alimenta a su hijo, incluso después de casado…, dirige la familia todo el tiempo que desee asumir tal responsabilidad».

Un comentario irónico de Max Gluckman sobre los barotse de Zambia nos puede servir como un último ejemplo sobre el modo en que las familias extensas modifican la familia nuclear: «Si un hombre muestra demasiada devoción por su esposa, se supone que es víctima de brujería». (1955:60).

¿Por qué tienen tantas sociedades familias extensas? Probablemente, porque muchas veces las familias nucleares no disponen de suficiente mano de obra masculina y femenina para desempeñar con eficacia las tareas domésticas y de subsistencia. Las familias extensas proporcionan un mayor contingente de mano de obra y pueden realizar una gran variedad de actividades simultáneamente (Pasternak, Ember y Ember, 1976).