A continuación debemos considerar si la fórmula padre-madre-hijos tiene el mismo significado funcional cuando el padre o la madre están casados y viven simultáneamente con más de un cónyuge. Esta es una cuestión importante porque el matrimonio plural —la poligamia— se da en alguna medida, como mínimo, en el 90 por ciento de todas las culturas.
En una forma, llamada poliginia, el marido es compartido por varias esposas; y en otra forma, mucho menos común, denominada poliandria, la esposa es compartida por varios maridos (discutiremos las razones de la existencia de ambas en el Capítulo 8). ¿Cabe hablar de familia nuclear cuando hay varios maridos o esposas? Según G. P. Murdock, las familias nucleares existen en tales situaciones. Sencillamente, el hombre o la mujer pertenecen simultáneamente a más de una familia nuclear. Pero esto pasa por alto el hecho de que los matrimonios plurales crean situaciones domésticas que son, desde los puntos de vista conductual o mental, muy diferentes de las creadas por los matrimonios monógamos (un marido, una esposa).
Las instituciones sexuales polígamas, por ejemplo, difieren radicalmente de las características de los matrimonios monógamos. El modo de reproducción también es diferente, especialmente en el caso de la poliginia, porque es más fácil controlar el espaciamiento de los nacimientos cuando los maridos poseen varias esposas. También surgen pautas distintivas de lactancia y cuidado de las criaturas cuando la madre duerme sola con sus hijos, mientras el padre lo hace con una esposa diferente cada noche (véase Cap. 14. Educación infantil y personalidad). Desde el punto de vista de la crianza de los hijos, el hecho de que el padre divida su tiempo entre varias mujeres y se relacione con sus hijos a través de una jerarquía de esposas produce efectos psicológicos especiales. La familia nuclear y monógama norteamericana sitúa el centro de atención de los adultos en un pequeño grupo de germanos[13] (siblings).
En una unidad doméstica polígina, una docena o más de semigermanos debe compartir el afecto del mismo hombre.
Además, la presencia de coesposas o comaridos altera el peso del cuidado de los niños que incumbe a un progenitor en concreto. Por ejemplo, los padres norteamericanos tienen que afrontar el problema de qué hacer con los hijos cuando ambos se encuentran ocupados trabajando o visitando a los amigos. La familia polígina, en cambio, lleva una solución incorporada al problema del cuidado de los niños en la existencia de coesposas.
Finalmente, si pasamos a las funciones económicas, la unidad económica mínima de tipo polígamo frecuentemente se compone del grupo de producción formado por la totalidad de los corresidentes y no de una serie de parejas diferentes formadas por marido y esposa. Por ejemplo, bajo la poliginia, una sola esposa a menudo no puede realizar satisfactoriamente todas las tareas domésticas: lactancia, cuidar la casa, limpiarla, ir a buscar agua, cocinar, etc. En las sociedades poligínicas, una de las principales motivaciones para tomar una segunda esposa es la de repartir el peso del trabajo e incrementar el output doméstico. Es muy discutible, por tanto, que las familias nucleares en contextos domésticos monógamos sean equiparables a las fórmulas marido-esposa-hijos insertas en unidades domésticas polígamas.