Con la aparición del Homo sapiens, la relación entre evolución cultural y biológica sufrió un profundo cambio. Durante los últimos 100.000 años el tamaño del cerebro humano no ha aumentado (¡de hecho, ha disminuido algo!). Sin embargo, la complejidad y velocidad de cambio de los sistemas socioculturales humanos se ha incrementado en muchos órdenes de magnitud. Este hecho deja claro que para comprender los últimos 100.000 años de evolución de la cultura, deben destacarse fundamentalmente los procesos que son distintivos de la cultura. La selección natural y la evolución orgánica se encuentran en la base de la cultura; pero una vez que la capacidad para la cultura se desarrolló completamente, un vasto número de diferencias y semejanzas culturales pudo surgir y desaparecer de forma completamente independiente de cambios en los genotipos.