El desarrollo de tradiciones de fabricación y utilización de utensilios sería de gran valor para cualquier especie inteligente. ¿Por qué entonces estas tradiciones han permanecido tan rudimentarias entre todas las especies excepto para nosotros y para nuestros antepasados inmediatos? La respuesta tiene que ver con la necesidad de combinar una inteligencia avanzada con una configuración apropiada de las extremidades, los dedos y los pulgares.
Aunque los primates son lo bastante «inteligentes» como para utilizar utensilios, su anatomía y modo normal de existencia les impiden desarrollar amplias tradiciones de utilización de utensilios. Entre los monos y los simios, la utilización de la mano para el manejo de utensilios no ha sido muy frecuente por la necesidad de usar las extremidades anteriores para caminar y trepar. Por eso, probablemente, la conducta de utilización de utensilios más común entre las diversas especies diferentes de monos y simios consiste en repeler a los intrusos con una barrera de nueces, piñas, ramas, frutos, excrementos o piedras. Arrojar estos objetos sólo requiere una pérdida momentánea de la capacidad para correr o trepar si el peligro amenaza.