La evolución del aprendizaje

Aunque para los organismos resulta muy útil estar equipados con un programa específico de respuestas de conducta de la especie, codificado en sus genes, hay otro tipo de conducta que tiene ciertas ventajas sobre la programación genética. Es la conducta programada como resultado del aprendizaje. El aprendizaje permite a los organismos adaptarse y obtener la ventaja más efectiva que proporciona una variedad de oportunidades más amplia, para lograr un éxito reproductor, que la que es posible a través de la programación genética. Por ejemplo, las gaviotas aprenden a reconocer y a seguir a los barcos de pesca, y aprenden a localizar restaurantes de comida rápida, basureros y otras fuentes de desperdicios, y por eso las gaviotas han ampliado en gran medida su eficacia biológica sin cambiar su genotipo, como se indica esquemáticamente en la siguiente secuencia:

De hecho, podría decirse que es esencial para la eficacia biológica de las gaviotas que la adquisición de estas nuevas respuestas de conducta no esté ligada a variaciones en el genotipo. Una gaviota programada genéticamente para permanecer sobre la línea de costa no sería capaz de aprovechar las oportunidades que presenta seguir a los barcos de pesca hasta el mar. O esperar a que los dueños de McDonald’s tiren sus patatas fritas en el embarcadero.

La capacidad para aprender ha sido seleccionada en muchas especies animales superiores precisamente porque el aprendizaje es un método más flexible y rápido de obtener un éxito reproductor que la evolución genética. El aprendizaje permite a una población adaptarse u obtener ventaja de las nuevas oportunidades en una única generación, sin tener que esperar la aparición y desarrollo de mutaciones genéticas.