Esa misma tarde, los musulmanes de Granada emitieron un comunicado que firmaba el emir Abdul Hamid Roselló, presidente de la comunidad islámica, español converso al islam y máximo representante de los creyentes de la ciudad.
«Ante la trágica situación creada con la ocupación de la Alcazaba», querían hacer saber lo siguiente:
1.º Que ellos no tenían nada que ver con tal acción y manifestaban su repudio a la ocupación de la Alcazaba. Estaban en contra de cualquier acto que implicase violencia por motivos religiosos o políticos.
2.º Que colectivamente se sentían solidarios con el noble pueblo de Granada, del que formaban parte desde siglos, y esperaban que todo se resolviera de forma pacífica en el espíritu de concordia que el auténtico islam preconiza.
3.º En este sentido, ofrecían su colaboración a las autoridades legítimas para todo lo que pudiera contribuir a solucionar el grave problema creado en la Alcazaba.
4.º Que orgullosos del legado histórico y cultural de Granada, y de la tradición de sus antepasados de Al Ándalus, no podían dejar de aprovechar la ocasión de recordar sus justas reivindicaciones, que se remontaban a los acuerdos de las capitulaciones de Granada cuando la ciudad fue tomada por los cristianos. Como era bien sabido por los historiadores, cuando se produjo la cesión de la soberanía del reino nazarí a los Reyes Católicos, estos reconocieron unos derechos y libertades muy amplios a la población musulmana que no se cumplieron, y causaron la ruina de los moriscos, perseguidos y expulsados tras ser reprimidos y diezmados con las armas.
«En consecuencia —terminaba el escrito—, los musulmanes españoles exigen, con el debido respeto a las leyes vigentes, que esas libertades se restituyan, amparándose en el marco democrático actual del Estado español. Esto implica el respeto a la libertad de enseñanza y culto, lo que conlleva el derecho a juzgar los asuntos internos del pueblo musulmán creyente de acuerdo a la sharia o ley islámica. Han pasado los tiempos de imponer el mismo rasero a la sociedad en lo referente a la fe religiosa. Tenemos que recuperar el orgullo de esos ochocientos años del islam en Al Ándalus.
»Allahu Akbar. Que Dios sea con todos».