Notas capítulo 5

[1] El texto de la Constitución, en el artículo 62, atribuye al Rey entre diez funciones la de «convocar y disolver las Cortes generales y convocar elecciones generales en los términos previstos en la Constitución», pero es un infinitivo preceptivo; un deber, no un derecho u opción facultativa, y por ello le remite a atenerse a «los términos previstos en la Constitución». Términos que se indican en el artículo 115, donde se dice expresamente que la propuesta de disolver el Congreso o el Senado o las Cortes generales «será adoptada» por el presidente del Gobierno «bajo su exclusiva responsabilidad» y «será decretada por el Rey», donde se emplea la locución verbal como una decisión obligante para el monarca. «Se redactó así —explicó a la autora José Pedro Pérez-Llorca, prestigioso jurista y uno de los siete padres constituyentes— precisamente para evitar un riesgo de borboneo. La Constitución de 1876 daba al Rey dos facultades omnímodas: la de nombrar y cesar al jefe del Gobierno, a quien quisiera y cuando quisiera; y la de disolver las Cortes, también cuando él quisiera. Por eso, y con la advertencia de la historia, al elaborar la Constitución de 1978 este asunto lo estudiamos y tasamos con mucho cuidado, con mucho rigor, precisamente para evitar veleidades del monarca de turno». <<

[2] Escena y diálogos relatados en su día por Adolfo Suárez a su cuñado Aurelio Delgado y a su amigo Antonio Navalón; y ambos, en momentos distintos, a la autora. La expresión «uno de los dos sobra en este país» o «uno de los dos está de más en este país. Y, como comprenderás, yo no pienso abdicar» también la conoció Jaime Lamo de Espinosa por el propio Adolfo Suárez. Asimismo, supo de esta discusión, y se la confirmó a la autora, Ignacio (Paddy) Gómez-Acebo. <<

[3] Adolfo Suárez a la autora. <<

[4] Pilar Urbano, «Felipe y la Corona», en Hilo Directo, ABC, 10 de julio de 1980. <<

[5] Ibídem. <<

[6] Relato completo del suceso por Aurelio Delgado a la autora. Relato de algunos pasajes por Agustín Rodríguez Sahagún a la autora. Véase también Luis Herrero, en Los que le llamábamos Adolfo, La Esfera de los Libros, Madrid, 2008. <<

[7] Fuentes, Adolfo Suárez…, ob. cit., p. 376. <<

[8] José Pedro Pérez-Llorca a la autora, conversaciones del 28 de junio y del 20 de septiembre de 2005. <<

[9] Confirmado por Javier Rupérez y Rafael Arias-Salgado a la autora. <<

[10] José Pedro Pérez-Llorca a la autora. <<

[11] Entre ellos, los hermanos Landaluce; el conde de Mayalde; Pablo Garnica; Jaime Carvajal y Urquijo; Juan Herrera, marqués de la Viesca; el conde de la Maza; Hilda, duquesa de Montellanos y una de las mejores escopetas de España; además de algunos parientes del Rey que le habían invitado a él en otras ocasiones, como Miguel Corsini Freese, el príncipe Ludwig von Baden y Carlos, duque de Calabria. <<

[12] Texto de apoyo con datos de la memoria oficial de la montería, organizada por el Ministerio de Agricultura en una finca del Icona, y en nombre del Rey, para los días 23 y 24 de enero de 1981 en el monte del Estado Lugar Nuevo, del término municipal de Andújar, en la provincia de Jaén. Facilitado a la autora por el ministro de Agricultura, Jaime Lamo de Espinosa y por el director general del Icona José Lara Alén. <<

[13] Se han relatado diversas versiones de esta «encerrona regia» a Suárez, con varios altos mandos militares que se presentaron por sorpresa en La Zarzuela. Las diferencias son meramente circunstanciales: si fue el 23 o el 24 de enero; si cenando, almorzando o en una reunión informativa. La primera, muy detallada y dramática, con algún ingrediente rocambolesco, la publicó en 1982 Antonio Izquierdo, director de El Alcázar. Otra fue narrada por el teniente general Merry Gordon —presente en la escena: él sacó la pistola— y recogida por personas de su entorno, que la dieron a conocer través de Internet. En noviembre de 2013 aún permanecía accesible en la Red, en la website dedicada al teniente general Pedro Merry Gordon. La tercera versión es la que el propio Adolfo Suárez refirió al cardenal Vicente Enrique y Tarancón, en días muy próximos al suceso. Transcurridos unos años, el cardenal la relató durante una tertulia coloquio sobre la Transición, con estudiantes de la residencia Azorín que dirigía Manuel Unciti, periodista y sacerdote de las Misiones Pontificias, en un chalé de la calle Rosa Jardón de Madrid. Ésta fue la que publicó Abel Hernández en su libro El quinto poder, Temas de Hoy, Madrid, 1995. Recientemente, el 26 de octubre de 2013, Abel Hernández confirmó a la autora la autenticidad del relato que el cardenal Tarancón había recibido de Adolfo Suárez, en charla amistosa personal: «Y aún conservo la transcripción con pelos y señales del relato del cardenal Tarancón, que en su día me envió por fax, lo que usábamos antes del e-mail, el padre Manuel Unciti, director de la residencia y testigo de la tertulia del cardenal».

Por otra parte, la autora recabó información sobre el doble episodio, la montería interrumpida y la visita intempestiva de generales en La Zarzuela, buscando fuentes que lo hubiesen sabido directamente por el Rey o por Suárez. Y obtuvo el minucioso relato que Adolfo Suárez hizo a Jaime Lamo de Espinosa, responsable —como ministro de Agricultura— del Icona y del coto de Lugar Nuevo cuando ocurrieron los hechos. «Suárez me contó sin prisas y deteniéndose en el pormenor, la escena en Zarzuela con el Rey, y a solas con los generales», dijo Lamo de Espinosa a la autora. Y agregó que tenía «otras dos fuentes absolutamente incontestables» que reafirmaron el hecho. Conversaciones con Jaime Lamo de Espinosa los días 9 de diciembre de 2005 y 6 de marzo de 2006, en su despacho de Paseo de Moret 7, de Madrid.

Confirmó también el episodio, tanto en lo referente al escenario de la montería y la marcha intempestiva del Rey en helicóptero, como en lo relativo a la inesperada visita de los generales en La Zarzuela, Paddy Gómez-Acebo, que lo escuchó directamente del Rey, su amigo y concuñado. Gómez-Acebo concluía así su evocación, hablando con la autora: «El Rey introduce a Suárez en la habitación donde esperan los generales. Cierra la puerta y él se queda fuera. ¿No es eso una encerrona en toda regla? En mi opinión, Suárez sale de ahí moralmente dimitido, y no por los generales, sino por la actitud del Rey». Conversación con Ignacio Gómez-Acebo en su despacho de las Torres KIO, en diciembre de 2005.

Acerca de la montería en Lugar Nuevo, con todos sus pormenores logísticos, hasta el aviso telefónico y la partida urgente del Rey en helicóptero, informó a la autora el director general del Icona José Lara Alén, que organizó la montería y fue testigo de la llamada desde La Zarzuela y la marcha del Rey.

Finalmente, sobre la visita inesperada de los generales a La Zarzuela, la autora habló también con Adolfo Suárez Illana. A partir de cierto momento, su padre le contó cómo fueron, de verdad, los episodios más controvertidos de su actividad política y cómo se portó cada personaje mientras él protagonizaba la vida pública española: «Tú, Pilar, has conocido a mi padre. Y sabes cómo reaccionaba él ante una presión de ese tipo… Él no se quedaba reunido con unos jefes militares a los que no había convocado, ni para escucharlos, ni para nada. “Yo hablo con el Rey —decía—; y si estos generales quieren decirme algo, que pidan audiencia, y se les dará día y hora en mi despacho de Presidencia del Gobierno”». <<

[14] Melià, Así cayó…, ob. cit., p. 23 <<

[15] Rafael Arias-Salgado a la autora, y Adolfo Suárez González a la autora. <<

[16] Rafael Arias-Salgado a la autora. <<

[17] Melià, Así cayó…, ob. cit., 1981, p. 26. <<

[18] Abella, Adolfo Suárez…, ob. cit., y Melià, Así cayó…, ob. cit., aseguran que comieron juntos; sin embargo, Leopoldo Calvo-Sotelo en su Memoria viva…, ob. cit., dice que no, que se disculpó, que tenía otro compromiso. No resulta muy creíble que el compromiso de Calvo-Sotelo fuese superior al de comer con el presidente del Gobierno el día en que le está anticipando su dimisión y su posible candidatura como sucesor. Posiblemente, Leopoldo no quiso poner por escrito que, cuando por la tarde fue a despachar con el Rey, ya conocía su candidatura in péctore. <<

[19] Pilar Urbano, «Suárez abre los caminos de retorno», en Hilo Directo, ABC, 1 de febrero de 1981. <<

[20] Melià, Así cayó…, ob. cit., pp. 66-72. <<

[21] Rodolfo Martín Villa, en Al servicio…, ob. cit., p. 116, le atribuyó la expresión «el tema militar os lo dejo resuelto»; pero varios años después, en 2013, comentó a la autora que, reflexionando a posteriori sobre esa frase, él creía recordar que Suárez dijo algo más vago: «El tema militar os lo dejo por lo menos encauzado y tranquilo». <<

[22] El Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH) se creó el 28 de diciembre de 1981, gobernando ya Calvo-Sotelo, pasando al Ministerio de Industria y Energía la actividad pública de hidrocarburos —toda la gestión relacionada con petróleos, petroquímica y gas— que realizaba el INI. La reorganización de la industria pesada española —que era prácticamente estatal— era una medida de reacción ante la segunda crisis del petróleo. <<

[23] Rafael Arias-Salgado a la autora <<

[24] Ibídem. <<

[25] Información coincidente de diversas fuentes: Josep Melià, Aurelio Delgado, Andrés Cassinello, Pablo Castellano (PSOE), Jaime Lamo de Espinosa y Salvador Sánchez-Terán. Véanse los pormenores en Melià, Así cayó…, ob. cit., pp. 81-84; Pilar Urbano, «Felipe a la espera» y «El gesto ético», en Hilo Directo, ABC, 28 y 30 de enero de 1981 respectivamente; y explicaciones del ministro de Transportes José Luis Álvarez. <<

[26] Jaime Lamo de Espinosa a la autora. <<

[27] «José Luis Álvarez era contrario a la continuidad de Suárez. Estaba en contra de Suárez y en la Operación Armada», ibídem. <<

[28] «Comunicado del PSC-PSOE», en ABC, 31 de enero de 1981, p. 8. <<

[29] «Patronal catalana: “El continuismo debe ser rechazado”», en ABC, 31 de enero de 1981, p. 8. <<

[30] «Fuertes presiones influyeron en la decisión del presidente Suárez de presentar su dimisión irrevocable», en El País, 30 de enero de 1981. <<

[31] Relato de Sabino Fernández Campo a la autora; véanse también Soriano, Sabino Fernández Campo…, ob. cit.; Hernández, Suárez y el Rey…, ob. cit., pp. 1-2; y Fuentes, Adolfo Suárez…, ob. cit., pp. 384-385. <<

[32] Algún tiempo después, el Rey comentó con su amigo Jaime de Carvajal y Urquijo ciertos detalles de la escena de la dimisión de Suárez, tal como fue en La Zarzuela. Con fecha de 21 de octubre de 1982, Carvajal anotó en su diario: «La entrevista se desarrolló de una manera bastante fría, actuando el Rey, según sus propias palabras, como “jefe de Estado, y no como amigo”, lo que al parecer molestó a Adolfo». <<

[33] Relato de Sabino Fernández Campo a la autora. <<

[34] Ibídem. <<

[35] Jaime Carvajal y Urquijo, diario manuscrito, anotación del día 21 de octubre de 1982. <<

[36] Soriano, Sabino Fernández Campo…, ob. cit., pp. 374, 376-377, 380. <<

[37] Rafael Arias-Salgado a la autora. <<

[38] Jaime Lamo de Espinosa a la autora. <<

[39] Ibídem. <<

[40] Ibíd. <<

[41] Adolfo Suárez González a la autora. Esa conversación con el Rey fue poco después de que ETA lograra burlar la seguridad de La Moncloa, instalando una tanqueta lanzagranadas frente a las ventanas del despacho de Suárez, que además fue activada y lanzó su explosivo. <<

[42] Adolfo Suárez a Eduardo Navarro, y éste a la autora; también Adolfo Suárez a la autora. <<

[43] Agustín Rodríguez Sahagún a la autora. En esa misma conversación, Rodríguez Sahagún informó también de una fase anterior: cuando Suárez le preguntó si aceptaría ser presidente ad tempus, mientras él se retiraba con idea de volver transcurrido un plazo. Sólo a un gran amigo se le podía pedir esa disponibilidad. Agustín le dijo que sí ambas veces. Pero luego la decisión de dimitir de Suárez fue radical y sin retorno. <<

[44] Relato de Pérez-Llorca a la autora. <<

[45] Herrero de Miñón, Memorias, ob. cit., pp. 233-235. <<

[46] Óscar Alzaga, Luis de Grandes, Miguel Herrero de Miñón, Antonio Fontán, Fernando Álvarez de Miranda, Ignacio Camuñas y Álvaro Alonso Castrillo. <<

[47] Relatos de Rafael Arias-Salgado, José Pedro Pérez-Llorca, Agustín Rodríguez Sahagún y Leopoldo Calvo-Sotelo a la autora. Véase también Melià, Así cayó…, ob. cit. <<

[48] Relato de Ignacio Gómez-Acebo a la autora. <<

[49] Sabino Fernández Campo a la autora. <<

[50] Adolfo Suárez a Eduardo Navarro Álvarez, y éste a la autora. <<

[51] José Pedro Pérez-Llorca a la autora. <<

[52] José Manuel Otero Novas a la autora. <<

[53] Ibídem. <<

[54] Eduardo Navarro Álvarez a la autora. <<

[55] Confirmado a la autora por Rafael Arias-Salgado y por Sabino Fernández Campo. <<

[56] Interesante reflexión de Hans Magnus Enzensberger, «Los héroes de la retirada», en El País, 26 de diciembre de 1989. <<

[57] Se lee con deleite el irónico y lúcido análisis del discurso de Adolfo Suárez del 29 de enero de 1981, que Gregorio Morán hace en Adolfo Suárez…, ob. cit., pp. 281-282. <<

[58] Rodolfo Martín Villa y Rafael Arias-Salgado a la autora. <<

[59] Santiago Carrillo, «Si Calvo-Sotelo sustituye a Suárez, el PCE le hará la vida imposible», en El País, 31 de enero de 1981. <<

[60] Felipe González, «Creo y espero que La Zarzuela no haya intervenido en esta crisis», en El País, 30 de enero de 1981. <<

[61] Melià, Así cayó…, ob. cit., pp. 151-156. <<

[62] «Felipe González se ofrece al Rey para intentar la formación de un Gobierno en torno al PSOE», en El País, 31 de enero de 1981. <<

[63] Ibídem. <<

[64] Información del general Carlos Alvarado. Véanse Palacios, 23-F…, ob. cit., p. 201; y Medina, Memoria oculta…, ob. cit., p. 410. <<

[65] Sabino Fernández Campo a la autora, conversaciones en el club social del Centro Colón; el mismo relato fue repetido el 4 de mayo y el 23 de junio de 2005. <<

[66] Estas frases las dijo el ex general Armada a la autora en dos largas conversaciones telefónicas, mantenidas los días 20 de junio y 13 de julio de 2005, estando él en Galicia, en su Pazo de Santa Cruz de Ribadulla. Asimismo se expresó en otras ocasiones, por ejemplo, en la entrevista que recoge Palacios en su libro 23-F…, ob. cit, p. 285: «Conté al Rey todas las reuniones con Milans. Con todo detalle. Le hablé siempre de mis conversaciones con Milans y con todos los contactos que tuve con otros militares y políticos. […] Mi papel fue siempre como receptor. Oír para contárselo al Rey». <<

[67] Años después, de un modo fortuito, descubrió ese lugar Leopoldo Calvo-Sotelo. Viajando con su mujer, se detuvieron a comer en San Carlos de la Rápita, y el dueño del bar quiso enseñarles «un lugar histórico: mi comedor, donde se reunían Milans y Armada». Véase Prego, Presidentes…, ob. cit., pp. 146-147. <<

[68] Armada, Al servicio…, ob. cit., pp. 232-233. <<

[69] Medina, Memoria oculta…, ob. cit., p. 414. <<

[70] Preston, Juan Carlos…, ob. cit., p. 509; José Antich, El virrey…, ob. cit., p. 82; José Oneto, La verdad sobre el caso Tejero: el proceso del siglo, Planeta, Barcelona, 1982, p. XIV. <<

[71] Prieto y Barbería, El enigma…, ob. cit., p. 123; Preston, Juan Carlos…, ob. cit., p. 625, n. 35, cita a diversos autores que refieren el mismo episodio. <<

[72] Emilio Romero, «Las tertulias de Madrid», en ABC, 31 de enero de 1981, p. 3. <<

[73] Crónicas de Pilar Urbano, enviada especial, «El Rey en el País Vasco y el País Vasco con el Rey»; «Vivan los Reyes valientes»; «Reinar en el País Vasco», en ABC, 4, 5 y 6 de febrero de 1981. <<

[74] «Reventós y Benegas sugirieron al Rey la formación de un Gobierno en torno al PSOE», en El País, 7 de febrero de 1981. <<

[75] Armada, Al servicio…, ob. cit., pp. 233-234. <<

[76] Autor, «Título artículo», en ABC, 31 de enero de 1981, p. 8. <<

[77] Así lo relató años después Sabino Fernández Campo a la autora. Véase también Soriano, Sabino Fernández Campo…, ob. cit., pp. 367-368. <<

[78] Armada, Al servicio…, ob. cit., p. 234. <<

[79] Joan Garcés, Soberanos e intervenidos: estrategias globales, americanos y españoles, Siglo XXI, Madrid, p. 197; también Frankfurter Allgemeine Zeitung, 19 de febrero de 1981, p. 1. <<

[80] Preston, Juan Carlos…, ob. cit., p. 511, da noticia de esa cena de Armada y Todman en Logroño, pero confunde las fechas: fue la noche del 12 y él la sitúa la del 13. <<

[81] Ibídem, p. 510, citando a varios autores, si bien fue Sabino quien mejor pudo conocer esa conversación de dos, contada por el propio Rey. <<

[82] Sabino Fernández Campo a la autora. Sabino, además de estar puntualmente al tanto de la Operación Armada desde sus inicios en julio de 1980, como se ha relatado en el capítulo 4 de esta obra, conoció el documento apócrifo que los coroneles José Ignacio San Martín y José Ramón Pardo de Santayana le hicieron llegar a La Zarzuela en vísperas del viaje de los Reyes a Euskadi; documento que, pese a la dimisión de Suárez, recomendaba al Rey volver al proyecto Armada. <<

[83] El País, 7 de enero de 1984 y 7 de enero de 1985; Preston, Juan Carlos…, ob. cit., p. 511. <<

[84] Sabino Fernández Campo a la autora. <<

[85] Armada, Al servicio…, ob. cit., p. 238 <<

[86] Carcedo, Sáenz de Santa María…, ob. cit., pp. 288-289. <<

[87] Luis Herrero, Los que le llamábamos…, ob. cit. <<