La Gran Intervención de 2013 abrió a la Humanidad el camino a las estrellas. Hacia el año 2110, cuando se inicia la acción del primer volumen de esta saga, los terrestres eran miembros de pleno derecho de una benevolente confederación de colonizadores de planetas, el Medio Galáctico Unido, que compartía una elevada tecnología con la habilidad de realizar operaciones mentales avanzadas conocidas como metafunciones. Los genes para las cinco principales habilidades metapsíquicas —telepatía, coerción, creatividad, psicocinesis y redacción o curación— habían formado parte de la herencia Humana desde tiempos inmemoriales; pero los poderes mentales se manifestaban sólo raramente al principio, permaneciendo en su mayor parte latentes, hasta que la presión evolutiva dio como resultado un creciente número de metapsíquicos humanos operantes que empezaron a nacer a finales del siglo XX.
Las cinco razas fundadoras del Medio Galáctico habían observado el lento desarrollo metapsíquico de la Humanidad desde hacía decenas de miles de años. Pero no fue hasta que un pequeño grupo de angustiados pioneros operantes radiaron una desesperada llamada telepática que el Medio decidió finalmente intervenir en los asuntos terrestres. Tras algunas discusiones, la confederación galáctica decidió admitir a los terrestres en el Medio «antes de su maduración psicosocial», debido al enorme potencial mental de la Humanidad, que excedía al de cualquier otra raza.
En los turbulentos años siguientes a la Gran Intervención, los problemas mundanos de la Humanidad parecieron completamente resueltos. Pobreza, enfermedades e ignorancia fueron completamente barridas. Con la ayuda de los no Humanos, la gente de la Tierra colonizó más de 700 nuevos planetas que habían sido explorados previamente y considerados compatibles.
Los terrestres aprendieron también cómo acelerar el desarrollo de sus poderes metapsíquicos a través del entrenamiento especial y la ingeniería genética. Sin embargo, aunque el número de Humanos con metafunciones operantes se incrementaba con cada generación, en 2110 la mayoría de la población seguía siendo «normal»… es decir, poseía metafunciones que eran débiles al punto de la nulidad o latentes, inutilizables debido a barreras psicológicas u otros factores. La mayor parte de las actividades socioeconómicas cotidianas del Gobierno Humano del Medio eran llevadas a cabo por «normales», pero los metapsíquicos Humanos ocupaban posiciones privilegiadas en la administración del gobierno, en las ciencias, y en otras áreas donde los elevados poderes mentales eran valiosos para el Medio como un conjunto.
Solamente en un período entre la Gran Intervención y 2110 pareció que la admisión de la Humanidad en el Medio había sido un error. Ocurrió en 2083, durante la breve Rebelión Metapsíquica. Instigada por un grupo de Humanos con base en la Tierra conducidos por Marc Remillard, aquel intento de golpe estuvo a punto de destruir toda la organización del Medio. La Rebelión fue sofocada por Humanos leales, entre los que se hallaba el propio hermano de Marc, Jack, y fueron tomadas medidas para asegurarse de que un desastre como aquél no pudiera volver a ocurrir.
Un centenar o así de derrotados supervivientes de la Rebelión consiguieron eludir el castigo siguiendo a Marc Remillard a través de una escotilla de escape única: una puerta del tiempo de un solo sentido que conducía a la época del plioceno de la Tierra, a seis millones de años en el pasado. Finalmente los rebeldes se instalaron en la isla de Ocala, en una parte de Norteamérica que un día sería llamada Florida. Bien equipados con sofisticado material del Medio, vivieron en el aislamiento durante veintisiete años mientras su líder efectuaba una fútil búsqueda en la galaxia del plioceno, con su telepatía artificialmente potenciada, con la esperanza de hallar otro planeta habitado por metapsíquicos con elevada tecnología. Marc Remillard nunca renunció a su sueño de una dominación humana de la galaxia… ni siquiera cuando sus antiguos aliados y sus hijos se opusieron abiertamente al plan.
En el Medio Galáctico, a seis millones de años en el futuro, el aplastamiento de la Rebelión Metapsíquica señaló el inicio de una nueva Edad de Oro para la Humanidad. Los metapsíquicos Humanos alcanzaron la Unidad… la asimilación en una hermandad mental casi mística, la de la Mente Galáctica. Los no metas del planeta Tierra y sus centenares de colonias interestelares gozaban de un ilimitado espacio vital, energía suficiente, el desafío de establecerse en y explotar nuevos mundos, y la ciudadanía en una espléndida civilización que ocupaba toda la galaxia. Pero incluso las Edades de Oro tienen sus inadaptados: en este caso, Humanos que, por una u otra razón, no encajaban temperamentalmente con el más bien estructurado entorno social del Medio. Esos descontentos eligieron exiliarse cruzando la puerta del tiempo que conducía a una Tierra seis millones de años más joven.
La puerta del tiempo fue descubierta en el 2034, durante los impetuosos años de explosión del conocimiento científico subsiguientes a la Gran Intervención. Pero puesto que la puerta del tiempo se abría solamente hacia atrás (cualquiera que intentara regresar se volvía seis millones de años viejo y normalmente se veía reducido a polvo), y puesto que tenía un foco fijo (un punto en el valle del río Ródano en Francia), su descubridor llegó a la conclusión de que era una curiosidad inútil sin aplicación práctica.
Tras la muerte del descubridor de la puerta del tiempo el 2041, su viuda, Madame Angélique Guderian, se dio cuenta de que su esposo había estado equivocado. Un número respetable de descontentos con el desarrollo del Gobierno Humano del Medio estaban dispuestos a pagar respetables sumas para ser transportados a un mundo más simple sin reglas. Geólogos y paleontólogos sabían que la época del plioceno era un período idílico, justo antes del advenimiento de la vida racional sobre nuestro planeta. Románticos y acérrimos individualistas de casi todos los grupos étnicos de la Tierra terminaron descubriendo finalmente el «ferrocarril subterráneo» de Madame Guderian al plioceno, que funcionaba en un pintoresco albergue francés localizado en las afueras del centro metropolitano de Lyon.
De 2041 a 2106, la rejuvenecida Madame Guderian transportó clientes del Medio al Exilio en el Plioceno, un supuesto paraíso natural. Tras sufrir tardíos remordimientos de conciencia acerca del destino de sus viajeros temporales, la propia Madame pasó al plioceno, y la gestión de su servicio clandestino pasó a manos del Gobierno Humano de una forma casi oficial. La puerta del tiempo era un buen camino a la gloria para los disidentes.
En 2110, cuando la puerta al Exilio en el Plioceno llevaba ya operando durante casi setenta años, unos 100.000 viajeros temporales Humanos la habían cruzado hacia un destino desconocido.
El 25 de agosto de 2110, ocho personas, formando el «Grupo Verde» de aquella semana, fueron transportadas al Exilio. Esas tres mujeres y cinco hombres iban a tener papeles clave en un drama que afectaría no sólo al mundo del plioceno, sino en última instancia al propio Medio.
El Grupo Verde descubrió, como lo habían hecho los demás viajeros temporales antes que ellos, que el paraíso natural de la Europa del Plioceno estaba bajo el control de una raza humanoide de la galaxia Duat, un torbellino estelar a muchos millones de años luz de nuestra parte del Universo. Los exóticos eran también unos exiliados, que habían sido arrojados de su hogar debido a su bárbara religión de batalla.
La facción exótica dominante, los Tanu, eran altos y agraciados. Pese a una estancia de un millar de años en la Tierra, seguían siendo menos de 20.000, debido a que su reproducción se veía inhibida por las radiaciones solares. Antagonistas de los Tanu, y superándoles en número a razón de al menos cuatro a uno, estaban sus antiguos enemigos, los Firvulag. Llamados a menudo la Pequeña Gente, esos exóticos eran en su mayor parte de pequeña estatura, aunque entre ellos había muchos de tamaño Humano e incluso individuos gigantescos. Se reproducían muy bien en la Tierra, pero sus vidas eran cortas en comparación con las de los Tanu.
Tanu y Firvulag constituían una sola raza dimórfica… los primeros metapsíquicamente latentes, y los últimos poseyendo metafunciones operantes, aunque muy limitadas en poder. Los Tanu, con su superior tecnología, habían desarrollado hacía mucho tiempo dispositivos amplificadores de la mente, llamados torques de oro, que los elevaban a la operatividad. El uso de los torques de oro tenía sin embargo su precio: un cierto porcentaje de niños Tanu demostraban ser incompatibles con ellos y morían del síndrome del «torque negro», pese a los esfuerzos de sus consternados adultos. Esas tragedias de los torques negros exacerbaban los ya serios problemas del bajo índice de nacimientos entre los Tanu.
Los Firvulag, más toscos y resistentes que sus resplandecientes primos, no necesitaban torques para ejercer sus metafunciones. Los líderes y grandes héroes entre la Pequeña Gente eran los iguales mentales de los Tanu; pero la mayor parte de los Firvulag eran más débiles. Testarudos y conservadores, durante la mayor parte de su estancia en la Tierra se habían resistido a la noción de actuar en metaconcierto… es decir, utilizando un modo operativo multimental. Los Tanu habían experimentado con esta técnica, aunque nunca habían alcanzado la eficiencia conseguida por los metapsíquicos en el Medio Galáctico.
Durante la mayor parte de los mil años que Tanu y Firvulag llevaban residiendo en la Tierra del plioceno (a la que ellos llamaban la Tierra Multicolor), habían permanecido igualados en las guerras rituales celebradas como parte de su religión de batalla. La mayor sutileza y tecnología de los Tanu tendían a equilibrar la superioridad numérica de los ferozmente obstinados Firvulag. El advenimiento de la Humanidad viajera temporal iba a cambiar drásticamente la situación.
Muy pronto, los Tanu consiguieron el control del foco fijo de la puerta del tiempo e hicieron prisioneros a todos los Humanos recién llegados, esclavizándolos. Se efectuó el asombroso descubrimiento de que el plasma germinal Humano era compatible con el de los Tanu. El significado tras esa paradoja resultó inmaterial para los Tanu; se sintieron encantados de poder utilizar a sus esclavos Humanos en la procreación, puesto que los híbridos Tanu-Humanos tendían a poseer una sorprendente fuerza física y mental. Los viajes temporales demostraron ser también un valioso recurso tecnológico, mejorando la más bien decadente ciencia de los Tanu al insuflarle la experiencia del enormemente avanzado Medio Galáctico. Se prohibía estrictamente a los viajeros temporales llevar armamento sofisticado al plioceno (una restricción que era violada a menudo), y los Tanu eran conservadores en los tipos de armamento militar que permitían construir a sus siervos Humanos. Sin embargo, fue la ingeniosidad Humana la que finalmente dio a los Tanu una ascendencia casi completa sobre los Firvulag… que nunca se emparejaban con los Humanos y generalmente los despreciaban.
La mayor parte de los esclavizados viajeros temporales vivían en realidad muy bien bajo la benevolente soberanía de los Tanu. El trabajo duro era efectuado por pequeños antropoides ramapitecos que eran, irónicamente, parte de la línea homínida directa que alcanzaría su clímax en el Homo Sapiens seis millones de años en el futuro. Los ramas llevaban pequeños torques grises que constreñían a la obediencia; habían sido utilizados por los Tanu en experimentos de procreación, casi todos abortados, antes de la llegada de los viajeros temporales Humanos.
Algunos esclavos Humanos eran provistos también con torques. Aquellos que ocupaban posiciones de confianza o se dedicaban a investigaciones vitales llevaban torques grises similares a los de los ramas. Esos torques no amplificaban la mente, pero permitían la comunicación telepática con los Tanu, que podían también administrar castigos o recompensas a través del dispositivo. Los Humanos más afortunados, que evidenciaban poseer latencias metapsíquicas cuando eran probados, recibían torques de plata. Esos torques eran similares a los collares de oro llevados por los Tanu, volviendo operativas las metafacultades latentes. Los torques de plata contenían sin embargo circuitos de control, y la desobediencia traía consigo un rápido y doloroso castigo. Los Humanos con torques de plata eran aceptados como ciudadanos condicionales del reino Tanu, y bajo ciertas circunstancias a los plata podía llegárseles a conceder torques de oro y la completa libertad. Para los Humanos, lo mismo que para los Tanu, los torques eran potencialmente peligrosos. Ocasionalmente algún Humano torcado se mostraba incompatible al collar y se volvía loco o resultaba simplemente muerto por el dispositivo. Las reacciones patológicas eran especialmente probables entre los Humanos sin latencias metapsíquicas significativas.
Los ocho miembros del Grupo Verde tenían que ser probados por los señores Tanu inmediatamente después de su llegada al plioceno, como todos los viajeros temporales. Cinco de ellos eran «normales», es decir, poseían latencias muy por debajo del umbral de operatividad potencial. Ésos eran Claude Majewski, un viejo paleontólogo; la hermana Amerie Roccaro, una monja médico con problemas de fe; Stein Oleson, un hercúleo perforador de la corteza planetaria; Richard Voorhees, un capitán de astronave en desgracia; y Bryan Grenfell, un antropólogo que había seguido a su amor, Mercy Lamballe, al plioceno.
Los otros tres miembros del Grupo Verde no tenían nada de «normal». Aiken Drum, un encantador joven criminal, mostró unas latencias muy intensas y recibió un torque de plata. Felice Landry, una perturbada joven atleta, sabía que poseía también metafacultades latentes extremadamente poderosas; pero por razones propias, se negó a cooperar con los señores Tanu y consiguió posponer su prueba.
El octavo y más inusual miembro del Grupo Verde era Elizabeth Orme. En el Medio había sido una Gran Maestra metapsíquica completamente operativa, una celebrada educadora. A resultas de un trauma cerebral, había perdido aparentemente sus asombrosos poderes de telepatía y redacción, y había revertido al estado «normal». Desesperada al verse encerrada fuera de la Unidad metapsíquica de la que había gozado, Elizabeth eligió exiliarse al plioceno. Allí estaría con otros como ella misma, puesto que a los operantes no se les permitía emprender el viaje temporal.
Horrorizada, Elizabeth descubrió que el shock de la traslación temporal había iniciado la restauración de sus perdidos poderes. Convaleciente, primero aterrada y luego consumida por la rabia ante la ironía de su situación, Elizabeth oyó al señor Tanu, Creyn, decirle que le aguardaba una «maravillosa vida» en la Tierra Multicolor. Como única operativa sin torque, sería considerada como un tesoro sin par: el propio Rey Tanu sería su consorte…
Aquella noche, dos caravanas partieron del Castillo del Portal Tanu. El Grupo Verde había sido escindido en dos. Encaminándose al norte, hacia la ciudad de Finiah en el proto-Rhin, había una numerosa multitud de Humanos normales destinados a convertirse en esclavos ordinarios y stock de procreación. En ella estaban Claude, la hermana Amerie, Richard y Felice… que había confiado a sus amigos que planeaba no sólo escapar, sino también «encargarse» de toda la raza Tanu.
La caravana que se dirigía al sur era mucho más pequeña. Camino a la capital Tanu de Muriah, en la cuenca mediterránea, iban el señor Tanu Creyn, Elizabeth, Aiken Drum, otros dos humanos con torques de plata llamados Sukey Davies y Raimo Hakkinen, el gigantesco perforador Stein, al que se le había colocado un torque gris en preparación a su futura vida como gladiador, y el antropólogo Bryan Grenfell, cuya especialidad parecía sorprendentemente valiosa a los Tanu, hasta el punto de aceptar no colocarle ningún torque, y que esperaba encontrar a su perdido amor en algún lugar de Muriah.
La caravana que se encaminaba a Finiah se vio pronto implicada en una revuelta de prisioneros, encabezada por la antigua atleta profesional Felice. Anormalmente fuerte, con poderosas latencias coercitivas que le permitían controlar mentalmente a los animales, Felice había conseguido ocultar una pequeña daga a los registros del Castillo del Portal. Actuando conjuntamente con Richard, el capitán de astronave, y dos hombres llamados Yoshimitsu y Tatsuji, que iban vestidos de samuráis, Felice consiguió matar a la mujer Tanu, Epone, junto con toda la escolta de Humanos con torques grises que custodiaban a los prisioneros.
Un grupo de los prisioneros liberados eligió seguir a Basil Wimborne, un montañero y antiguo catedrático de Oxford, que creía que el mejor plan de escape residía en ocultarse más allá del Lac de Bresse, en las tierras altas del Jura. Claude, el viejo paleontólogo, convenció a sus tres amigos del Grupo Verde de que sería más seguro huir a las densamente boscosas montañas de los Vosgos antes que arriesgarse a un largo viaje por el lago hasta el Jura. El japonés superviviente, Yoshimitsu, decidió ir solo y se encaminó al norte, con la esperanza de alcanzar el mar.
Claude, Richard, Amerie y Felice penetraron profundamente en los Vosgos. Finalmente fueron contactados por un heterogéneo grupo de Humanos libres fuera de la ley, fugitivos de los asentamientos Tanu, que se llamaban a sí mismos los Inferiores. El líder de los Inferiores no era otro que Madame Angélique Guderian, antigua mantenedora de la puerta del tiempo y causa, en definitiva, de la degradación de la Humanidad del plioceno. Llevaba un torque de oro, regalo de los Firvulag, que habían formado una precaria alianza con los Inferiores contra su mortal enemigo, los Tanu.
Los Tanu habían montado una gran caza del hombre en persecución de los prisioneros fugados. Basil Wimborne y la mayor parte de su contingente fueron recapturados y enviados a Finiah. El lord de la ciudad, Velteyn, había encabezado personalmente una Caza Aérea sobre los Vosgos en busca de los otros huidos; pero éstos estaban a salvo con Madame y sus Inferiores, escuchando incrédulos los planes de la anciana para liberar a la Humanidad del yugo Tanu, para los cuales contaba con utilizar la más bien reluctante cooperación de los exóticos Firvulag.
A centenares de kilómetros al este del río Rhin se hallaba la llamada Tumba de la Nave. Allá el titánico organismo espacial que había transportado a Tanu y Firvulag desde la galaxia Duat hasta la nuestra había impactado contra la Tierra, creando un enorme cráter. Los pasajeros Tanu y Firvulag de la Nave, conducidos por la esposa de ésta, una mujer llamada Brede, habían escapado del agonizante organismo en pequeñas máquinas voladoras poco antes del impacto. Más tarde los dos grupos de exóticos habían dejado los voladores posados en torno al borde del cráter después de que sus dos más grandes héroes, Lugonn el Resplandeciente de los Tanu y Sharn el Atroz de los Firvulag, entablaran una batalla ritual en honor de la difunta Nave. Ceremoniosamente sepultado dentro de uno de los voladores —que presumiblemente se hallaban todavía entorno al cráter después de un millar de años— estaba el cuerpo de Lugonn, junto con su arma al parecer de tipo láser, la Lanza.
Madame proponía organizar una expedición de Inferiores al cráter de la Tumba de la Nave y recuperar la Lanza para utilizarla contra los Tanu, que la consideraban sagrada. Y si los voladores eran aún operativos, como parecía probable, la expedición intentaría traer uno de vuelta para que participara en un ataque conjunto Inferiores-Firvulag a Finiah, una fortaleza Tanu.
Tras muchas vicisitudes, esta primera fase del gran plan de Madame Guderian para la liberación de la Humanidad del plioceno tuvo éxito. Los Tanu se vieron obligados a abandonar Finiah, perdiendo así su mina de bario, que había producido un elemento vital en la fabricación de todos los torques. Felice, que mostraba crecientes síntomas de una severa psicosis, obtuvo un torque de oro para ella de entre las ruinas de Finiah. El amplificador mental liberó los asombrosos poderes de coerción, psicocinesis y creatividad que permanecían latentes en su cerebro, y alimentó el feroz deseo de la muchacha de vengarse de los Tanu.
La siguiente fase del plan de Madame implicaba una infiltración a la fábrica de torques en la capital Tanu, Muriah, y una operación paralela que tenía como objetivo el cierre permanente de la puerta del tiempo.
Madame y otros diez conspiradores, incluyendo a Felice, Claude, la hermana Amerie y Basil Wimborne —que había sido rescatado durante la caída de Finiah— emprendieron ahora un largo viaje hacia el sur. Llevaban con ellos la Lanza de Lugonn, el arma parecida a un cañón láser. Su energía había resultado totalmente descargada durante la operación de Finiah, pero esperaban que su hábil compañero del Grupo Verde, Aiken Drum, fuera capaz de recargarla cuando le pidieran su ayuda en la capital Tanu.
Aiken —junto con Elizabeth, Bryan, Stein y los otros cautivos privilegiados— había hallado una cara completamente distinta de la Tierra Multicolor apenas llegar a Muriah, unas semanas antes. Fueron presentados a la aristocracia Tanu en una espléndida fiesta, siendo tratados al principio como honorables huéspedes en vez de como esclavos.
Thagdal, el Rey, le dijo a Elizabeth que primero sería iniciada en las costumbres Tanu por Brede la Esposa de la Nave, la enigmática guardiana de ambas razas exóticas. Cuando eso se hubiera realizado, ella y el Rey fundarían una nueva dinastía de híbridos Tanu-Humanos sin torque, completamente operativos. (La Reina Nontusvel parecía totalmente de acuerdo con este plan, pese al hecho de que su propia y amplia prole de poderosos hijos se vería indudablemente relegada por la descendencia de Elizabeth.)
Bryan el antropólogo recibió la orden de efectuar un estudio del impacto de la Humanidad sobre la socioeconomía Tanu. El Rey Thagdal creía que los genes Humanos y las innovaciones Humanas habían sido una bendición para los Tanu, y esperaba que la investigación de Bryan reivindicara su política a favor del hibridamiento y la adopción de algunas invenciones Humanas. Un facción minoritaria Tanu, encabezada por Nodonn el Maestro de Batalla, el más poderoso de los hijos de Nontusvel y presunto heredero, mantenía que la cultura exótica estaba siendo envenenada por las influencias Humanas.
A medida que se desarrollaba el banquete de «bienvenida», resultó claro que a Stein Oleson, el musculoso ex perforador, le aguardaba un poco halagüeño destino. Stein se había hecho amigo del joven truhán, Aiken Drum. Ahora se vio ofrecido en subasta como una especie de gladiador; para salvarle de una muerte cierta, Aiken hizo imprudentemente su propia puja por Stein. La multitud Tanu se mostró asombrada cuando la líder de la Liga de Telépatas, Mayvar la Hacedora de Reyes, no sólo respaldó la puja de Aiken sino que lo tomó como su protegido. Mayvar era muy consciente de que el joven, que llevaba un traje dorado todo él cubierto de bolsillos, poseía enormes poderes mentales latentes que apenas estaban empezando a volverse completamente operativos como resultado de la acción desencadenante de su torque de plata.
Profundamente impresionado por un atisbo del interior de la mente de Aiken y por el respaldo de Mayvar (no por nada era llamada la «Hacedora de Reyes»), Thagdal aceptó la puja de Aiken por Stein. Tras un período de entrenamiento, Aiken iba a verse obligado a liberar al reino de un monstruo Firvulag, Delbaeth.
En las semanas siguientes, Aiken fue entrenado por Mayvar en el ejercicio de sus metafunciones en rápido desarrollo. Se volvió completamente operativo sin necesidad de torque… aunque este hecho fue ocultado de los demás Tanu por Mayvar. Acabó con éxito con Delbaeth y, con Stein como su escudero, se alió cautelosamente con el Humano Presidente de la Liga de Coercedores, Sebi-Gomnol, que tenía planes propios para alentar la dominación Humana del reino Tanu.
El antropólogo sin torque, Bryan Grenfell, llevó a cabo su análisis cultural… pero apenas prestó atención a la importancia del creciente cuerpo de datos que estaba reuniendo, porque se hallaba de nuevo bajo el hechizo de su durante largo tiempo perdido amor, Mercy Lamballe. Esta mujer había llegado al plioceno poco antes que el Grupo Verde. Mercy era una metapsíquica latente con extraordinarios poderes creativos, y se había convertido en la última consorte del formidable Nodonn el Maestro de Batalla, abrazando enteramente la causa Tanu. Nodonn y sus parientes de la Casa de Nontusvel animaron a Mercy a seducir a Bryan, a fin de que el análisis del antropólogo pudiera ser utilizado en contra del Rey y de Gomnol.
Mientras tanto, Elizabeth se hallaba bajo la protección de la misteriosa Brede la Esposa de la Nave, tras haber sido sometida a ineptos ataques por parte de Nodonn y la Casa, que la veían como una amenaza a su dinastía. A salvo en el interior de la habitación sin puertas de Brede, un sofisticado campo de fuerza a prueba de cualquier tipo de penetración física y mental, Elizabeth confió su desesperación a la mujer exótica. La Esposa de la Nave, maternalmente preocupada por las dos razas Tanu y Firvulag, percibía a Elizabeth como a la que podía guiar a ambas (pues al parecer Brede no podía) fuera de su bárbara cultura de batalla y dentro de una auténtica sociedad mentalmente civilizada. Elizabeth declinó su papel de madre espiritual. Sin embargo, utilizó su entrenamiento del Medio para alzar a Brede hasta la operatividad metapsíquica, y ambas gozaron brevemente de una limitada Unidad. Ésta se rompió cuando Brede insistió en que veía con su presciencia a Elizabeth asumiendo el papel de guardiana de sus dos razas, y la mujer Humana rechazó violentamente la responsabilidad.
Hacia principios de octubre, toda la Tierra Multicolor se preparó para la anual guerra ritual, el Gran Combate, mediante una Tregua de un mes. Allá al norte, Madame Guderian y su partida de saboteadores utilizaron la paz para preparar sus planes. Madame y Claude, el viejo paleontólogo, se ocultaron cerca de la puerta del tiempo. Planeaban esperar hasta que los otros —que incluían a Felice, la hermana Amerie, Basil y un líder nativo americano llamado Peopeo Moxmox Burke— alcanzaran Muriah y tuvieran a punto su golpe contra la fábrica de torques, situada dentro de la sede de la Liga de Coercedores. Los ataques contra la puerta del tiempo y la fábrica se efectuarían simultáneamente.
Felice y los demás saboteadores que se encaminaban al sur esperaban en principio poder utilizar la Lanza para destruir la fábrica. Llamaron a Aiken Drum a su escondite y le entregaron el arma, que éste prometió recargar y devolverles. En realidad, Aiken no tenía intención de ayudar a sus antiguos compatriotas. Animado por Mayvar y por Gomnol, aspiraba a convertirse en el Rey de la Tierra Multicolor derrotando a Nodonn en el inminente Gran Combate. Advirtió a su coaligado Gomnol para que protegiera la fábrica de torques contra los saboteadores; luego voló hacia el norte, bajo el aspecto de un pájaro, a fin de abortar el intento de Claude y Madame de cerrar la puerta del tiempo. Fracasó en ello. Sacrificando sus vidas para conseguirlo, la pareja de ancianos llevó la advertencia de vuelta a las autoridades del Medio, y las operaciones de la puerta del tiempo fueron suspendidas.
Los saboteadores, tras infiltrarse en la fábrica de torques, fueron sorprendidos por una fuerza de guerreros Tanu, miembros de la Casa de Nontusvel, que habían sido enviados por Nodonn. De los Humanos supervivientes, Felice fue entregada a Culluket el Interrogador para ser torturada, mientras la hermana Amerie, el jefe Burke y Basil eran encerrados en una mazmorra para esperar la muerte durante el Gran Combate. El Lord Coercedor Humano, Gomnol, fue muerto mediante un ataque mental concertado de la Casa, que echó las culpas de la acción a Felice.
A medida que se acercaba el momento del Gran Combate, un cierto número de crisis alcanzaron un estadio crítico. Aiken, privado de su poderoso aliado, Gomnol, se vio puesto en peligro ahora por Stein. El gran perforador había sido encarcelado con Sukey, que se había convertido en su esposa, y su cordura estaba empezando a vacilar debido a los efectos nocivos del torque gris que llevaba. Había una posibilidad de que Stein revelara inadvertidamente que Aiken conspiraba contra los Tanu.
Resistiéndose a la tentación de matar a su amigo, Aiken le pidió a Mayvar que sacara a Stein y Sukey de Muriah, más allá del alcance mental de la Casa. Mayvar aceptó hacerlo, luego acudió a una reunión de la clandestina Facción de Paz Tanu. Este grupo esperaba que Aiken tuviera éxito en su intento de conseguir hacerse con el reino y trajera una nueva era de paz y civilización a la Tierra Multicolor. Entre los amantes de la paz estaba Minanonn el Herético, en un tiempo Maestro de Batalla Tanu, que tras su derrota en un Combate anterior había sido obligado a exiliarse en las profundidades de los Pirineos.
Brede la Esposa de la Nave permitió a Elizabeth abandonar la habitación sin puertas cuando vio que la metapsíquica Humana estaba decidida a vivir una vida libre de responsabilidades. Elizabeth aceptó llevar consigo a Stein y Sukey en su globo de aire caliente de tres plazas. Aguardó la llegada de la pareja en la cima de una montaña por encima de Muriah. Creyn el redactor los rescató de la prisión… pero no pudo impedir el llevarse también a Felice, a la que halló inconsciente y casi muerta en una celda contigua, con la esperanza de que Elizabeth cediera su lugar en el globo a la torturada joven atleta.
Elizabeth se sintió atrapada en su propio altruismo, aunque estaba convencida de que era la Esposa de la Nave quien había planeado todo aquello para frustrar su huida. Finalmente, Elizabeth envió a Felice, Stein y Sukey en el globo, y ella regresó a la habitación sin puertas, donde se encerró en un poderoso capullo mental que la aisló de Brede y de todas las demás mentes.
La hora del Gran Combate había llegado. Virtualmente toda la población de Tanu y Firvulag, junto con grandes cantidades de esclavos Humanos, se reunió en la Llanura de Plata Blanca debajo de Muriah para las ceremonias y la guerra ritual. Maywar delegó en Aiken su puesto entre los líderes del Combate; el joven había atraído a su alrededor muchos partidarios entre los Tanu y los guerreros híbridos. En una confrontación preliminar, Mercy venció a Aluteyn el Maestro Artesano, convirtiéndose en la nueva Presidenta de la Liga de Creadores.
A centenares de kilómetros al oeste de la Llanura de Plata Blanca, los tres huidos en el globo estaban preparando un drama que iba a afectar al destino de todos los confiados combatientes.
En su tortura a Felice, Culluket el Interrogador había duplicado sin sospecharlo la misma drástica técnica de alteración mental que Elizabeth había utilizado con Brede para elevarla a la operatividad; ahora Felice era operativa también, y ya no necesitaba ningún torque para ejercer sus poderes metapsíquicos. Esos poderes —al menos los aspectos destructivos de psicocinesis y creatividad— eran mayores que los de cualquier otra persona en el mundo. La incipiente psicosis de la muchacha se había desarrollado también bajo la tortura; su sed de venganza contra los Tanu estaba ahora inextricablemente mezclada con un sombrío elemento sadomasoquista de su mente enferma. Forzando casi a Stein, el antiguo perforador de la corteza planetaria, a ayudarla, Felice empezó a desmoronar el estrecho istmo de Gibraltar con golpes de psicoenergía. Su intención era hacer que las aguas del Atlántico penetraran en la casi vacía cuenca del Mediterráneo del plioceno y ahogaran a los participantes en el Gran Combate.
A medida que la loca mujer desmoronaba la tierra con sus golpes mentales, la rocosa barrera se aproximaba a su punto de ruptura. Pero Felice se debilitó antes de terminar su trabajo. En su paroxismo de odio rogó pidiendo ayuda a cualesquiera poderes de las tinieblas que pudieran existir… y la ayuda llegó de algún lugar. Un final y titánico estallido de psicoenergía abrió la puerta de Gibraltar, y una cascada de agua de mar atronó en el seco Mediterráneo, encaminándose hacia la Llanura de Planta Blanca, debajo de la capital Tanu de Muriah.
Felice fue arrojada fuera del globo por la concusión final. Completamente loca, asumió la forma de un monstruoso cuervo. Stein y Sukey flotaron alejándose en los tormentosos vientos y finalmente aterrizaron en una remota parte de Francia.
La presciente Brede, la Esposa de la Nave, sabía de la catástrofe. Había ido a ver a Amerie, Basil y al jefe Burke en la celda donde estaban encerrados, los curó, y los llevó a una habitación en el interior del complejo de la Liga de Redactores, arriba en el Monte de los Héroes, por encima de Muriah. Allí yacía Elizabeth, en su coma autoinducido. Brede dio instrucciones al trío de que cuidaran de Elizabeth, «la persona más importante en el mundo», y aguardaran a la mañana siguiente, en cuyo momento sabrían lo que había que hacer.
Mientras tanto, el Gran Combate estaba alcanzando su clímax. Por primera vez en cuarenta años, los Firvulag estaban manteniéndose. La Pequeña Gente, testarudamente conservadora, se había negado anteriormente a emular las tácticas Humanas, mientras que los Tanu sí lo habían hecho; pero la victoria Firvulag-Inferiores en Finiah había abierto los ojos a sus generales, Sharn y Ayfa, y los había inspirado a la innovación. En la fase de la mêlée del Combate, los Firvulag se hallaban en el tanteo solamente un poco por debajo de los Tanu. La gran final de la guerra ritual, en la que se enfrentaban los campeones individuales uno a uno, decidiría la victoria.
La rivalidad entre Aiken y Nodonn había dividido la lealtad de las fuerzas Tanu. En el festín de guerra anterior a los Encuentros Heroicos, Nodonn intentó desacreditar a Aiken trayendo a Bryan Grenfell y el estudio adverso de éste acerca del impacto de la Humanidad sobre la Tierra Multicolor. Esto agravó aún más la escisión entre Tanu tradicionalistas y Tanu leales a Aiken. Los Encuentros fueron vencidos, a falta de una sola confrontación, por los Firvulag. Únicamente una victoria de Aiken sobre el ogresco general Firvulag, Pallol Un-Ojo, salvaría a los Tanu. Aiken le dijo a Nodonn y a los tradicionalistas que podía derribar al monstruo si se le permitía luchar a la manera Humana. Finalmente se le dio el permiso. Aiken venció a Pallol, y los Tanu fueron declarados vencedores del Gran Combate.
Descorazonados y amargados por el estrecho margen de su derrota, la mayoría de los Firvulag abandonaron la Llanura de Plata Blanca. Solamente se quedó la realeza, para asistir a la ceremonia de entrega del trofeo y su intrigante anticlímax, el duelo entre Aiken y Nodonn para el puesto de Maestro de Batalla (y en definitiva de Rey) de los Tanu. Virtualmente toda la flor y la nata y la caballería de los Tanu se había reunido allí como testigos. La propia Brede estaba allí para ver a Mayvar la Hacedora de Reyes otorgarle a Aiken su nombre Tanu: fue llamado Lugonn, según el Resplandeciente Héroe que había caído en la Tumba de la Nave hacía mil años, y fue investido con la sagrada Lanza, ahora recargada y lista para ser usada de nuevo. Nodonn tomó un arma similar, la Espada, que en su tiempo había pertenecido a un héroe Firvulag.
Los dos rivales se prepararon e iniciaron su duelo justo en el momento en que el inmenso frente de la gran ola de la cataclísmica inundación atlántica barría la Llanura de Plata Blanca.
Los gritos mentales de los miles de ahogados despertaron a Elizabeth, y ella y sus tres compañeros Humanos contemplaron desde su altura la devastada Muriah y la sumergida Llanura de Plata Blanca. No todos los combatientes y espectadores del último Gran Combate murieron, sin embargo. La mayor parte de los Firvulag, de camino en sus botes hacia sus casas, sobrevivieron. Algunos Tanu fueron arrojados a la orilla por la gran ola o consiguieron usar sus poderes metapsíquicos para salvarse. Un número considerable de Humanos e híbridos nadaron hasta la seguridad. Los caballeros Tanu heridos que habían sido retirados a la Casa de Redacción, junto con muchos miembros de esa Liga que los asistían, se salvaron del embate de las aguas. Aluteyn el Maestro Artesano y un conjunto de caballeros cobardes y escoria sacada de los calabozos flotaron seguros en la improvisada nave en que se convirtió la Retorta, el gran arcón de transparentes paredes en el que debían ser incinerados. Aiken Drum se salvó de la inundación dentro del caldero ceremonial, y más tarde rescató a Mercy.
Pero más de la mitad de los gloriosos Tanu, que eran especialmente vulnerables a la inmersión, perecieron. Profundamente impresionada y arrancada de su egoísta desesperación, Elizabeth comprendió finalmente el papel guardián que la ahora muerta Brede había visto para ella con su presciencia, y coordinó la evacuación de Muriah con la ayuda del Jefe Burke, Basil, la hermana Amerie y los poderosos redactores Dionket y Creyn.
El Postdiluvium vio un enteramente nuevo equilibrio de poder tomar forma en la Tierra Multicolor. Sharn y Ayfa se convirtieron en comonarcas de los Firvulag e inauguraron una serie de reformas sin precedentes, incluida la domesticación de animales, la utilización de armas contrabandeadas del Medio y experimentos en ofensivas mentales metaconcertadas. El trono Firvulag acabó con el prolongado cisma con los mutantes Aulladores, les garantizó inmunidad, y animó al Lord Aullador, Sugoll, a instalarse, él y su gente, en la abandonada ciudad Firvulag de Nionel.
Tras conducir al multirracial grupo de refugiados de Muriah hasta la seguridad, Elizabeth se retiró a un pabellón en el Risco Negro, en la parte sur de Francia, para meditar sobre su nuevo papel y sus implicaciones. Creyn el Redactor estaba entre aquéllos que cuidaban de ella. Dionket y algunos Tanu, Firvulag y Humanos amantes de la paz fueron a los remotos Pirineos para unirse con Minanonn el Herético.
Felice, ahora completamente loca, vivía en un nido de águilas en el monte Mulhacén, en el sur de España, y frecuentemente cambiaba su forma a la de un gigantesco cuervo. Su cueva contenía un inmenso botín de torques de oro recuperados por ella y también la Lanza de Lugonn, que había extraído del fondo del cada vez más profundo Mar Nuevo. Felice estaba obsesionada por la idea de encontrar a Culluket el Interrogador, al que llamaba su «Bienamado». También se sentía perseguida por los «demonios» que la habían ayudado a abrir la puerta de Gibraltar.
Las demoníacas voces de Felice no eran en absoluto imaginarias. Muy lejos, allá en Norteamérica, se hallaba la isla de Ocala, el asentamiento de los supervivientes de la Rebelión Metapsíquica. Veintisiete años antes, los Rebeldes, en plena fuga, se habían abierto paso por la fuerza hasta el establecimiento de Madame Guderian y habían cruzado la puerta del tiempo hasta el Plioceno, llevándose consigo una gran cantidad de equipo. Cuando su líder, Marc Remillard, descubrió que Europa estaba bajo el control de los exóticos, se retiró más allá del Atlántico. Los Tanu que intentaron detenerle resultaron terriblemente derrotados en la refriega, y el incidente fue borrado de la historia Tanu.
Durante la mayor parte de los años intermedios, Marc Remillard se había dedicado a su búsqueda estelar, esperando hallar otro mundo con mentalidades avanzadas. Sus compañeros se redujeron finalmente a cuarenta y tres, y ahora había, además, treinta y dos muchachos mayores y un puñado de niños de la tercera generación viviendo en la isla, vegetando o recreándose en la holgazanería según sus temperamentos individuales.
Durante años los hijos adultos de los Rebeldes habían observado los acontecimientos en la Tierra Multicolor como un respiro al aburrimiento, ansiando impotentemente el sofisticado Medio que sus padres habían intentado dominar. Cuando Felice envió su llamada telepática en Gibraltar, los hijos prevalecieron sobre Marc y los demás mayores para unirse y ayudarla, enlazándose en metaconcierto para canalizar un golpe psicocreativo a través de Felice. Desde la Inundación, los cabecillas de los hijos rebeldes habían estado importunando telepáticamente a Felice, pero ella se mostraba aterrada por las voces de los «demonios» y se negaba a responder. Marc y la mayoría de los miembros de su generación consideraban la catástrofe europea como una diversión momentánea, pero sus hijos creían que el caos postcataclísmico en la Tierra Multicolor les ofrecía una oportunidad única de escapar de su existencia sin salida en el plioceno.
En Europa, la estrella ascendente en el devastado reino Tanu no era otra que el incorregible Aiken Drum, que ahora se hacía llamar Aiken-Lugonn el Maestro de Batalla y presidía como usurpador desde la antigua ciudad de Nodonn, Goriah, en la Bretaña. Mercy, por conveniencia, y creyendo que su amado Nodonn estaba muerto, ayudaba a Aiken en su designio de ocupar el vacante trono Tanu, y prometió casarse con él en las festividades del Gran Amor, en mayo.
Muchos Tanu supervivientes —incluidos la mayoría de los híbridos Tanu-Humanos— se alinearon tras el estandarte del metapoderoso joven. Los conservadores se agruparon en torno a Celadeyr de Afaliah, uno de los pocos héroes de batalla purasangre supervivientes.
Culluket el Interrogador se unió a Aiken como una especie de Gran Visir… no sólo porque captaba que el advenedizo tenía grandes posibilidades, sino también con la esperanza de que Aiken pudiera protegerle de la loca Felice, que seguía buscando incansablemente a su «bienamado».
Durante la estación invernal de las lluvias, las fuerzas Firvulag iniciaron una sistemática serie de ataques contra las remotas ciudades Tanu y poblados Inferiores… todo ello pese al armisticio que había sido proclamado como consecuencia de la Inundación. Los monarcas Firvulag Sharn y Ayfa culpaban de las incursiones a los Aulladores renegados y mantenían firmemente que se hallaban a favor del esquema de pacificación de Aiken. Esto implicaba la abolición del Gran Combate (y de las demás luchas entre Firvulag y Tanu) y su sustitución por un no mortal «Gran Torneo». Éste se celebraría en el Campo de Oro Firvulag en las afueras de Nionel… la alternativa tradicional a la Llanura de Plata Blanca Tanu, que llevaba cuarenta años sin ser usada debido a la supremacía Tanu en el Combate. Los artesanos Firvulag elaboraron un nuevo trofeo, la Piedra Cantante, para que ocupara el lugar de la Espada de Sharn, presuntamente perdida en la Inundación.
A fin de cimentar la nueva entente, se planeó que la realeza Firvulag asistiera por primera vez al festival del Gran Amor Tanu en Goriah como invitados especiales de Aiken y Mercy. Cuando algunos nobles Tanu expresaron su reluctancia a asistir a ese acontecimiento, sospechando que Aiken pensaba aprovechar la ocasión para proclamarse rey, el usurpador reunió sus fuerzas y emprendió una «gira de inspección» a fin de intimidar a los vacilantes. La gira fue un éxito, pero el testarudo viejo Celadeyr de Afaliah capituló solamente después de que Aiken lo derrotara en un duelo mental.
Más o menos al mismo tiempo que Aiken iniciaba su gira de inspección, a primeros de abril, los hijos de los Rebeldes en Ocala conseguían finalmente contactar con Felice. Le hicieron a la loca mujer extravagantes promesas si aceptaba encontrarse con ellos si acudían a Europa. Los muchachos planeaban utilizar los asombrosos poderes de Felice para sus propios fines… que en último término incluían construir un nuevo bucle temporal que les diera acceso al Medio. Los cabecillas entre la joven generación incluían al hijo de Marc, Hagen, y a su hija, Cloud. El formidable Marc se opuso al principio firmemente al plan. Una puerta del tiempo de dos sentidos, dijo, daría a las autoridades del Medio acceso a él. Los muchachos juraron que destruirían la puerta al plioceno tras cruzarla, de modo que sus mayores pudieran seguir tranquilos. En un intento de temporizar, Marc aceptó dejar que Cloud, otros tres jóvenes, y su propio contemporáneo Owen Blanchard navegaran hasta Europa para encontrarse con Felice. Prohibió a Hagen ir, diciendo que necesitaba a su único hijo para que le ayudara en su búsqueda estelar. Hagen, que durante mucho tiempo había temido y envidiado a su poderoso padre, empezó a odiar ahora activamente a Marc, y planeó escapar de su dominio.
Allá en Goriah, Mercy dio a luz a Agraynel, su hija del Rey Thagdal, sin dejar de llorar la pérdida de Nodonn. Aceptó casarse con Aiken pese a que no lo amaba y a que sabía que el obsesivo amor del joven por ella estaba profundamente teñido por el miedo… e incluso por la amenaza.
Sin que Mercy lo supiera, Nodonn no estaba muerto. Arrojado por la Inundación a la distante isla de Kersic (Córcega-Cerdeña), había sido rescatado por Huldah, una mujer de mente simple y ascendencia Firvulag-Humana, y su maligno abuelo, Isak. Tras yacer inconsciente durante casi cinco meses, Nodonn despertó. Descubrió para su horror que estaba paralizado y había perdido una mano, y que Huldah lo había estado utilizando como un impotente objeto de amor mientras lo cuidaba. Con sus llamadas telepáticas ahogadas por la cueva de roca que lo rodeaba, Nodonn tuvo que soportar la devoción de Huldah y las burlas de Isak.
Los Inferiores Humanos libres, en los bosques adyacentes a la capital Firvulag, el Alto Vrazel, habían empezado a levantar poblados mineros para extraer el hierro, a los que llamaban poblados del hierro, poco después de la caída de Finiah. El «metal-sangre» era venenoso para ambas razas exóticas, y los Humanos esperaban asegurar su propia independencia forjando armas de hierro. Un ingeniero metalúrgico, Tony Wayland, que había gozado de una privilegiada posición en Finiah bajo los Tanu, fue obligado por sus captores Inferiores a trabajar en las minas. Escapó, junto con un excéntrico compañero, Dougal, esperando conseguir a la vez refugio y una devolución de sus privilegios junto a Aiken Drum. En vez de ello, Tony y Dougal fueron atrapados por los Aulladores y llevados a la reconstruida Nionel justo a tiempo para el Gran Amor Firvulag.
En Goriah, Aiken regresó de su gira de inspección exhausto de mente y cuerpo. Al ir en busca de un campo de fuerza portátil para protegerse contra intentos de acabar con su vida, le mostró a Mercy un enorme escondite de armamento y otro equipo del Medio contrabandeado por incontables viajeros temporales y que Nodonn había ido acumulando en una mazmorra especialmente acondicionada del Castillo de Cristal. Esperaba que los visitantes Firvulag intentaran asesinarle durante el inminente Gran Amor.
El 27 de abril, el bote conduciendo a Cloud Remillard y sus confabulados llegó a la boca del río Genil en España. Vaughn Jarrow, uno de los hijos de los Rebeldes, enfureció a Felice matando delfines. Ésta lo aniquiló e hirió mortalmente a la capitana del barco, Jillian Mogenthaler. Calmada por el viejo Rebelde Owen Blanchard, Felice estuvo a punto de caer en una trampa que la hubiera puesto bajo el control de los norteamericanos. Fue salvada por una advertencia telepática de Elizabeth, que la urgió a que acudiera al Risco Negro para tratamiento de su enfermedad mental.
Felice aceptó finalmente y se marchó volando bajo su apariencia de cuervo, dejando a los impresionados Cloud, Owen y Elaby Gathen preguntándose qué hacer a continuación. Marc estaba inaccesible, encerrado en su equipo cerebroenergético escrutando distantes estrellas. Parecía obvio que el único camino que les quedaba era intentar un acercamiento amistoso a Aiken Drum.
El usurpador de Goriah estaba atareado sin embargo con otros asuntos. Como preliminares a la celebración Tanu, llevó al Rey Sharn a una Caza Aérea en la cual el gobernante Firvulag escapó a duras penas de un feroz plesiosauro. Sharn sospechó (correctamente) que Aiken le había tendido una trampa. Más tarde, Sharn y sus secuaces formaron su metaconcierto e hicieron todo lo posible por golpear de muerte la mente de Aiken, pero no eran aún lo suficientemente hábiles como para conseguir dañarle.
El Gran Amor de los Tanu chocó a los puritanos visitantes Firvulag. Hubo murmullos acerca de la inminente Guerra del Crepúsculo… presumiblemente una reanudación del antiguo conflicto entre Tanu y Firvulag en la galaxia Duat, que había sido interrumpido por la oferta de exilio de Brede hacía un millar de años.
El Primero de Mayo, Aiken se casó con Mercy. Habiendo impresionado o intimidado a la mayoría de los Tanu, se proclamó rey con las bendiciones de Elizabeth, y nombró una nueva Alta Mesa que incluía tanto a sus amigos como a algunos antiguos enemigos. Entre esos últimos estaban Celadeyr de Afaliah y Kuhal el Sacudidor de Tierras, un hermano de sangre de Nodonn que estaba siendo sometido a tratamiento para curarse tras haber sido rescatado por Celadeyr.
Simultáneamente, tuvo lugar el Gran Amor de los Firvulag en la ciudad Aulladora de Nionel. La humillación de las novias Aulladoras fue evitada cuando fueron elegidas en la Danza Nupcial por los machos Inferiores sedientos de amor, que no podían ver sus auténticas formas monstruosas bajo las atractivas ilusiones femeninas. Entre los hechizados estaban Tony y Dougal, que despertaron a la mañana siguiente para descubrir que se habían casado con devotas y deformes mujercillas goblinescas.
En la cueva de Kersic, Huldah celebró el Gran Amor vistiendo al paralizado Nodonn con su armadura de cristal y abrazándolo. El viejo y perverso Isak espiaba a la pareja. La repugnancia y la furia de Nodonn fueron tan intensas que recuperó sus fuerzas, apartó violentamente a Huldah, y mató al desdichado hombre. Hubiera matado también a la mujer, pero antas de morir Isak le ordenó burlonamente que «mirara dentro» de ella antes de hacerlo.
Utilizando su visión a distancia, Nodonn descubrió que Huldah estaba embarazada de su hijo. Allá en la cueva, protegido de las subletales radiaciones solares que lo habían vuelto casi estéril durante ochocientos años, Nodonn había engendrado al heredero que durante tanto tiempo había estado deseando. Perdonándole la vida a Huldah, le dijo que cuidara del niño cuando naciera y aguardara sus instrucciones. Luego abandonó la cueva y envió una llamada telepática a Mercy, informándole que estaba vivo.
En Ocala, Hagen Remillard había reunido finalmente el valor necesario para desafiar a su terrible padre. Mientras Marc proseguía su inútil búsqueda estelar, Hagen y el resto de los hijos y nietos de los Rebeldes huyeron de la isla, encaminándose hacia Europa tras impedir una posible persecución inutilizando todos los barcos más grandes. Marc «regresó» el 16 de mayo con una premonición de lo que había ocurrido hacía cuatro días. Algunos de sus viejos camaradas estaban a favor de acabar con los muchachos, eliminando así la amenaza de una puerta del tiempo de doble sentido de una vez por todas. Marc se negó a tomar en consideración eso y propuso otro plan. En una semana o así, cuando las condiciones fueran favorables, los muchachos serían obligados a desviar su rumbo hacia las costas africanas, dando a sus padres tiempo para reparar sus dañadas naves e ir tras ellos. Mientras tanto, Marc tenía un plan para impedir cualquier intento de Cloud de tratar independientemente con Aiken. Y con suerte, conseguiría neutralizar al mismo tiempo al recién coronado Rey…
Ocultando su identidad, Marc se puso en contacto telepático con Aiken y reveló su conocimiento de la próxima expedición del Rey a España. Con Felice sometida a redacción por Elizabeth, Aiken esperaba descubrir el cubil de la loca mujer y recuperar la valiosa Lanza de Lugonn… que no sólo era un arma útil sino también el antiguo símbolo de autoridad del reino Tanu. Marc se ofreció a revelarle la exacta localización del cubil, y también se comprometió a ofrecer la ayuda mental de su gente. Nadie sabía cuándo iba a abandonar Felice el Risco Negro. Si descubría a Aiken intentando robarla, el joven iba a necesitar toda la ayuda que pudiera conseguir.
Aiken dedujo astutamente la identidad del desconocido telépata. Aunque no confiaba en Marc, se sintió ansioso por utilizar el sofisticado programa metaconcertado que le ofrecía el líder rebelde… siempre que pudiera disponer de un «fusible» viviente de seguridad (en la persona del infortunado Culluket) insertado en la estructura multimental para escudar a Aiken de la influencia mental directa de Marc.
Concluido su acuerdo con Marc, Aiken partió hacia España con un ejército de sus metapsíquicos más fuertes, planeando encontrarse con Cloud Remillard y sus compañeros y con una fuerza auxiliar mandada por el conservador Celadeyr de Afaliah.
Mercy acompañaba a Aiken. Forzó a Culluket a que fuera con ella en un vuelo secreto al campamento de Celadeyr, y allí comunicó la noticia de que Nodonn estaba vivo. Celadeyr se mostró enormemente alegre, al igual que el convaleciente Kuhal el Sacudidor de Tierras. Mercy no se había atrevido a transmitir la noticia telepáticamente porque temía que Culluket, un poderoso redactor que odiaba a su hermano Nodonn, lo traicionara a Aiken. Pero ahora… Culluket admitió irónicamente que no le importaba cambiar de bando… puesto que Aiken lo había designado, lo quisiera o no, para el papel de «fusible» en su metaconcierto, cosa que probablemente iba a resultar fatal para él.
Mercy urgió a los otros a que abandonaran a Aiken y volaran con ella hasta la distante Var-Mesk, donde estaba ocultándose Nodonn. Aluteyn señaló que habían jurado ya fidelidad a Aiken; resultaría deshonroso para ellos desertar de sus compañeros a esas alturas. No… tendrían que seguir adelante con la incursión a la madriguera de Felice. Si sobrevivían, entonces sería el momento de alinearse en torno a Nodonn.
El 2 de junio, mientras las fuerzas de Aiken se preparaban para el ataque al monte Mulhacén, Elizabeth efectuó su intento culminante por liberar la mente de Felice de los factores patológicos responsables de su psicosis. Contra la opinión del juicioso Dionket, que había sido Lord Sanador de los Tanu, creía que una vez Felice estuviera cuerda, abandonaría sus megalomaníacas fantasías de poder y se convertiría en una fuerza tremenda para el bien. Con gran peligro personal, Elizabeth efectuó el drenaje psíquico. Felice despertó con su mente libre al fin de anomalías… sólo para echarse a reír ante las altruistas proposiciones de Elizabeth y alejarse volando feliz del Risco Negro, en busca de su propio placer.
Su primera parada fue en el poblado Inferior de Manantiales Ocultos. Allí, la hermana Amerie, a la que amaba Felice, estaba celebrando una solitaria Misa de acción de gracias por haber vuelto sana y salva a casa. Felice exigió que la monja abandonara su vocación y se fuera con ella. Cuando Amerie se negó, Felice ejerció su fuerza psíquica. Amerie resultó muerta. Entonces Felice centró fríamente su búsqueda en su otro amor, Culluket el Interrogador. Tras no encontrarlo en su rápida inspección de varias ciudades Tanu, se encaminó a su madriguera para pasar la noche.
Descubrió su escondite en la montaña enterrado bajo un desprendimiento de toneladas de roca… obra de Aiken. Incandescentemente furiosa, fue tras el saqueador y sus fuerzas, que se hallaban huyendo a toda prisa en sus botes río Genil abajo. Aiken y sus técnicos estaban trabajando locamente para reparar la Lanza láser, sabiendo que eso les proporcionaría un margen de seguridad si Felice atacaba.
La visión a distancia de Marc, artificialmente aumentada, captó la aproximación de Felice y dio la alarma. Aiken asumió la posición ejecutiva en el metaconcierto y expelió un inmenso golpe psicoenergético. (Pese a lo fuerte que era el golpe, estaba por debajo del nivel de seguridad del potencial máximo de la estructura. Aiken había descubierto en su utilización anterior del metaconcierto, cuando destruyó la guarida de Felice, que intentar canalizar toda la potencia a través de su cerebro desnudo era muy probable que lo matara. Y era posible que esto fuera exactamente lo que el taimado Marc hubiera planeado.)
Mientras las reverberaciones del golpe contra Felice morían lentamente, Aiken oyó la voz telepática de Marc diciendo: Creo que le has dado. Una décima de segundo más tarde, la exultación del Rey se transformó en un absoluto terror. Oyó un agonizante grito telepático de Marc: ¡DIOS, NO, HA EFECTUADO UN SALTO-D! Hubo una imagen ininteligible, una pausa, y luego la voz telepática de Marc urgiendo a Aiken para que golpeara de nuevo a Felice.
El metaconcierto, con sus miles de mentes entrelazadas, vaciló, luego se afirmó. Por un momento algo había ido terriblemente mal… pero Aiken se dio cuenta de que si no golpeaba a Felice con toda la psicoenergía que tenía a su disposición, lo más seguro era que ella los destruyese a todos. Desesperado, lanzó toda la carga de psicoenergía contra ella. El shock lo envió bruscamente al olvido.
Despertó para descubrir a Elizabeth, Dionket y Creyn atendiéndole. Había estado a punto de morir, pero ellos lo habían salvado. Anticipándose a aquel desastre, Elizabeth había pedido a Minanonn que la llevara volando a ella y a los otros dos redactores a España, donde habían observado el encuentro con Felice y sus consecuencias.
Felice había desaparecido. El golpe mental había desencadenado un enorme desprendimiento en el río, sepultando a parte de la flota de Aiken y alterando el curso del Genil. Cull había desaparecido, y el Maestro Artesano, y Mercy, y unas noventa personas más. El resto estaban a salvo… y aguardando la recuperación del Rey.
Aiken apenas pudo creer que Mercy estuviera muerta. Su cuerpo no había sido recuperado. Pero estaba el testimonio de Celadeyr, que afirmaba haberla visto morir, y se había hallado el casco plata y esmeralda de Mercy. Aún terriblemente débil, Aiken volvió a Goriah para recuperarse. Intentó ponerse telepáticamente en contacto con Marc Remillard en Norteamérica, pero no recibió ninguna respuesta.
Pasó algún tiempo. Un contingente de Inferiores al mando de Basil Wimborne viajó de nuevo al cráter de la Tumba de la Nave. Allá consiguieron recuperar nada menos que veintinueve de los aparatos exóticos, haciendo que funcionaran de nuevo. El resto fueron destruidos o desmantelados para piezas de repuesto. Según lo planeado, veintisiete de los voladores fueron llevados a un escondite secreto en las laderas del Monte Rosa… que en la época del plioceno excedía en altura al Everest. El Jefe Burke confiaba en que esta región fuera inaccesible tanto para Aiken como para los Firvulag.
Los otros dos voladores trajeron a la expedición Inferior de vuelta a las montañas de los Vosgos. Allá fueron ocultados en el Valle de las Hienas, no muy lejos de Nionel, donde se planeaba adaptarlos para finalidades defensivas.
En la pequeña ciudad Tanu de Var-Mesk, en las orillas del Mar Nuevo, Celadeyr de Afaliah se reunió finalmente con Nodonn. Traía consigo a Mercy… que, por supuesto, no estaba en absoluto muerta. Hubo una tierna reunión entre Nodonn y su anterior esposa. Puesto que no había tiempo para regenerar la mano desaparecida de Nodonn, Mercy le proporcionó una mano de plata para sustituir a la prótesis de madera que el viejo Isak había tallado para él, allá en Kersic. Tristemente, Nodonn le dijo a Mercy que ella tendría que volver con Aiken mientras él acompañaba a Celadeyr a Afaliah para empezar a reunir una fuerza oponente de conservadores. Era preciso que Mercy lo mantuviera informado de los movimientos de Aiken. Aiken era demasiado metapoderoso para que cualquier Tanu pudiera mantenerlo bajo observación por medio de la telepatía normal. Tras un breve interludio de felicidad, los dos amantes se separaron de nuevo.
Mercy regresó junto a Aiken contándole que había sufrido amnesia. El Rey pareció creerla; pero había cambiado mucho con relación al bromista truhán que había llegado a la Tierra Multicolor el agosto pasado. Tenía un aire sombrío, y aún no se había recuperado completamente de los terribles efectos de su lucha contra Felice. Juntos, Aiken y Mercy supervisaron los preparativos para el Gran Torneo, que se celebraría a finales de octubre en lugar del abolido Combate.
Mientras tanto, en Afaliah, Nodonn y Celadeyr difundían la noticia entre todos los Tanu tradicionalistas de que el heredero designado por su difunto Rey Thagdal estaba vivo y dispuesto a desafiar al usurpador Humano. El hermano de Nodonn, Kuhal el Sacudidor de Tierras, recuperó casi completamente sus fuerzas tras un innovador tratamiento con la Piel compartido con Cloud Remillard. Cloud, atraída por Kuhal y sola ahora en la Tierra Multicolor (su hermano y los otros estaban avanzando lentamente por tierra desde el lugar donde habían desembarcado en la costa occidental africana), se convirtió a la causa tradicionalista. Nodonn había prometido su cooperación en una reapertura temporal de la puerta del tiempo si los hijos de los Rebeldes la destruían tras su paso.
Lo ocurrido con Marc era aún un misterio. No había respondido a los intentos de Cloud de ponerse telepáticamente en contacto con él, y tampoco había conseguido comunicar con ninguno de los otros Rebeldes de Ocala. Cloud llegó a la conclusión de que su padre debió haber sido atacado por Felice en una maniobra metapsíquica inusual, el salto dimensional o translocación. Se trataba esencialmente de un salto hiperespacial accionado mentalmente… el tipo de operación que había realizado la Nave de Brede cuando había transportado a los exóticos desde la galaxia Duat hasta aquella. El salto-D era una metafunción rara pero conocida en el Medio Galáctico. Felice podía haber rastreado a Marc a lo largo de su haz telepático y causado un daño considerable. Cloud y Hagen sospechaban que Marc había sobrevivido, puesto que se hallaba metido en la armadura del equipo cerebroenergético, conocida como el sarcófago, que proporcionaba un aumento artificial de sus poderes mentales. Pero una vez abandonara la protección de la armadura, sus heridas requerirían seguramente tratamiento en el tanque de regeneración de Ocala. Eso explicaba por qué Marc llevaba incomunicado casi tres meses…
Allá al norte, en la ciudad Aulladora de Nionel, Tony Wayland el metalúrgico y su amigo Dougal hacían una vez más planes para unirse a Aiken Drum. Abandonando a sus devotas y goblinescas esposas, los dos hombres partieron jungla a través, para tropezarse al fin por accidente con el Valle de las Hienas, donde fueron capturados por los Inferiores que trabajaban en los aparatos exóticos. Como conocidos desertores de los poblados del hierro y posibles traidores, Tony y Dougal fueron enviados bajo guardia a Manantiales Ocultos para ser juzgados por el Jefe Burke. En el camino, el grupo cayó en una emboscada de regulares Firvulag. Dougal escapó, los Inferiores de la escolta resultaron muertos, y el acobardado Tony salvó su vida balbuceando a los Firvulag todo lo que sabía acerca de las aeronaves.
Llevado al Alto Vrazel, Tony repitió su historia al Rey Sharn y a la Reina Ayfa. Luego fue dejado en manos de una ogresa, la Terrible Skathe, mientras los monarcas Firvulag ponderaban las formas de utilizar aquella información. Sabían que Nodonn estaba reuniendo sus fuerzas allá en Afaliah, y que se hallaba en posesión de la sagrada Espada de Sharn, que en su tiempo había sido esgrimida por el propio antepasado del Rey Firvulag en la Guerra del Crepúsculo, y que debería estar en posesión de su sucesor en cualquier reanudación de las hostilidades. Nodonn se hallaba aún demasiado débil como para atacar a Aiken en Goriah… incluso utilizando la Espada. Después de todo, Aiken se hallaba en posesión de la Lanza.
Pero si Nodonn dispusiera de la ventaja de las naves aéreas…
Sharn y Ayfa decidieron hablarle a Nodonn de los dos voladores (que los Firvulag eran incapaces de usar por sí mismos) ocultos en el Valle de las Hienas, a cambio de la Espada… si y cuando Nodonn venciera al usurpador. Nodonn era lo suficientemente honesto como para cumplir con su parte del trato, e indudablemente podían encontrarse, entre los Tanu Primeros Llegados, algunos pilotos supervivientes.
La proposición fue hecha y aceptada. El 24 de agosto, cuatro Tanu y Cloud Remillard invadieron el Valle de las Hienas, dominando a Basil y su grupo. Con una nave mandada por Thufan Cabeza de Trueno, un experimentado piloto Tanu, y la otra manejada por Celadeyr, que tenía un cierto entrenamiento como piloto, Nodonn acaudilló a 400 caballeros Tanu en un asalto aéreo a Goriah.
Mercy supo lo que se estaba preparando. A fin de impedir a Aiken que utilizara la reserva de armas del Medio contra Nodonn, convenció al especialista psicocinético Humano Sullivan-Tonn, cuya joven esposa, Olone, estaba encaprichada con Aiken, para que le ayudara. Mercy y Sullivan se abrieron paso hasta el calabozo acondicionado donde estaban almacenadas las armas, y ella utilizó su poder creativo para descomponer el revestimiento aislante de la estancia, envolviendo todo el equipo en una masa esponjosa formada por burbujas de gas venenoso.
Aiken se enfrentó a ellos cuando huían de la estancia. El Rey Nonato acabó con Sullivan, luego llegó a Mecy a su cama para una última y fatal unión. Cuando ella murió, el cerebro de él asimiló todos los poderes que habían sido de la mujer.
A primeras horas de la madrugada, Nodonn y sus caballeros atacaron al ya prevenido Aiken. El truhán derribó las dos naves, y un cargamento completo de invasores Tanu pereció. Los 200 hombres mandados por Nodonn y Celadeyr y Kuhal el Sacudidor de Tierras alcanzaron el Castillo de Cristal e iniciaron una batalla campal con las fuerzas de Aiken. Aiken había conseguido reunir solamente un reducido equipo de defensores, pero la mayor parte de ellos estaban equipados con armas del Medio tales como carabinas láser y aturdidores. Ganaron ventaja con ellas.
Nodonn encontró el cuerpo de Mercy, ahora solamente una forma compuesta por grises cenizas, aún llevando su torque de oro. En el momento mismo en que le daba a Mercy su adiós, Nodonn oyó la voz de Aiken ordenándole que saliera del castillo para su encuentro final.
Flotando en medio del aire, los dos hombres reiniciaron el duelo que había quedado interrumpido hacía tantos meses por la Inundación. Nodonn era el principal agresor, golpeando a Aiken con el arma fotónica al mismo tiempo que con sus energías mentales. Aiken parecía apenas capaz de defenderse, limitándose a ocultarse en el interior de una burbuja psicocreativa. En el castillo, todo el mundo abandonó su lucha para contemplar el fantástico duelo.
Cuando pareció que el campo de fuerza de Aiken estaba debilitándose, Nodonn reunió todas sus fuerzas restantes en dos golpes finales que agotaron la energía de la Espada. El pequeño humano desapareció en un cegador globo de luz… pero cuando éste se disolvió, el truhán aún seguía allí, sin ninguna protección, vivo y preparado para terminar con todo aquello. Los testigos habían visto a Nodonn realizar su último esfuerzo. Ahora era el turno de Aiken.
Desdeñosamente, el poder del Rey Nonato envió Espada y Lanza a un lado. Utilizando tan sólo su mente, Aiken golpeó. Del mismo modo que había muerto Mercy murió Nodonn… su mente absorbida, su cerebro reducido a cenizas, su ennegrecida mano de plata cayendo hacia el mar, solamente para ser capturada por Aiken y triunfalmente exhibida.
Al otro lado del Atlántico, en la isla Ocala, Marc Remillard había estado observando. Ahora estaba preparado para poner en marcha sus propios planes.
Era el 25 de agosto. Exactamente un año antes, Aiken y los demás miembros del Grupo Verde habían cruzado la puerta del tiempo al plioceno.
Lean ahora el cuarto y último volumen de la Saga del Exilio en el Plioceno, que empieza con una retrospectiva del momento de la gran lucha con Felice en el Río Genil… y luego recobra el hilo argumental de la crónica inmediatamente después de la victoria de Aiken sobre Nodonn.