Killian había tenido suerte. Había vuelto al hotel, había cogido una copia del listín telefónico local en recepción y se lo había subido a su habitación junto con un callejero de la zona este de El Cairo. Después, y empezando por el aeropuerto, había ido llamando a los principales hoteles que localizó pidiendo que lo pasaran con la habitación del señor Bronson. No era el apellido más común del mundo y la recepcionista del decimoquinto hotel al que llamó le dijo que el huésped que buscaba llevaba fuera todo el día.
Tan sencillo como eso.
Hizo las maletas, pagó la cuenta y se puso en marcha hacia el hotel donde ahora sabía que Bronson y Angela estaban alojados. Pasó conduciendo por delante del edificio, aparcó a un lado de la carretera, a unos cien metros del hotel, y miró atrás.
Estaba situado en un tramo bastante recto que ofrecía buena visibilidad en los dos sentidos y Bronson, por supuesto, podía llegar desde cualquier dirección. Pero la carretera principal se extendía por un extremo de la calle y sería ese punto, lógicamente, por donde Bronson aparecería con más probabilidad, de modo que ahí fue donde Killian decidió esperar. Era esencial que viera a su presa antes de que llegaran al hotel, ya que una vez entraran en el edificio, dejaría de tenerlos a su alcance.
Se incorporó al tráfico y eligió un hueco vacío cerca de la carretera principal desde donde vería a cualquier coche que girara para entrar en la calle del hotel. Cerró el habitáculo y fue hasta una pequeña tienda donde compró agua embotellada y varios paquetes precintados de galletas y pastelitos antes de volver al vehículo. Bajó todas las ventanillas y colocó la comida y la bebida en el asiento del copiloto. Abrió el capó y, hábilmente, desactivó el airbag del Renault. Después se sacó unos prismáticos del bolsillo y los puso sobre el salpicadero, donde podía alcanzarlos con facilidad. Finalmente, se abrochó el cinturón de seguridad y dejó la llave en el contacto para poder arrancar y ponerse en marcha en cuanto viera algo.
Y entonces, se acomodó para esperar.