—¿Estás seguro de que es aquí? —preguntó Dexter moviendo de arriba abajo la luz de la linterna, iluminando las paredes.
Los tres estaban con el agua hasta las rodillas y tenían los pantalones cortos y la parte inferior de las camisetas empapadas. Hasta aquel momento no habían encontrado absolutamente nada.
—¡Ya te he dicho que no lo sé! —dijo Baverstock visiblemente enfadado—. Me pareció la opción más probable, teniendo en cuenta la mención a la cisterna que aparece en las tablillas de barro. El túnel de Ezequías era la fuente de agua potable más importante de las gentes de Jerusalén, de manera que, por lógica, teníamos que buscar aquí. Además, está lo suficientemente cerca del Monte del Templo como para que se corresponda, también, con la referencia a «el fin de los días».
—El problema es que se trata de un túnel excavado en la roca —dijo Dexter—. Por lo que he podido ver hasta ahora, no hay prácticamente ningún lugar que se pueda utilizar como escondite.
—Bueno, lo que está claro es que no vamos a encontrar nada si nos quedamos aquí discutiendo —gruñó Baverstock—. Moveos y seguid buscando. No me gustaría tener que volver otra vez.
Bronson y Ángela llevaban unos veinticinco minutos caminando cuando sus linternas mostraron una sección del techo bastante baja, que tenía forma casi de pagoda. Allí la roca formaba una elegante curva hacia abajo mientras los extremos se extendían ligeramente hacia arriba. Esa parte del túnel era bastante ancha.
—Este es el punto de encuentro —explicó Ángela—. Aquí se reencontraron los dos grupos de excavación en el año 701 antes de Cristo.
—¡Es asombroso! —exclamó Bronson—. Especialmente si pensamos en lo fácil que hubiera sido que no consiguieran coincidir. Piensa en los conocimientos técnicos que se necesitaron cuando construyeron el túnel del canal de la Mancha para asegurarse de que los dos equipos llegaran al mismo lugar en el mismo momento.
Siguieron avanzando y poco después Bronson se detuvo de nuevo.
—Aquí hay otro túnel —dijo—. Es muy corto. Apenas mide unos metros.
—En realidad hay dos —le dijo Ángela—. Parece como si los hubieran empezado los obreros que excavaban en dirección al manantial, pero luego se dieron cuenta de que iban en la dirección equivocada y los hubieran abandonado.
Examinaron centímetro a centímetro del falso túnel, por encima y por debajo del nivel del agua, y luego pasaron al segundo y repitieron todo el proceso.
—Tanto los muros como el techo son bastante toscos en algunas zonas, pero no he notado nada que pudiera servir para esconder ni siquiera una caja de cerillas, ni mucho menos un rollo de más de medio metro —dijo Bronson—. Y doy por hecho que el objeto que estamos buscando tiene más o menos ese tamaño, ¿no?
—Es probable. Y no descarto que sea aún mayor —dijo Ángela con un tono algo alicaído—. Sigo pensando que este es el escondite más probable, pero tal vez malinterpreté las pistas. De todos modos, ya que estamos aquí, será mejor que sigamos buscando.
Unos minutos más tarde, cuando se aproximaban al estanque de Siloé y la altura del techo se alzó considerablemente, Bronson divisó un óvalo oscuro en lo alto del muro.
—Creo que deberíamos echar un vistazo —dijo moviendo la luz de la linterna alrededor de la abertura, intentando iluminarla mejor—. Creo que es una cavidad.
Ángela la miró detenidamente.
—Puede que tengas razón —dijo en un tono algo más esperanzado.
Bronson encontró un pequeño saliente y apoyó en él su linterna para iluminar mejor el lugar.
—Debe de estar a unos tres metros —dijo—. Si te subes a mis hombros, quizá consigas meter la mano.
Ángela apagó su linterna y se la guardó en el bolsillo del pantalón.
Bronson entrelazó las manos y ella colocó un pie en el estribo que había formado, apoyó la espalda en el muro del túnel y se alzó. Cuando colocó los pies sobre los hombros de Bronson, éste se movió ligeramente hacia delante y apoyó los brazos a ambos lados del túnel.
—¿Llegas? —preguntó.
—Sí. Estoy intentando introducir la mano. —Seguidamente, tras una breve pausa, la voz de Ángela, potente y entrecortada por la emoción, anunció—: ¡Aquí hay algo!