Sanctus Januarius[35]
Tú, que con flamígera lanza
has partido el hielo de mi alma,
de tal modo que ahora, férvida, hacia el mar
de su más alta esperanza se apresura:
más luminosa cada vez, y cada vez más sana,
libre en la más amorosa necesidad:
ella ensalza tus milagros,
¡bellísimo Januarius!
Génova, enero de 1882.