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«… Y maldición el día en que el relojero Watt descubre la máquina de vapor, el barbero Arkwright el telar continuo y el orfebre Fulton el barco de caldera, así este mismo Drummond, cuya noble alma se entusiasma con los esfuerzos de los capitalistas por elevar el nivel de vida de la clase obrera, nos habla en su informe, entre otras, de las fábricas modelo de hilados y tejidos de algodón de los Lowell y Lawrence Mills. Las casas en las que las obreras comen y se alojan pertenecen a la misma sociedad anónima que es propietaria de la fábrica, el personal que regenta estas casas se halla a sueldo de la misma sociedad, que les prescribe sus reglas de conducta, ninguna muchacha puede salir de casa después de las diez de la noche. Y ahora viene lo bueno. La policía especial de la sociedad patrulla los alrededores de la fábrica para impedir toda transgresión contra este reglamento doméstico. Después de las diez de la noche no se deja entrar ni salir a ninguna obrera. Ninguna puede vivir en edificios situados fuera de los terrenos propiedad de la sociedad en los que cada vivienda le cuesta unos diez dólares de alquiler. Aquí vemos en todo su esplendor lo que es el consumidor racional que se preconiza: “En muchas de las mejores viviendas de estas obreras he visto un piano, lo cual quiere decir que la música, el canto y la danza desempeñan un papel importante en la vida de estas muchachas que, después de diez horas de trabajo continuo junto al telar, necesitan variación tras la monotonía más que verdadero descanso”. Pero el secreto principal de cómo hacer del obrero un consumidor viene ahora. El señor Drummond visita la fábrica de cuchillos de Turner’s Falls (Connecticut River), donde el señor Oakman, tesorero de la sociedad anónima, después de decirle al visitante que los cuchillos norteamericanos de mesa son superiores en calidad a los ingleses, continúa: “También en cuanto a los precios daremos la batalla a Inglaterra y esto lo lograremos tan pronto como obtengamos el hierro más barato y reduzcamos el coste del trabajo”. Reducción de los salarios y aumento de la jornada de trabajo, he ahí el meollo del procedimiento sano y racional que elevará al obrero a la dignidad de un consumidor racional, para que cree un mercado en que puedan encontrar salida la masa de objetos que ponen a su alcance la cultura y el progreso de los descubrimientos…»

Un accidente con muerto no es ninguna broma. ¿Qué tal se encuentra?

Muy bien, mal afeitado, picajoso, meado, estupendo. ¿Y los niños?

No tengo niños.

Pues entonces la parienta, ¿qué tal?

Muy bien, le molestan las varices, pero bien. Hace frío, ¿no?

Pero no llueve, demasiado tiempo sin llover, ¿no cree?

Lloverá, lo ha dicho el hombre del tiempo.

El campo lo necesita.

Saldrán hongos a manta.

Ésta sería la conversación idónea, maldito si me importa el tiempo, pero de algo así deberíamos hablar para pasarlo sin presionar al cerebro, pero no, hay que insistir en el tema, agotarlo, excitar el lóbulo temporal para que sude la ilusión del miedo y eso no me deja mucho margen, debo planificar la maniobra navajera, buscar el momento oportuno y sigo la corriente, qué remedio, es difícil aparentar calma cuando se está seguro de la propia muerte por ejecución y se planea la huida con un libro por todo escudo y excusa.

—Accidentes siempre ha habido y sin embargo convenios y forcejeos salariales hemos resuelto cantidad. ¿A qué viene este show? Un numerito de auténtica mala leche, pues la empresa se puede ir al traste. A pesar de la crisis sectorial tenemos la cartera llena de pedidos y sin stocks la huelga es una puñalada por la espalda.

—Haber pactado.

—¿Bajo presión? Nunca.

—¿Cuántas veces se ha aprovechado usted de las circunstancias? ¿Cien mil? No le quepa duda de la mala leche, quizá aprenda la lección, discutimos desde una postura de clase y según la fuerza del respaldo son las ventajas que se obtienen.

—Es un chantaje.

—Carecemos del principal elemento de presión en la sociedad capitalista, el derecho de huelga, y eso nos complica mucho las cosas. No podíamos desaprovechar lo del pobre Martín.

—Un chantaje que puede convertirse en asesinato.

—Cuando hable de asesinato no sea egoísta y piense en los demás, ¿qué ocurre cuando practica el viril deporte del lock-out?, ¿y cuando empieza a circular la lista negra de líderes despedidos?, ¿y cuando las fuerzas del orden público disparan al aire…?

Cómo voy a pensar en otra cosa si estoy convencido del tiro de gracia en la nuca, si tú eres el más sensato y ya te exaltas con estas conversaciones del encierro, es una locura, quizá me lo esté volviendo, pero tengo que decidirme, si entra Abelbi con la pistola desenvainada mi última oportunidad se habrá volatilizado, discute, discutamos mientras preparo el cuchillo, eso habrá que hacer, estoy decidido, tengo que salir por mis propios pies, ya no es miedo, es claustrofobia, la de amar y temer el futuro inmediato, tan lúgubre, de marioneta.

—¿… y empiezan a rodar los muertos?

—En Eibain jamás ocurrió eso.

—Ahora sí, dado que los proletarios vuelan, ¿sabe?

—Demagogia.

—Ya, la demagogia es buena digestión o mala conciencia, depende.

—La cosa va mejorando para ustedes, el conflicto colectivo dejó de ser causa de sedición, del código Penal pasó al Laboral y hoy ya pueden tramitar el permiso de huelga.

—Tramite una y verá, es imposible, pertenece a una reglamentación autárquica trasnochada.

—A mí me lo va a contar. He tramitado expedientes tan engorrosos como para hacer perder la paciencia al santo Job y toda su parentela burocrática.

—Entonces no se sorprenda de que nos saltemos las normas.

—Hay que respetar las reglas del juego.

—No cuando el que baraja es parcial, son los trabajadores los que sufren represión por este asunto mientras que ningún empresario es perseguido pase lo que pase.

—Hombre…

—La iniciativa privada es básicamente injusta, pero sin el contrapeso de la iniciativa de huelga es criminal.

Te ronda la idea del crimen, revolotea con sus plumas obscenas sobre nosotros, obsesionándonos, es el momento, por eso cierro el puño valorando el pájaro en mano contra la esperanza de no sabemos qué pasará, soy el malo de las películas, cuanto más se trabaja más malo es uno, tú eres el bueno blando, por sensato, y por eso te elegí, al duro, Abelbi, se le tiene miedo pero se le respeta, por si acaso, por eso procuro ser duro, si eres blando te comen las moscas, el favor se le hace al duro buscando su complacencia, la faena al blando porque no se teme su represalia, por eso te ha tocado, en la muñeca, un tajo para desarmarte y si resistes y fallo peor para ti, donde pueda, empuñaré la pistola y que sea lo que Dios quiera, no me va a detener nadie, según dicen son inencasquillables y no hace falta mucha experiencia para apretar el gatillo, sólo el furor de salir a todo trance, aprieto el puño.

—A mí la huelga me parece siempre un mal a evitar, hasta la presente había conseguido evitar todas, incluso pagando por encima de convenios y en contra del sindicato.

—Con esquiroles.

—Obreros sensatos.

—A cambio de más productividad.

—No se puede repartir la piel del oso sin cazarlo antes, pero a veces a cambio de nada, de paz.

—¿Ha oído hablar de eso de a cada uno según sus necesidades?

—Eso pertenece a la etapa final utópica.

—Bravo, se está convirtiendo en un fiel intérprete del marxismo leninismo.

—La única verdad es la mesa de negociaciones.

—Con un asesor jurídico impuesto, con una representación de base a dedo y con un desconocimiento absoluto de la cuenta de resultados, amortización, distribución de beneficios, valor añadido…

—Otra utopía. Qué más quisiera yo que saber todo eso de mi propia gestión.

—Me desmoraliza, señor Lizarraga, le creía mejor oligarca.

—Es usted un optimista, a la gente no le interesa el balance del ejercicio, le interesa el sobre del sábado, ver a la Real el domingo y se acabó.

Allá voy, con el pulso tenso de los años mozos, a cien, empuño el cuchillo de juguete como un hacha el aizkolari dispuesto a derribar el tronco que se opone a su objetivo, hace años, en mis años de «Jenti», no habría tenido la más mínima dificultad, con o sin cuchillo le barrería, ha sido un error dar esa voz de ataque pero ya está dada, aurrera, y otro error levantar el puño, para herir es mejor de abajo arriba, pero no quiero de muerte, sólo el brazo armado con la pistola, con todas mis fuerzas, ahora o nunca.

—¡Allá voy!

—¿Pero qué hace? ¿Está loco?

—¡Paso!

El choque provoca una contracción sísmica, las horas de despacho no pasan en balde y a las humillaciones consecutivas se une la de la fuerza física, la que más me duele en una carrera en la que no sabría distinguir entre el cúmulo de decepciones, la firmeza del supuesto blando Abelbat, sin apear el usted ajusta como una pieza de precisión sus manos en mi muñeca que tantos pulsos de sidrería y negocios ha llevado y que ahora me sorprende con su poca resistencia, en un acrobático paso atrás de judo, sacudiéndome como para saltar a la comba, me obliga a la pirueta torpona, con golpe seco, el de mis costillas contra el duro suelo de lona, quedo fuera de combate, el chasquido del brazo me horripila, luxación, rotura, trizas del hombro, del codo, del brazo entero, pues las articulaciones no me responden y permanezco inmóvil para recuperar el aliento y no gritar de dolor, dejando correr el terremoto, todo se mueve, las fuerzas desatadas de la naturaleza han invadido la tienda o lo que quiera que sea donde nos encontramos, la frenética danza de los energúmenos alrededor me quita el aire, no puedo más, me ahogo, fue una locura, el brazo está laminado, cuelga inerme y es el dolor barrenándome el cráneo en espiral el que provoca la sudoración mientras me muerdo los labios para no gritar, para que no se escape el acerico de mi alma contraída y contrariada, se acabó, quizá se acabó de veras, me siento morir.

—¡Quieto, cabrón!

—¡Dale!

—¡Toma castaña!

—Más.

—No, ya tiene bastante.

—Me lo cargo, ¿eh? Me lo cargo.

Es otra sudoración la que se superpone a la del dolor de los golpes, asciende visceral cuando la perspectiva del negro hocico, la familiar boca de la Parabellum, se pierde, avanza estrábica, cruza la barrera de la visión próxima y se incrusta en mi frente, un círculo de muerte, modelo Brigadier, calibre nueve, frío metal sobre las hirsutas cejas, coincide con el chasquido del seguro, del percutor, ahí la tengo, una vibración del índice sobre el gatillo y mi cerebro les salpicará de neuronas la negra máscara del pasamontañas, están los tres, parecen más, una multitud de encapuchados, el Ku-Klux-Klan celebrando la procesión del Corpus, la ola que asciende del vientre se nubla caritativa vista e inteligencia, me mareo sobre las olas del fallo cardíaco, el agradecimiento al velo de la nada acapara mis cinco sentidos por tanto tiempo embotados, ahora nulos a cualquier estímulo mientras les oigo hablar en un fondo que se difumina bajo los velos hieráticos del fatal desenlace, estoy vivo pero me siento morir.

—Déjale, está sin sentido.

—Si no se ha roto el cajón de los mecanismos no se ha roto nada, qué tío.

—Tiene reaños el viejo.

—Tocado del ala, valiente hijoputa, ¿pero qué pretendería? ¿Apiolarte y darse el bote?

—Te dije que mejor con las esposas y mira…

Estoy fuera de su círculo, atrapado en otro concéntrico de menor diámetro, me deslizo así hacia lo que será el vórtice del huracán, la calma del punto sin retorno, el final y aparte, el marcado en la frente por el cañón de la pistola, floto ingrávido, estoy levitando por encima de los acontecimientos, me veo a vista de pájaro, tumbado malherido y me compadezco de mí mismo, signo evidente de senilidad y a la contra me acuerdo de mi queridísima Libe con una intensidad desacostumbrada, a lo mejor, a pesar de los pesares, a nuestro modo, nos amamos, es penoso no poderse valer por sí mismo, el brazo me cuelga inerme, la autosuficiencia es el valor más alto de un hombre, por eso me acuerdo de ella, si es mi costilla rediviva tiene que estar aquí, junto al resto de huesos fraccionados, sólo ella puede ayudarme a los íntimos movimientos rituales del vestir, comer, pasar las hojas del periódico, la bragueta, triste destino humano, bragueta y calzoncillos, la dignidad pendiente de una fractura, a la barba, a los picores, a la impregnación de diversos fluidos, a la mugre, se añade la dificultad locomotora, tundido a palos, tenía que ocurrir, la tortura es la quintaesencia de la época, está agazapada entre líneas en cualquier nota de prensa, rebeliones, asesinatos, accidentes, suicidios, el hombre es un lobo para el hombre, primero le explota, después le mata, Libe mía, ayúdame, no quiero darles el gusto de mi postración, de mi inutilidad, cuando falló el molde y me troquelé los dedos, uno y medio, lo superé con la voluntad de los añorados años mozos, jamás flaqueé delante de nadie y menos de un subordinado, hacía el nudo sujetando un extremo de la liz con la boca, seguí en la prensa por más que la herida llegara a sangrar, es una cadena, la policía tortura a los huelguistas, ellos torturan al amo y el amo se rinde, claudica, liquidará por derribo su imperio particular a los auténticos profesionales del imperialismo, los usatarras del señor Turner, viva la Union Steel, para ellos todo, desde las cocinas al tren de laminación, el suicidio como forma exquisita de venganza, a ver si así lo entienden estos etistas de vía estrecha que ni siquiera se atreven a confesar su vasquismo, que ni ellos mismos saben lo que son ni lo que quieren, la sopa boba, no trabajar, nunca como ahora estuvo tan desprestigiado el amor al trabajo, parece la peste, parecen madrileños, corbata, coche, oficina y a casa con la tranquila conciencia del funcionario que fichó sus horas que ya ni siquiera son ocho, a embrutecerse con la tele, hay partido y es que ni van a la sociedad, venga a presumir de euskaldunes y cuando hablan, no digamos cuando escriben con la hache jodiendo palabras, no se entienden entre ellos y se quejan de que no les entienden sus padres, no los entiende ni Dios que ya repartió haches cuando lo de Babel, ya, todas para los ingleses, los fornicantes ingleses de Norteamérica, of course, digo, si todos vamos a terminar balbuceando sus aspirados ladridos y no nos quedará más remedio que meternos por el culo nuestras banderas idiomáticas que nadie habla, ellos sueltan su ing y todos de rodillas, euskera, valón, castúo, lunfardo, guaraní, de rodillas, ing de King, el rey del acero, del petróleo, del chupachups y a tragar para entendernos, las cuento como corderos, segundos, latidos, muertos, ing de engineering, blooming, slabbing, fitting, pitting, marketing, pressing, processing, merchandising, casting, planning y no consigo dormirme, dejar de pensar en cómo el tiempo pasó veloz sin conocernos, Libe de mi vida, quisiera estar contigo, cuídame, protégeme de esta jauría hambrienta que me acosa hacia su locura, desde las palabras que hay que dominar te gusten o no, swap, standard, cash-flow, babbitt, lock-out, spot, concast, feed-back, test, meehanite, royalty, cylpebs, pert, sin que nadie se atreva a traducirlas para no pronunciar su santo nombre en vano, ni siquiera las evasivas, autostop, strip-tease, elementales onomatopeyas de máximo efecto, del boom al crack en el que estoy sumido al borde de la locura, si no me salvas, Libe, estoy perdido, después de todo, a la hora de la verdad, solamente en ti confío.

—A quién se le ocurre.

—A sus años no lo entiendo, podía haberle costado cara la broma. La ampolla por favor.

—Es un psicópata inestable.

—¿Sí? El último sitio en el que me lo imaginaría es en el sofá del psicoanalista.

—No le vendría mal.

—La camisa de fuerza.

—Ya no delira, despierta.

—¿Eh? ¿Qué hace? ¿Quién es usted?

Intento incorporarme y el brazo me lacera con el agudo aviso de la fractura, es un dolor frío, sudo, resulta ridículo con el fonendo colgando de la capucha negra, la bata blanca sirve para ocultar las ropas de calle que se le adivinan, los zapatos muy sucios de un barro oscuro pero no llueve, no escucho el rumor de la lluvia, me está auscultando, es un médico, la pantomima de un médico para tranquilizarme, desde atrás unas manos suaves y enérgicas me dan la vuelta, me sujetan al suelo, estoy sobre el saco de dormir, en el brazo sano, el izquierdo, noto el dolor residual de un pinchazo, sobre la mesa adivino, no veo por el cambio de rasante, el maletín de urgencia, jeringa, gomas, cajas, a pesar de la desconfianza su presencia me alivia.

—Tranquilo.

—¿Es usted médico?

—Mejor cállese.

No me responde, es otro el que lo hace y su timbre de voz difiere de la gama habitual en esta última semana, si es que llevo aquí una semana, más, casi un mes, no sé, me parece un año, demasiado aturdido para razonar, quizá por eso no identifique la voz, me siento absolutamente cómodo, insisto a pesar del consejo, tengo que hacer un esfuerzo de voluntad para no hundirme en las nubes de la blanca y muelle almohada onírica, me cuesta mucho.

—¿Es médico?

—No, linternero, no te jode.

—¿Quién es? ¿Le conozco?

—Chist.

—Dígame al menos qué me pasa, soy un hombre enfermo con un tratamiento riguroso. El corazón, ¿sabe?

—Funciona como un reloj.

—¿Tengo el brazo roto? ¿Qué tengo?

—No se fatigue. Cállese.

Se incorpora, mira el termómetro, lo sacude y recoge los diversos utensilios en el maletín, el fonendo se le resiste, no parece muy práctico, estará nervioso, quizá le conozca y por eso no habla, o es extranjero, si fuera francés me traducirían el diagnóstico, si estuviera Libe le obligaría, es muy mañosa para las curas, sus emplastos de verbena son una bendición, de qué cosas me acuerdo, se me escapan los detalles, quisiera tener memoria fotográfica para grabar hasta el más nimio detalle, pero me duermo y esta vez sin inquietudes, me siento dormir por momentos sin necesidad de conteo alguno.

—¿Me va a escayolar el brazo?

Le acompañan hacia la puerta, hasta los pasos suenan diferentes, no les veo, estoy cara al fondo del saco, no puedo girar la cabeza, ni siquiera me apetece el intentarlo, me han inyectado algún sedante y dramatizo sereno, abandonado.

—¿Prefiere cortarlo?

Calma y serenidad, eso es lo que siento, será la inyección, tranquilizante sicótropo, recuerdo la extraña leyenda del cartonaje, hipnótico no barbitúrico, la oleada de sueño me baja los párpados sin temor al tiempo, ni corderos, ni latidos, ni piezas troqueladas, me dejo arrastrar pues lo intuyo como un refugio, dulce abandono en el que apenas acuso recibo de la noticia definitiva, la voz nueva, a mi lado, susurra.

—No merece la pena, mañana le sueltan o ejecutan.

ALBELBOST: Todo en orden, otro liso y continuamos, el tinto es medicinal como dice nuestro boticario don Félix, el mejor de los remedios, bueno, pues a lo largo de tantas vicisitudes ETA, por sucesivos desengaños, germinó creyendo sólo en una teoría política adaptable a sus fines, el marxismo leninismo y entonces el grupo de los fundadores, el de Txillardegi, como no estaba de acuerdo se salió, lo que son las cosas, las crisis confusionistas de la cabeza, la base siempre tiene el objetivo claro, sin nebulosas teóricas, pues la crisis coincidió con la gran escalada del setenta, el secuestro de Behil, el estado de excepción, el juicio de Burgos, pero al mismo tiempo cundió el miedo, el miedo es humano y no debe dar vergüenza salvo cuando no se sabe controlar, por eso empezaron los revisionistas atacando al maoísmo de Kurtwig y en la VI Biltzar Nagusia de ese mismo año, junto con la escalada, volvió a retroceder la fiebre patriótica abertzale, incluso en Vizcaya, al formar el Frente Obrero con el PCE, se volvió a las andadas de que el patriotismo divide a los trabajadores a favor de la burguesía, etc., es el peligro de que te manejen ellos o manejar tú las riendas, los comunistas se consideran los únicos intérpretes válidos de la teoría y los únicos representantes del proletariado, de allí salimos muy divididos, los de la VI con su felipismo por un lado y los milis de Biltzar Ttipia por otro y los del interior dando el callo y sin hacerles caso hasta que se pusieran de acuerdo, seguimos la lucha armada sin hacer caso de los que nos calificaban de aventurerismo o estrategas tercermundistas, por fin con la Operación Ogro se hizo la luz, fue la demostración de cómo golpeando en los testículos se tambalea cualquier gigante y para muchos el aceptarlo fue una autopsia, especialmente dolorosa para el PNV, como hurgar en una momia, ya te dijo algo Garmendia, ahora con la Operación Caín, que se la brindamos a nuestros hermanos de lucha cediendo los honores de la titularidad, queremos demostrar nuestra postura y los frutos que pueden conseguirse con nuestro sistema. La sigla ETA posee el mayor peso específico del grupo, el PCE es la hostia, lo sabe mejor que nadie y le gustaría apoderarse de ella, pero ya no puede, está desenmascarado. Nuestro objetivo es meridiano, la creación de un estado socialista vasco dirigido por la clase trabajadora de Euskadi y como instrumento de todo nuestro pueblo para la edificación de una sociedad vasca y sin clases, no concebimos pues una Euskadi libre para la burguesía. El problema cultural es básico y no quedará plenamente resuelto hasta la euskerización total, eso sí, partiendo de la actual situación trilingüe, hay trabajadores inmigrados que no han visto la necesidad de integrarse de lleno en la realidad nacional vasca, hemos de facilitar en todo momento tal integración, quienes legítimamente opten por no hacerlo, quienes quieran seguir siendo españoles, gallegos, franceses, necesitan ver garantizados sus derechos con el objeto de evitar la menor discriminación en el seno de la futura sociedad vasca, no somos racistas. Ciertamente que nuestra liberación como clase podía ser viable en el marco de una España o Francia socialistas, pero en nuestra opinión sólo con la independencia se podría garantizar la resolución de la otra cara del problema, nuestra liberación como miembros de una nacionalidad oprimida. A la larga somos partidarios de la abolición de fronteras cuando no haya condiciones para que un hombre explote a otro, ni para que una nación oprima a otra y nos lo ponen difícil, ¿no?, casi utópico. Condenamos por tanto a quienes desean la independencia de una Euskadi rica y poderosa, armada hasta los dientes y apta para explotar la fuerza de trabajo de unos inmigrados sin derechos políticos y sindicales y para explotar internacionalmente a una España subdesarrollada. Nuestra fuerza ha de servir para liquidar la opresión, nunca para explotar a otros pueblos. Es más, la riqueza de Euskadi es debida en gran parte al sudor de miles de trabajadores inmigrados y así hay que reconocerlo y subrayarlo, si para los trabajadores españoles y franceses la liquidación de toda desigualdad cultural y nacional con respecto al pueblo vasco es una obligación internacionalista, para nosotros, trabajadores vascos, lo es la contribución al desarrollo de las futuras España y Francia socialistas, es pues un argumento falaz el que la lucha por nuestra independencia divide a la clase trabajadora, joder, esto hay que decirlo a gritos, lo estamos gritando con la Operación Caín. Nuestra liberación como clase trabajadora vasca será posible mediante la conjunción solidaria, nunca supeditación, solidaridad de los esfuerzos revolucionarios de todos los oprimidos y explotados dentro del estado español y francés, entendemos entonces que las organizaciones antifranquistas que quieran aliarse con los revolucionarios vascos no pueden ponernos como condición previa que abdiquemos, siquiera temporalmente, de nuestro combate por la reunificación y la independencia, han de admitir la realidad de este combate y su carácter no contradictorio con la acción revolucionaria, sobre esta base ha de plantearse la necesidad de la coordinación y del apoyo mutuo efectivo, las acciones de masas, las huelgas, pueden ganar en amplitud y ser más eficaces estallando a la vez y apoyándose en la totalidad del estado con una doble eficacia, pues se evitarán los errores provocados por el aislamiento y la inmadurez, así como la concentración de fuerzas represivas en un solo lugar, esto es, repito, y me parece que me estoy poniendo dogmático, ¿no?, lo que pretendemos demostrar con nuestro mal hermano Caín. El que no lo vea claro es un ciego o un traidor. Somos partidarios de la lucha armada, no lo olvides, y por lo tanto si no pagan lo ejecutamos. Sin el olor de la pólvora la oligarquía no cede ni su posición ni sus privilegios. Ya estás viendo los melindres. Si muere, su familia lo habrá querido, les sobra el dinero, tampoco les hemos pedido una cantidad como para que la fábrica se vaya al carajo ni mucho menos, en la actual situación, si así fuera, los perjudicados serían los trabajadores. Por supuesto, tienes razón, no creemos en milagros y por lo tanto de cara al futuro no olvidamos las diferentes opciones de sustitución al régimen a las que ayudaríamos en diversos grados, en proporción a lo que acepten de nuestro ideario. Resumiendo, esto es todo. ¿Alguna duda? De acuerdo, terminamos, olvídate de mis rasgos que además son falsos, llevo peluca, tranquilo, nos fiamos de ti y de los datos de nuestro servicio de información, no sabes hasta qué punto funciona. El penúltimo trago, por nosotros y Gora Euskadi Askatuta![43]

MAURO FERNÁNDEZ ÁLVAREZ: Me puse guapo, con el de los domingos, que por experiencia de cuando lo de Mieres me lo sé bien, si vas de corbata te tratan mejor y no me trataron mal, lo del hábil interrogatorio pero en suave, aunque por allí resonaba cada leche de tiembla el misterio y agárrate que viene curva, pero ¿qué iba yo a decir? Lo mismo que en el sindicato, la huelga nuestra era por lo legal y si me apuras yo, como enlace, tampoco tenía que ver con la huelga, lo mío es el convenio y si apreté en lo de las normas de seguridad e higiene la cosa estaba clara, el pobre Martín aplastado bajo la bobina no es retórica, la sangre extendiéndose como una mancha de grasa es una prueba viviente, muriente, para su desgracia y la nuestra, que van unos cuantos que cascan en la fabricación de acero al paisano, la mejor aleación del mundo, y no será porque no nos interese conservar el pellejo, digo yo, que buen cuidado tenemos, hasta ojos en el cogote, cuando avanza el puente grúa por la nave con el caldero chorreando baba al rojo lo adivinamos a cien metros, lo olemos, pero no hay interés, que lo de sujetar la bobina bien chorra era con la carretilla y el pobre Martín bien que se dio cuenta de que le venía encima y él no tuvo la culpa, estaba en su puesto como Dios manda y nada, a mandar, aplastado, más liso que el pecho de la Carmen, que ya es decir, y llega un momento en que es como si te pusieran contra el paredón, la braga o la vida, y hay que optar, que no somos el lumpen-proletariado que dirían los teóricos, y se explota, natural, llega un momento que las pelotas se te hinchan tanto que se te explotan sólitas, eso es lo que ha pasado, pero el convenio estaba de antes y a eso me atengo, el rapto es otra cosa, que se lo sacudan como puedan, y sí, algo va a pasar, nos han soltado a todos, cada uno a su puesto, como en una obra de teatro, hala, cada uno a representar su papel en la función que va a empezar y rápido, que para mañana está la comisión citada de nuevo en sindicatos para lo de las cartas, no sabemos el desenlace pero lo habrá y están muy seguros, como si lo hubieran localizado, o pagado el rescate, o yo qué sé, pero esto se acaba o empieza, según se mire. A ver, un zurito, que me he pasado a la cerveza, las he pasado canutas y no veas la sed que da el canguelo, que no hay forma de aclararse con tanto si le ves, que no le verás, pero si le vieses como si no le vieras, cuando le veas, la mar serena.

EL RIOJANO: Vaya escapada, pero no te quejes que no te pintó tan mal como a otros. Aquí tampoco se aclara nadie, pero las apuestas ya van a la par y algunos cubriéndose por si las moscas. Parecía transparente lo del rescate y a la par es una locura, no pueden matarle, sería, no sé. ¿Tú qué dices, Paco? No te vayas como el zorro sin decir palabra.

PACO: De tal tiempo para atrás ya conté, ahora ver, oír y callar, que no estoy para muchos trotes, casi, casi, para entregar la cuchara y aquí, el señor, vosotros podéis contarle, como quien no quiere la cosa se saben chismes, chipi-chapa, chipi-chapa, trapos sucios que no van a sacar los parientes, que cuando el río suena agua lleva, aunque eso sí, a lo mejor no mueve molino, de dinero y de verdad, la mitad de la mitad.

ANÓNIMO XIII: De la verdad puede, pero de dinero el doble del doble, pues no han hecho éstos pasta ni nada y no sólo en la fábrica, ¿eh?, que el medio seminarista del Ignacio, en Madrid, menudos cables tiene, según dicen, y no me extrañaría porque si no de qué le iba a aguantar José María, si no la hinca el tío, líos de divisas y tal los que quieras, pero gordo lo de cuando el boom del desarrollo, que la gente se volvía loca a invertir y ya se estaban cociendo los matesas y soficos, supongo que dándose la gran fiesta, pues unas de las acciones vedettes eran las de CMC, subieron como la espuma, sin mayor explicación de la que como estaban en el cinturón industrial de Madrid y había que promocionarlo, pues hala, alguien hinchaba perro y dividendos, se tiene que acordar, fue famosa la suspensión de pagos de CMC, Construcciones Metálicas Castellanas, con la cotización más alta en la Bolsa y a suspender pagos, de lo más txirene, ¿no?, y se pillaron las manos miles de pequeños avaros, los pequeños inversionistas que se creen los anuncios, capitalistas supongo que ni uno, las pérdidas eran tan sociales que para evitar el escándalo de la quiebra se hizo cargo el INI, eso sí, bajó la cotización de cien a uno o parecido, bueno, pues el final de la empresa nunca se supo con claridad, el Estado, el INI, apechugó con las deudas y después la vendió a la industria privada a precio de saldo, pero aquello nunca se rehízo, al contrario, se desmanteló, Lizarraga se trajo toda la maquinaria de embutición, unas prensas sin estrenar, para su línea de cocinas eléctricas, así empezó con los electrodomésticos, dicen, porque nadie lo puede comprobar, que eso lo compró como sociedad anónima, pero en plan particular con su hermano y alguien más de altura, de peso, el que les facilitó el negocio, se quedaron con los terrenos de CMC que mira por dónde al año siguiente vieron pasar a su vera el cinturón de ronda de la capital y se transformaron de secano en regadío, menuda cosecha para la escarola de verdes, de ser terrenos de zona industrial pasaron a ser de zona urbana, multiplicaron su valor por no se sabe cuánto, también es casualidad, ¿a que sí? Con dinero contante y sonante se pueden hacer muy buenos negocios, supongo que el de CMC será uno entre un millón, aquí mismo, sin ir más lejos, en pequeña escala, se ha hecho algo parecido con los pisos de las viviendas protegidas.

FRANCISCO AGUIRRE ELIZONDO (PATXI): Cuando los planes de desarrollo se vio otra alegría, ¿eh?, habría más competencia pero también habría más mercado, a tope de trabajo, y la alegría se nota, que nos metimos con la última construcción monstruo, por ahora, aunque no sé si después del rapto a Joshemari le quedarán ganas, es para mandarlo todo a la mierda, ¿eh?, que se pudo retirar hace un siglo y vivir de las rentas a lo señorito andaluz y sigue en el tajo como el primero, fue con la nueva planta de laminación de chapa en caliente, nueva, como que no hay otra en Europa, igual puede, o mayor, pero mejor ni por ésta, tanto que si éramos de batalla toma fino, que se montó como cosa de relojero, pues no nos dieron carga ni nada los montadores, con galgas por todas partes comprobando las tolerancias y se ponían castizos, ¿eh?, que ya tuvimos que repetir cosas, pero el planetario es una maravilla, un laminador Sendzemir con los rodillos de trabajo en giro inverso, menuda potencia, de una pasada reduce el grosor de la banda caliente de cincuenta a dos milímetros, vaya achuchón, ¿eh?, por eso es tan delicado, pues con todas sus normas al pie de la letra no salía la producción, cuando nos dejaron solos ya lo creo que lo conseguimos, a puro huevo, de doscientas pasamos a cuatrocientas toneladas diarias, modificamos los márgenes para que no saltaran los automáticos y a producir, el tiro lo más importante pero suelta de aquí y aprieta allá evitamos el bucle, había un control de rayos X que tuvimos que modificar, lo paraba todo incluso antes de formarse soja, menudo chivato, y así, ahora, no para la marcha y la estructura es buena, ¿eh?, bien batida, hacemos cantidad y calidad, es la derecha, mira cómo andan los de la máquina herramienta, preocupados, que si hay que ir a la mecánica de precisión, a lo caro, pues el «Jenti» siempre por delante, eso sí, poniendo las pelotas encima de la mesa, jugándoselas, que no tiene a nadie detrás guardándole las espaldas, y era otra forma de trabajar, aparatos de comprobación, medios a barullo, no como con el primer horno, aunque a los viejos aquello nos tira, ¿eh?, si ves el laboratorio de control te caes de culo, de lo mejor, pues le dio por vigilar como si fuera su primera piedra, no veas, y las controló personalmente todas, hasta los ladrillos de la nave, que se cepilló a una cuadrilla de albañiles porque les vio un paño sin mojar los ladrillos, si los pones secos absorben humedad de la masa y fraguan peor, y aquí estamos ahora, que volvemos a las andadas de la estabilización, que este país es la leche, parece un serpentón ruso, arriba, abajo, arriba, abajo, pues tirando chapa, no a cien, que hoy no tira nadie a cien, pero bastante alto, chapa para embutir y troquelar, parte para la línea puñetera de los electrodomésticos, chapa decapada para carrocerías, también hicimos chapa magnética para rotores, dinamos, ya sabes, pero no era lo nuestro y zapatero a tus zapatos, la experiencia es un grado, ¿eh?, que en fundición, la fundición la hemos mamado, ¿eh?, en fundición los amos y en moldeo en arena para piezas especiales, gigantes, todos a hincar el pico, ya te dije cómo pisábamos antes la arena, como la uva, meca, qué tiempos, y en forja al revés, piecerío medio, cantidad, piezas que ni te imaginas, todas las que van con el trébol de cuatro hojas y te las encuentras hasta en la sopa, sin embargo para pieza grande no, es lo de la experiencia, lo del zapatero, mira, cuando entramos en la Seat fuimos a por todas y con los cigüeñales nos dimos la torta, bueno, esto no lo cuentes, andaban jodidos, pues los tenían que importar, los nacionales cascaban, pues fuimos nosotros y Patricio, algún otro despiste también, y Patricio ha mamado la forja, ¿eh?, tan seguro que si una herramienta suya sale con el menor defecto te la cambia sin decir ni pío y no tiene que cambiar ni una, ¿eh?, pues sus cigüeñales no cascaban y los extranjeros sí, nos retiramos, en forja es un fenómeno y a cada cual lo suyo, como Aristrain con la magnética y me parece bien, que nadie es Dios, nosotros seguimos exportando chapa mucho y palanquilla a no decir y nos pinta, por algo será, hace años estuvo un alemán de gafas, jer-doktor-profesor-ilustrísimo-Gansgaitas, estudiando para una tesis el aprovechamiento que le sacábamos a los hornos viejos, lo que nosotros hacemos a pelo ellos lo aprovechan por lo científico y ése es un pecado nuestro, ni la industria ni la Universidad se preocupan, lo que se hace en casa siempre parece una chorrada y la preocupación viene después, ¿eh?, a vueltas con la precisión, calidad, versatilidad, que así picamos con los electrodomésticos, lo único que hacemos bajo patente, ¿eh?, lo único y ahora parece que los de la Unión quieren chupárselo, yo que Joshemari se lo daba, si pagan bien todo, que se lo metan donde les quepa, a nosotros lo único que hace es complicarnos la vida.

AITOR ARANA (MONDRAGÓN): Ahí picamos, bueno, picó él, como la gente andaba loca comprando cosas, pues eso, si en cada anuncio de la tele salía un cacharro nuevo, se presentó una oportunidad y nos metimos, si hay que hacer se hace, no se deja para mañana, geroa alperraren leloa[44], también influyó la querencia de las cocinas de carbón, que aún seguimos vendiendo y no me explico, para Galicia, dicen, coño, la de discusiones y disgustos, mira, si nos hubiéramos lanzado al coche hubiera sido otra cosa, el coche es lo que hace andar a la industria, pero son palabras mayores, eso sí me gustaría, y se hubieran agrupado varios industriales si uno solo no podía, seguro, que empezamos haciendo en la provincia todo el piecerío y ahora poco a poco los catalanes se están arrimando a Barcelona toda la industria auxiliar, natural, dependemos de ellos, cuando Barreiros se fue a tomar vientos cerraron mil en Éibar, les tenía por el morro y les imponía los precios de mala manera, pero de eso a independizarse con la aeronáutica hay un abismo, que aquí no se hacen cohetes ni satélites artificiales ni siquiera aviones y si empiezas a especializarte mucho te joden, como con los aceros, vendes para fuera y terminan pidiéndote un kilo de cosita de encargo, la piedra filosofal o como se diga, en el fondo lo nuestro sigue siendo la cantidad, que con el tiro del planetario me volvía loco, cuando no recoge bien la bobina se hace en la banda un bucle hacia arriba, entonces dar marcha atrás y entra uno con el soplete a cortar el fleje, con traje de amianto por el calor, eso tuvimos que hacer, yo en la batalla es donde me encuentro más a gusto, como la Real en campo húmedo, mira cómo sale el redondo, que con tanto probar el personal se te desmanda, fueron los años de la apertura y los de comisiones se nos pusieron de uñas, como si uno no fuera un obrero. Pero ¿quién no es un obrero aquí? Si al mismo José María no tienes más que darle la mano, ¿de qué le faltan los dedos?, de metérselos en la nariz, no te jode, que ésa es otra que va a acabar con las fábricas, si yo tengo cincuenta millones de qué voy a montar una industria, lo meto en la Caja a plazo fijo y ahí está pues, a vivir que son dos días, si no ganas para disgustos, yo veo bien lo de los sueldos, que se quiera ganar más, yo el primero, pero a regatear en el convenio, a discutir, pero lo de la huelga es una putada, no conduce a nada, y ésta de ahora, ¿qué?, si iba a dar lo que pedían y por un accidente tonto a la calle, se está perdiendo más que, que, una putada, no se produce, se han caído las bóvedas, me cabrean estas cosas, coño, no las entiendo, para mí el trabajo es sagrado.

FRANCISCO AGUIRRE EIIZONDO (PATXI): Es que le tenían ganas, ¿eh?, aquí no se había parado una hora jamás y se la tenían jurada, le venían rondando, buscándole las cosquillas, por fuera con lo de la contaminación y por dentro con lo del comité de seguridad e higiene y el tontorro de Martín se lo puso a huevo, un accidente tonto, era un manchurriano que no se lamía de despiste y con gente así siempre habrá accidentes, pobre hombre, ni siquiera llevaba puesto el casco, no es que el casco fuera a salvarle, ¿eh?, pero es tan de costumbre como atarse los pantalones, el hombre no era de expediciones y no sé qué diablos pintaba allí, a echar la parrafada con el del pueblo, a escaquearse cinco minutos, se pone debajo, y encima, en vez de salir por piernas, extiende los brazos para sostener una bobina, lo siento, me da pena, pero prácticamente murió de puro tonto, si él no hubiera estado debajo, que no tenía que estar, la caída no hubiera tenido importancia, y ya es casualidad, una entre un millón, que la carretilla es una Clark que puede con una tribu de elefantes saltando a la comba, y es como para pensar mal si la cosa no fuera tan criminal, el fallo fue más bien del conductor y se plantaron de repente, ¿eh?, quieto, para, como si lo tuvieran ensayado, un plante a cara de perro y en cinco minutos toda la fábrica, ¿eh?, y cualquiera le decía que él había matado a su compañero, la leche, en realidad la culpa no es de nadie, es un accidente, el trabajo es así y al que no le guste que se vaya a una tienda, mira, detrás del mostrador pocos accidentes laborales tienes y bien que se avisa y hay normas, ¿has visto a la entrada? Un letrero bien grande: en este mes llevamos ene accidentes, no seas tú el ene más uno. Pues nada, las normas se las pasan por el sobaquillo, que ya sé que son incómodas, pero por algo están, si hasta el análisis de sangre obligatorio una vez al año procuran saltárselo, y mira, a los que manejan el cotarro en la sombra se la trae floja la seguridad personal, lo que quieren es follón para medrar en sus politiquerías, por más que se habló nada y al gisajo[45] del Mauro lo metieron en un puño, para mí que no tiene nada que ver y está actuando en contra de su voluntad, el toro nos ha pillado a todos y como Joshemaría no salga bien el acabose.

FRANCISCO IZQUIERDO: Veo que le ha cogido gusto a la paleontología, me alegro, le ha pasado como a mí, el verse rodeado de fósiles le estimula a uno, es la adaptación al medio, la anécdota prometida no tiene mayor importancia que la de demostrar cómo el eslabón perdido funciona con relación al sexo lo mismo que el individuo más evolucionado, ya sabe, la seriedad por encima de todo, no es mujeriego porque no alterna con su mujer, ni con ninguna, eso se deja para los viajes de negocios, la seriedad es por encima del cinturón, por debajo el desembrague no cuenta, y a mí, moralmente, no me parece ni bien ni mal, es por desmitificar al del hacha megalítica labrada, fue después de mi siniestra intervención en la Kraftmaschinenwerke, paramos en Zúrich por algo relacionado con el money y a mí me dio el esquinazo, como allí hablan todos los idiomas se refugió en su vascuence para inutilizarme, una chiquillada, me enteré porque después fui yo quien tuvo que inutilizar cierto negativo a buen precio, no digo que sea su costumbre porque actuó de novato, sino que existió esa vez y resultó divertido, me hubiera gustado verlo, en Zúrich son muy delicados, los suizos, como todo el mundo sabe, se masturban con papel de seda, es una ciudad aséptica con su Odeón intacto recordando las meditaciones de Lenin en el exilio y si hoy es el refugio de la mejor mariconería europea lo es con discreción, las cosas se exhiben sin charanga, las joyas, los relojes, y los bancos televisan cara al público las últimas cotizaciones de la Bolsa de Nueva York, eso sí, advierten que con quince minutos de demora para que nadie se llame a engaño, y la Oficina de Entretenimiento para Altos Ejecutivos es, entre todas las respetables entidades forjadas a golpe de divisas millonadas, la más discreta y silenciosa, para un círculo más reducido y selecto que el de los iniciados del Playboy, una masonería astral, sus sesiones privadas de lesbian-show, live-show y cualquier-capricho-show, jamás trascienden, cumplen su misión cerradas sobre sí mismas, permiten por vía protagónica la descarga de los deseos más reprimidos de su distinguida clientela, tan cargada de responsabilidades, hay todo un catálogo, menores, razas diversas, travestís heterogéneos y maravillas corporales que permiten suponer la profunda utilización de inyecciones de silicona, cada uno, en su recoleta intimidad, puede confeccionar su propio programa, ÉL, con mayúsculas, eligió el ménage á trois con gemelas de ébano por lo cual le alabo el gusto, no pudo cumplir el programa íntegro por la teoría darwiniana del Pithecanthropus erectus, cuanto más comido menos erectus, supongo que cualquiera de sus asténicos cacereños inmigrados, con aquella variedad de color y sistemas, hubiera satisfecho las necesidades del trois y del trois cientos, pero eso no empaña el regodeo exquisito, en lo que no le alabo el gusto es en caer en la pueril tentación del culto a la personalidad, la alabanza somático tarzanesca que le llevó a posar en la decorativa postal, recuerdo de feria en la que se deposita la cabeza sobre el disfraz de cartón, adamita de pene tremebundo con la leyenda de «remember my member», quizá por los efluvios no digeridos del Bleu Feneque, burbujeante francés de importación, tentación no disculpable en ÉL, con mayúsculas, un hombre de su talla y que después me vi obligado a recuperar, postal y negativo, no sin echar un vistazo antes de proceder a su destrucción, eso no es disculpable, lo del buceo en la negritud sí, ¿quién se hubiera negado a tan delicioso festejo a pelota loca y por qué? Lo que no comprendo es su posterior negativa a implantar en fábrica los sistemas evasivos de descarga por transferencia, cuando él había comprobado personalmente su eficacia, propuse y me fue rechazado implantar el sistema japonés, no por vía erótica de muñeca inflable, sino por vía violenta, el de instalar una habitación insonorizada con su imagen, la del mayúsculo ÉL, un muñeco de trapo que los empleados sometidos a fuertes tensiones podrían golpear con un bastón ad hoc, el efecto catártico de tal desahogo incrementaría la productividad de modo inmediato, hubiera evitado muchos disgustos y me atrevo a decir que la actual huelga no se hubiera producido, pues bien, no sólo no se aceptó la propuesta, sino que después de hacerla nuestras relaciones empeoraron sensiblemente.

CELSO TRINCADO BODELÓN: Sí señor y no me venga con más sellos, la resurrección de don Celso me ha costado un disgusto y si ya se lo dije insisto para que se percate, murió, para los efectos muerto, y cómo se reirá ahora si lee las noticias de Eibain en la prensa, y si yo sobrevivo es por pura ausencia, mi historia no existe, es la de las renuncias, sí señor, que me negué al tinglado de los jovenzuelos de la IBM, ése fue el gran salto del desarrollo en las oficinas, meter un cerebro electrónico, ordenador para los entendidos y desordenador para los que lo disfrutamos, a don José María le dio el perrenque por ahí y se apuntó a lo moderno, no le va pero estamos a la última moda, llegaron con ganas de poner todo patas arriba y ya lo creo que lo hicieron, necesitaban superficies horizontales, temperatura constante, insonorización, música ambiental, caramba con la criatura y todos a su servicio, y me negué a entrar en el equipo, yo sigo con mi tampón y a mi aire, que si cursillos de perforistas, de programador, de lenguaje binario, y después de las tarjetas perforadas que si era mejor la lectura óptica, si no paran, en cuanto te montan lo uno se sacan de la manga lo dos y se ponen a estudiar lo tres, son unos camelantes y las facturas enloquecieron, sí señor, que al de cien mil si se le pasaban un millón protestaba, pero si se le pasaban diez mil cerraba el pico, ese aparato tiene el mérito del elefante, la memoria y para de contar, le da igual ocho que ochenta, y nos hace hablar como alucinados, que si computa tantos dígitos por segundo, y yo me retiré por el foro según costumbre y así sobrevivo, que varios cerebrósidos palmaron por pedantes, fue la locura de las devoluciones, nos devolvían letras como escombro, bueno, eso es lo habitual y don José María apuntándose a todo lo nuevo, pero ya tuvo detalles de mala leche, de la mala sangre que le estaban haciendo, sí señor, cuando vinieron presionándole para montar un stand en la Feria de Muestras de Barcelona y mira que eran los inventores de los trucos revolucionarios, de los pretextos, sólo pagamos los días tal y tal, que nos giren de tal forma, triplicado, letra gótica, mil detalles para poder devolver y maldito si interesaba el stand, pero la cosa política, y aceptó y no se le ocurre otra cosa que decorar el panel del fondo con los impagados de Barcelona y provincia, la que se armó, se retiró y no volvieron a presionarle con el stand y ahora sólo vamos a las ferias monográficas, y de eso no se enteran los jovenzuelos y por eso desfilaron unos cuantos de los ibemes, me acuerdo de uno de sus argumentos favoritos, los ordenadores permiten la combinación de los métodos de la informática con el análisis de sistemas y la centralización de las decisiones y eso es lo más revolucionario en la moderna estrategia empresarial, le llamaban estúpido porque no hacía caso de sus informes y análisis y no se daban, no se dan cuenta de que sí, de que sus rapports los estudia, pero como él es el centralizador de la decisión al final decide como le da la gana y lo hace con su buen ojo de cubero, sí señor, que por encima de la informática está el sentido común y de ese sentido carece el cerebro electrónico, si son tan pedantes que todo es electrónico, hasta las guitarras, en mi época era eléctrico pero ahora eléctrico es poco, tiene que ser electrónico, allá ellos, con su palabrería se pierden y anda que les den por donde amargan los pepinos, cada uno a lo suyo y yo al margen, a lo que manden, sí señor, y cuando da la hora a casa, que en mi casa yo soy el único, sí señor, y que les zurzan a todos, más claro agua.

FÉLIX SOROA PEÑAGARICANO: Sí somos amigos, de toda la vida, cuando él se instaló aquí ya estaba la farmacia de mi padre, la única del pueblo, por eso los viejos la llaman botika zaharra, botica vieja, ahora somos media docena de farmacéuticos que peleamos con las recetas de la Seguridad Social, terminaremos todos siendo funcionarios administrativos, no se receta una fórmula porque en el seguro se arregla todo con la especialidad, cuanto más cara mejor, tiene un carácter reivindicativo sobre la cotización obligatoria, bueno éste es un tema monográfico que nos llevaría a ninguna parte, pues sí, somos amigos, de la misma quinta, coincidimos también en Lagunak, la sociedad gastronómica, y de ahí la cosa pasó a la rebotica, no es que se mantenga una tertulia a la antigua usanza, ya ve, pero pasan los amigos a charlar un rato y aunque esto se ha convertido en un medio laboratorio conservo la camilla, me gusta mirar al microscopio sentado en la camilla, a veces echamos aquí la partida, pero hace tiempo que no, le gusta ganar siempre y para evitar discusiones no jugamos y en paz, los amigos siguen pasando, pero el pueblo es un híbrido, no somos ni rural ni urbano, y a la rebotica le pasa igual, está desordenada porque cada vez hago menos trabajo de análisis y las muestras se me amontonan, con la edad uno prefiere la especulación verbal, y mire, mi opinión es la de la mayoría silenciosa, se arreglará pacíficamente con el pago del rescate y el pobre Joshemari podrá asistir a la metódica cena de los días tres, en lo que va de siglo no se ha perdido una y no va a fallar ahora por rapto más o menos, espero que no tenga dificultades con su salud, está delicado pero no tanto como presume, a todos nos gusta presumir de enfermos, pero aquí tiene al doctor y él le puede aclarar ese punto mejor que nadie, además de ser su médico, uno de los pocos que todavía saben algo de medicina, es su amigo íntimo y parece abunda en mi opinión, ¿no, doctor?

DOCTOR PIÑEIRO: Don Félix también es doctor, por eso me lo llama a mí con su tinte de cachondeo fino, pero yo también hice mi tesis, lo que pasa es que no presumo como él de sabio, porque es un sabio, y nos tiene acogotados a todos los del pueblo con su prepotencia mental, ahí donde le ve con más de cien kilos que supondrían un corazón generoso es un dictador, las apariencias engañan, pero por una vez, sin que sirva de antecedente, coincido en su opinión, la salud de José María puede resistir la aventura si transcurre dentro de una normal anormalidad, si no hay violencias o situaciones excepcionales, la enfermedad para el médico es secreto de confesión y no voy a revelarle detalles, pero la dolencia cardíaca que padece es mínima y el tratamiento es preventivo, no curativo, por otra parte sencillísimo de seguir y me consta que se está respetando, no, lo que me preocupa no es su salud sino las circunstancias, se hace un chequeo general en el Opus, en Pamplona, todos los años, y el último, muy reciente, no podía ser más satisfactorio para su edad y condiciones de trabajo, su tensión de ejecutivo la soporta francamente bien, jamás llegó al estrés y eso que está sometido a todos los agentes estresantes que nuestra civilización puede ofrecer, cuestión de encarnadura, no fuma, bebe moderadamente y el único peligro está en su amistad con don Félix, desengañado farmacéutico que orienta toda su actividad científica a un desmesurado culto del estómago, el tripasaco que no gourmet, cava con los dientes su propia fosa, por eso se suspendieron aquí las partidas de cartas, que nos sacaba los cuartos de mala manera y sustituimos las pérdidas por degustaciones de sus experiencias en un intento de amortización en especie, su bibliografía científica es sintomática, Análisis organoléptico de la sidra, La maduración de la caza antes del guiso, La toxicidad del tabaco en las angulas y el no va más en la mixtificación ácrata, Poder antibiótico del vino de Rioja, baste decirle que es el único boticario incluido en una guía gastronómica, una especialidad ya oficial, sopa de ajo de Félix Soroa, farmacéutico de Eibain, lo que no me explico es cómo no le expulsan del colegio, le anulan el título y le niegan el ejercicio de la profesión.

FÉLIX SOROA PEÑAGARICANO: Eso es lo que deberían hacerle al doctor sus ilustres colegas del comité deontológico del muy ilustre colegio médico, puestos a sacar trapos sucios verá, hay un proyecto para sustituir al médico de pueblo por una computadora centralizada en Madrid, llamas por teléfono al «INP Medical Computer and Ole» y te da la respuesta, optalidón y el importe de la conferencia, y este pobre hombre, aterrorizado, para poder conservar empleo y cuéntela se estuvo especializando, siguiendo cursillos particulares con todos los curanderos de la región, en especial con el petrikillo[46] de Betelu, hábil coyuntador de huesos, que aquí, con la fábrica, la traumatología rinde lo suyo y ahora está forrándose en la más perfecta de las ilegalidades y encima no se pierde uno de mis experimentos culinarios, que en mi modestia, a la hora de la práctica, se reducen a la sopa de ajo antes mencionada y la manipulación de setas, revuelto de zizak[47], en la temporada, en primavera, revuelto, ¿eh?, no tortilla, son los perretxikos, el Tricholoma Georgii según Linneo, Joshemari es un buen buscador, como buen vascongado le gusta el monte y las setas, y nos baja de Kiskitza buenos cestos y a esa merienda nunca falta el doctor, como es medio diabético, y yo en mi inocencia un día le expliqué que las zizak, por un componente antiglucémico, se pueden considerar algo así como la insulina vegetal, pues para qué quiere mejor disculpa, Joshemari a veces nos acompaña con alguno de sus famosos montadores extranjeros, a los de alcurnia, cuando les quiere demostrar afecto, no para, no sé cómo le puede gustar ese ritmo de vida, a lo mejor ahora el cautiverio le sienta, una cura de reposo, al menos físico, ya le digo, amigos desde la juventud y cuando empezó con los hornos yo le hacía cantidad de análisis, cal, carbón, no tenía químico, incluso de aceros que me hizo estudiar una enciclopedia metalúrgica, le gusta que el equipo sea de amigos y me ofreció entrar cuando constituyó la sociedad anónima para encargarme del laboratorio, pero no quise, no me va esa torrentera, aquí soy autónomo, amo y criado en una pieza, con un auxiliar y un chico para los recados, la empresa, si es que se puede llamar así, conserva el rostro humano, nos contamos las penas, brindamos por las alegrías y por la noche es más fácil conciliar el sueño, Joshemari es un enamorado de su trabajo, de la siderurgia, pero si se hubiera limitado al tallercito con las cocinas probablemente sería más feliz, al otro «Jenti», un hombre bueno si los hombres pueden ser buenos, no le hubiera pasado lo que le pasó y a él no le habrían raptado ni estaría en boca de todo el mundo y a lo mejor la tertulia de la rebotica se hubiera consolidado, quién sabe, a ninguno nos vendría mal un poco de sosiego, por Dios, si esto es la locura, yo, a mi edad, por lo único que lucho es por conservar mi calma interior, sin ella no entiendo la vida, palabra.

DOCTOR PIÑEIRO: Liberal horaciano, una especie a extinguir, en el fondo a muchos nos gustaría disfrutar de ese reducto boticaril pero a la mayoría nos resulta inviable, casi por las mismas razones yo tampoco le acepté a José María el ofrecimiento de médico de empresa, es el estar en el epicentro de la lucha social, las bajas por enfermedad son un campo de batalla en el que han perecido bastantes galenos y eso que Lizarraga se preocupa, fue él, no el Ayuntamiento, el que cedió la lonja para el ambulatorio del seguro y con mi clínica tiene un concierto de reserva de camas privadas para casos especiales, pero es inútil, al que le vienen mal dadas nadie le convencerá de que no es el sacamantecas de sus obreros y mostrará sus propias mantecas como prueba irrefutable, verá, la vida de un médico de pueblo es dura, si un amigo te saca a las tres de la mañana de la cama porque su hijo llora no te puedes negar ni poner mala cara, y todas las noches hay canciones, pero lo prefiero a ser un gran empresario, hay que tener su encarnadura para resistir, quizá sea la pasión del mando, el ejercicio del poder, pero en el caso de José María se me hace difícil esa motivación, sí, siente pasión por su trabajo y sin él se derrumbaría, pertenece a una casta especial de difícil clasificación taxonómica, a usted le será muy difícil clasificarle a través de la encuesta, sobre todo si no introduce el factor vasco que decide el análisis en los hechos y nunca en las palabras, le voy a contar una anécdota aclaratoria, un sucedido, tenía un caso de gripe recalcitrante y el enfermo empeñado en seguir un tratamiento aparatoso de mucha inyección y antibiótico con ningún efecto sobre la enfermedad virásica, le obligué poco menos que a la fuerza a una simple toma de aspirina, cambiando la marca para que no la identificara y luchando contra el efecto psicológico del bajo precio, aspirina y sudar en la cama, lo encontré por la calle restablecido y le pregunté, ¿qué tal la aspirina?, y la respuesta fue desconcertante: mal no me ha hecho. Sus palabras podrían desmoralizarme, pero su conducta no, hoy es mi mejor paciente con una té ciega en lo que recete y por supuesto en la aspirina.

AVELIO SOLER: Esto se acaba y no hay quien lo pare, el plazo para la entrega de la pasta lo tenemos encima y nada, macho, veremos por dónde salen, que yo esto lo veo más parado que el caballo de un fotógrafo. Mi opinión la conoces de sobra. Claro que Lizarraga exporta, pero estamos en lo mismo de siempre, se exporta lo elemental, redondo por ejemplo, las siderúrgicas europeas van por la alta especialización, por los transformados selectivos y no se ocupan de lo baratillo, nos compran lo barato y nos venden lo caro, aleaciones sofisticadas, coño, y éstos a presumir de que son alguien, pero si en el fondo están sostenidos como el resto del país, por la exportación de trabajadores y la importación de turistas, las dos únicas fuentes de divisas no inflacionarias, y es que mientras se siga así, dominando el cómo y desconociendo por qué no haremos nada, macho, muy buenos técnicos y se acabó, como en las pirámides ser picapedrero, y con picapedreros y manitas sólo no se va a ninguna parte, estamos laminando chapa como la madre que los parió, a la perfección, ¿y qué?, el paso siguiente lo darán ellos, los que sean, que serán americanos y nosotros a copiar, ahí está mi variación del concast, si resulta cierta será un paso adelante en la colada continua y aquí me tienes esperando a probarla en Pittsburgh, si les convenzo que espero que sí, pero al menos se escuchará, se argumentará y se discutirá el asunto y con un mínimo de credibilidad se hará la prueba, el caso más reciente lo tengo en un amigo, Diño Alonso, tenía la idea de un plástico magnético hace años, la patente no se registró hasta que no se marchó a Estados Unidos en donde le dieron pie a experimentar, y así la tira, aquí me consta que a san José María bendito le propusieron innovaciones que significaban algo en tecnología, no simples modificaciones del modus operandi, que para eso él se las pinta solo, lo del tratamiento de la chatarra con nitrógeno líquido parecía una chorrada y ahora ya se está utilizando, la congelación a menos doscientos es tan brutal que permite un fraccionamiento cómodo y casi sin consumo de energía, también un procedimiento biometalúrgico de precipitación de minerales con un sistema de caldos de cultivo bacterianos parecidos al del thibacillus ferroxidans, una premonición de don Félix, creo, uno de sus curiosos disparates, pero ya se está utilizando un método similar de precipitación bacteriana para metales raros en Rusia y en más sitios, es un sistema casi gratuito, leche, claro que hay culpa para todos, para experimentar, investigar, hace falta un tamaño crítico de empresa, unas condiciones mínimas muy grandes y esto es la micronesia industrial, cada guipuzcoano que domina un oficio monta su taller propio y hala, a jorobar al vecino a la espera de que su aprendiz se independice y le jorobe a él, a pesar de la Comisaría del Plan de Desarrollo cuando se dieron cuenta de la jungla microindustrial ya era tarde, pero si yo he visto en un descampado a una familia de gitanos inyectando los objetos de plástico que después rifaban en su tómbola ambulante, orinales y otras maravillas por el estilo y con los papeles en regla como empresa transformadora, ¿cómo quieres que mi amigo Diño desarrollara ahí su fórmula de un plástico magnético? Ahora que el mercado está podrido exigen cien millones para instalarse. Nada, macho, a comprar royalties, porque pensar que la gente se una en un centro de investigación comunitario es pura ciencia ficción, si hasta hay tíos que no te dejan pasar a fábrica para que no descubras sus secretos que casi siempre resultan harapientos. Y es que falta base, por lo menos teórica, que en Lizarraga se tuvieron que suspender las reuniones sabáticas de coordinación por los disparates que soltaba el Aitor, el mozo tiene más pelotas que el caballo de Espartero pero no razona, no le ha llamado Dios por ese camino, cada vez que abría la boca quedaba en ridículo y por aquello del principio de autoridad reunión fuera, y su eminencia reverendísimo don José María también chocaba con la nueva ola, que menudos águilas tecnocráticos había fichado, pero él siempre queda a flote, no faltaría más, al pijín del Izquierdo le machacó un día, estaba exponiendo sus mariconadas marketinianas y la verdad, no había Dios que le entendiese, le cortó de golpe con un gure aita, zeruetan zerana, santu izan bedi zure izena, etor, etcétera, creo que se dice así en vasco, padre nuestro que estás en los cielos. ¿Qué he dicho?, le preguntó. No sé. Bueno, pues si no sabe ni el padrenuestro lo mejor es que se calle, desde entonces el Paco, tan fardón con sus idiomas, le odia a muerte. Como ves, las reuniones no coordinaban demasiado y es una pena porque la idea es válida. Y de hacer futurología menos, ésa es otra, ni un estudio prospectivo de lo que iba a pasar en el lustro siguiente, de eso nada, macho, tan sólo una vez el divino adelantó la posibilidad de tocar material aeronáutico pero, con el fracaso de los electrodomésticos, los bienes de equipo resultaban utópicos y no se volvió a hablar. Por cierto, te voy a presentar a un yanqui, viene a por lo de los electrodomésticos, a lo mejor les interesa comprarlos, viene en nombre de la Tool pero en realidad es el experto de Union Steel, menudo momio si se lo compran, se quitan un muerto de encima y amortizan el rescate. Habla español, estuvo trabajando en Venezuela un par de años.

ALBERT J. WERTHEIMER: ¿Cómo está usted? Alberto, Albert, sí. Encantado de conocerle. Mucho gusto. Es mi primera visita a Eibain, a España, sí, y no puedo decir si gusta por situación política difícil, pero esto no es lo normal, ¿verdad? No conocer a mister Lizaraga en vivo, ¿cómo se dice?, personalmente, pero yo tener, pero tengo ganas, es un gran hombre de empresa y muy duro en negocios, me gusta, serio, muy serio, me gusta, cumple su palabra, en Sudamérica no así, españoles de España diferentes, no tanta vaina, España es Europa. Situación difícil pero yo espero liberación de mister Lizaraga, querer saludar a él personalmente, es un gran líder industrial, mi opinión buena, muy buena, ha hecho lo más en la condición histórica de su nación y sociedad, ¿me comprende?, en más libertad, en más zona de influencia, en Estados Unidos por ejemplo él famoso y el trébol marca famoso y la industria en muchas, muchas naciones, seguro, porque pertenece a raza especial de hombres, hombres como Ford, Dow, Firestone, Turner, los del General Motor dice un chiste en mi país, no chistes, perdón, Turner es el big boss de Union Steel, ellos son los hombres que entienden industria como factor progresivo de la Humanidad, por eso Eibain, todo País Vasco, ser rico. Esta raza de hombres, como mister Lizaraga, creadores de riqueza, hacen su país rico, su gente rica, dan mentís al comunismo. Un gran hombre, espero no pasarle nada malo y final feliz. Mister Turner también desea suerte, llamar por teléfono. ¿Un trago? Okey, un whisky siempre viene bien, se dice así, ¿no es verdad?

JULIO LASA BARRIOLA: Por supuesto, el idioma es una bandera, fíjese en el gaélico, el valón, el occitano, y algunos así lo manejan, ya lo dijo Humboldt, la división del género humano en naciones no es otra cosa que su división en lenguas, y para Unamuno la lengua era la suprema expresión de la raza, hoy decimos etnia, el término raza es demasiado explosivo, hay una tendencia, aun en contra del conocimiento propio, a corresponder de forma biunívoca lengua y estado, como si en Suiza se hablara el suizo, vaya, cuando todo el mundo sabe que hay estados con varias lenguas oficiales, así como lenguas que son oficiales en más de un estado, la consecuencia es que hoy por hoy el euskera es el tema más conflictivo que existe en el país, y a partir de su propio vocablo el decir vasco, vascuence o euskera, puede definir todo un modo de pensar. Incluso, según los académicos, euskera es una forma secundaria y dialectal, la académica es euskara aunque así nadie lo diga por la calle. El idioma hablado se subdividía y sigue subdividiéndose en tantas variantes como regiones, aquí se hablaba con bastante pureza por estar en el centro de Guipúzcoa y ésta ser la única provincia rodeada a su vez por provincias vascas, pero con la inmigración masiva motivada por la industrialización se ha erderizado bastante, el erdera es el castellano. La Academia de la Lengua, con buen sentido común y a fin de literaturizar el idioma, decidió la unificación del mismo, pero esta buena idea, por razones extralingüísticas, se ha convertido en manzana de discordia. Seleccionando perfecciones de uno y otro lado surgió el euskera unificado, el batua, pero tan perfecto que no lo habla nadie, es algo de laboratorio y alguien con más sentido del humor que mala intención lo denominó euskeranto, su símbolo de combate se concretó en una norma entre otras muchas, la inclusión de la hache muda que utilizan los franceses y que del lado español no existe, así un apellido pasa de Irigoyen a Hirigoyen con la consiguiente repugnancia visual que no fonética, sólo la aspiran los franceses, pero mucho menos que la hache inglesa o alemana, es algo imperceptible, bueno, pues el escribir con hache o sin hache se ha convertido en el principio de una clasificación dicotómica similar a las claves de los naturalistas, con hache sin hache, católico-ateo, marxista-demócrata más algo, etc. Los defensores del perfeccionismo se oponen a los defensores del escribir como se habla confiando en que la gente terminará hablando como se debe hablar, como manda la Academia, y en este enfrentamiento asistimos a la paradoja de que la juventud intelectual está a favor de lo nuevo y se vuelca en su casi totalidad a favor de los académicos y en contra del pueblo, esto es tan grave que de llevarse al extremo produciría la escisión entre el idioma hablado por las masas y el idioma escrito de los mandarines, afortunadamente se están suavizando las posiciones para acortar distancias, pero la paradoja subsiste ya que la normativa no asciende de la base al vértice, sino que desciende en sentido contrario, quizá sea una medida necesaria para llegar a obtener un idioma literario y bien es verdad que exige una fuerte dosis de valentía, lo importante es que hoy se escribe más que nunca en euskera y se empieza a leer, y la paradoja, empezando por su capacidad para sobrevivir, es condición inseparable de este idioma. Yo soy de los sin hache y no por ideas socio-políticas sino porque así lo mamé desde pequeño y porque además, como etnólogo, es la forma que de veras me ayuda a seguir la pista del hombre vasco en la cuenta atrás del tiempo perdido. Eso no les gusta a sus últimos entrevistados, pero qué le voy a hacer, entre otras cosas, a mis años, tampoco tengo ganas de volver a la escuela.

IÑIGO ABAD IRIONDO: La década de los sesenta estuvo marcada por el término desarrollo, que no por los planes de desarrollo en sí, y si se hubieran ejecutado con la coherencia con que actuó Lizarraga ahora nos encontraríamos sobre una plataforma de maniobra más posibilista, como siempre don José María optó por el crecimiento, siempre por delante de los conciertos económicos y con una autofinanciación desacostumbrada, insisto una vez más en lo de la autofinanciación, la inversión es nuestra ópera máxima, la factoría número dos fue una epopeya financiera, pero se consiguió poner en marcha el tren de laminación de chapa más moderno de Europa, cuando se apretó el botón inaugural no había por delante ningún diseño, al menos que estuviera en venta en el mercado, si su automatismo era perfecto, su utilización por parte de nuestro equipo técnico no era menos impecable, el éxito fue rotundo, acentuamos la exportación colocando nuestros productos siderúrgicos en los mercados que los colosos multinacionales descuidaban por orientarse a una vanguardia extrema, en el interior incidimos además agresivamente en el piecerío industrial, forja y fundición, en un objeto clave de la época, el coche, cualquier modelo de coche, puede estar seguro de que no se pone en rodaje sin varios kilos metálicos manufacturados en Eibain, de bielas a cigüeñales hemos hecho y hacemos de todo, las infinitas variantes puede verlas en el catálogo último, un alarde tipográfico del departamento de marketing. El término desarrollo fue mancomunado al de consumo, se pasó a la civilización de consumo en razón de tomar el automóvil como principal factor expansivo, sin el 600 hoy España sí que sería diferente, fue la gran zanahoria inalcanzable que nos obligó a correr, la misma nomenclatura de los modelos marca esta aceleración un tanto angustiosa, el R-4, R-6, R-8, R-12 de Renault tiende a infinito, y con el coche todo el gran cortejo de televisores, cocinas, lavadoras, frigoríficos, etc., bajo el punto de vista social el desarrollo consumista no es homogéneo ni coherente con las necesidades reales, es significativo que, por ejemplo, los televisores se hayan difundido en los países mediterráneos a una velocidad tres veces superior a los de los escandinavos, pero sí induce al desarrollo material, y en una economía capitalista el razonamiento es válido, pues bien, la zanahoria del consumo nos hizo picar a nosotros en el campo de los electrodomésticos, aprovechando una absorción de instalaciones muy favorable de CMC y comoquiera que teníamos un contrato de transferencia tecnológica con la Union Steel, optamos por la licencia de su subsidiaria europea, Ménage. Belgique, para cocinas y calentadores, las dificultades a pesar de todo eran obvias pues nos salíamos de nuestro campo específico y con un mercado ya casi saturado, pero a don José María le llevó, no digo la nostalgia de sus cocinas de carbón, que siempre se ha sentido orgulloso de ligar el nombre de Lizarraga a las cocinas, pero sí su espíritu de lucha como cuando optó por el primer horno. Se argumentó largo y tendido sobre las dificultades a salvar y cuando dijo su frase favorita de decisión obstinada, «eso habrá que hacer», todos supimos que la suerte estaba echada, eso habrá que hacer y se hizo, por supuesto, y se hizo bien, la queja de esta decisión no está en el fracaso, pues la línea cubre con creces sus cargas de estructura sino en las fuerzas que restó impidiendo otra visión más lúcida del mismo don José María y que él mismo expuso en una mesa redonda en la Cámara Oficial de Industria como posible salida al estrangulamiento competitivo guipuzcoano, cuello que está prácticamente encima, dado el nivel técnico, la intensidad de relaciones intersectoriales y la dotación de mano de obra experimentada, existen las mejores condiciones para la expansión de complejos mecánicos de alto valor añadido como la electrónica, mecánica de precisión, aeroespacial, etc., pero lo intuitivo primó en la toma de decisión y mejor hubiera sido esta opción, no sólo de facilitar materia prima adecuada, sino de ejecución de producto terminado más acorde a nuestra idiosincrasia que el menaje electrodoméstico. Pero todo hay que comprenderlo en el contexto de la época, que viene a ser algo así como la saga del Opus Dei, o la saga de un milagro económico lleno de avances, retrocesos y feroces contradicciones, que tras la estabilización el programa sólo se sostuvo con un grado de equilibrio aceptable hasta el 65, más o menos, después la inflación se convirtió en un mal galopante que todavía no hemos sabido frenar, la publicación del informe del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, el Banco Mundial, fue un best-seller, algo así como el Nuevo Testamento de la economía española en el que nos decían verdades de perogrullo, que en vez de más puertos pusiéramos más grúas por kilómetro de puerto construido para aprovecharlos de verdad, que se acabaran los planes que se empezaban, lindezas por el estilo, con aciertos coyunturales como fue el ingreso en condiciones ventajosas en el Fondo Monetario Internacional y el pago de la deuda italiana contraída en la guerra civil en unas liras tan devaluadas que resultó un negocio, se insistió en medidas efectistas sin un criterio riguroso, en la ampliación de líneas se empleó carril de 45 en vez de 54 con lo que se impide el desarrollo de velocidades comerciales o se acelera el desgaste, en fin, la historia es tan reciente que todos nos la sabemos y estamos convencidos que más se debe a la inercia del fuerte avance europeo, en donde nos enganchamos como furgón de cola gracias a sus progresivas inversiones de capital, más que a unos mandatos de los planes de desarrollo que nunca fueron vinculantes ni indicativos para nadie, tanto es así que el tercero ha quedado reducido a la figura poética del horizonte 80 con sus timbres de alarma desmantelados ante la brutal realidad de los precios, el desorden interno condujo de nuevo a la postura especulativa, si es que alguna vez se abandonó, a pesar de los beneficios de anteriores épocas no se renovó el equipo y en la provincia la situación de papel y máquina herramienta llegó a la angustia, en esto también fue ejemplo excepcional Lizarraga con la número dos y hay que tenerlo muy en cuenta por lo que significa de criterio industrial en una nación donde proliferan las matesas. El escándalo de Matesa, empresa ejemplar e investigadora, fue el principio del fin para el Opus, su tecnocracia quedó en evidencia, intentó salvarse con el gol de su aproximación a Europa, su idea más querida, firmando un acuerdo preferencial con la CEE, acuerdo que no asociación al Mercado Común que ellos ya sabían inviable por los condicionamientos políticos, se dieron grandes ventajas a cambio de nada y se presentó como un éxito, fue en vano y desde el setenta sigue Ullastres jugando a eso, la crisis del petróleo fue otra coartada para prolongar la situación dubitativa, pero la cosa ya está clara, la crisis es política y el papel protagónico ha pasado de los industriales a los políticos, nuestra huelga es una buena muestra, el infortunado Martín no es más que una excusa. Nosotros seguiremos esperando y con el mazo dando, trabajando en cuanto nos dejen, y con la expectativa de transferir ventajosamente los electrodomésticos a los americanos que aprovecharán, es por lo que quieren comprar, el ofrecimiento de Bayona para instalarse en Francia con costes más baratos, con el fruto Eibain-Bayona piensan acaparar una parte más sustancial del mercado europeo en el que ya están con su fábrica belga, las multinacionales sí saben jugar estas bazas fronterizas que a nosotros de momento nos dan bastante miedo, pero que a la larga habremos de afrontar si queremos sobrevivir.

APOLINAR GARCÍA TORRENTS: Ahora lo ve vacío, en calma, hasta las probetas tienen polvo, en estas vacaciones he tenido tiempo para ponerme al día y después aburrirme, algo excepcional pues siempre vamos por detrás de fabricación y a tope para no perder el paso, como puede comprobar es un laboratorio de control francamente bueno, ultramoderno, no se parece en nada al laboratorio convencional de retorcidos alambiques y sabio distraído, los procesos químicos se han reducido al mínimo, la física y la automatización se imponen, este espectrómetro Brewmeyor es de lectura directa, le utilizamos para el cuantitativo de aceros, nos da simultáneamente treinta elementos, ¿qué le parece? Antes, para obtener el mismo resultado, necesitábamos una marcha analítica inacabable, es fantástico, su único defecto es el precio. Yo entré con el segundo horno eléctrico, cuando se agudizaron las necesidades de calidad, por lo tanto no soy de la vieja guardia pero sí de los veteranos, el químico, siempre me llaman así, el químico, y como lo soy me gusta el nombre, en una época fui el único título universitario de la plantilla y la asimilación no resultó fácil, si existe cierta desconfianza hacia el ingeniero figúrese hacia el universitario, quizá por eso control de calidad no es ejecutivo en el organigrama, es un staff de dirección técnica, mejor para dormir tranquilo, pero eso no indica cerrazón por parte de don José María, una desconfianza sí, pero sabe evaluar las circunstancias y con la número dos se volcó en el laboratorio, adelante con lo que le haga falta, me dijo, sin pasarse pero carta blanca y hoy bien que le gusta enseñarlo a los visitantes, se siente orgulloso de él y eso para mí es una satisfacción, es un hombre desconcertante en la apariencia, pero si se analizan sus hechos son de un gran rigor, es un adorador de la practicidad debido a su formación empírica, que sorprende por su agudeza, cada uno de sus cinco sentidos parece un espectrofotómetro, antes era él quien clasificaba los lingotes de arrabio por las características de fractura, rompiendo una muestra, y yo le he visto dar a ojo composiciones de grafito y silicio muy aproximadas y verdaderamente válidas para la tolerancia con que antes se trabajaba, la experiencia es un grado y somos los titulados los que tendemos a minusvalorarla, es un error, yo he aprendido aquí bastante más que en la facultad, hoy los informes del laboratorio pesan, ha habido casos muy curiosos, hasta detectar el soborno de un ingeniero por parte de una casa suministradora de mazarotas exotérmicas, verá, el acero calmo se cuela en lingoteras de cabeza ancha y por diferencia de volumen entre líquido y sólido, por contracción, al enfriarse, aparecería un espacio vacío, un rechupe a lo largo del eje central del lingote, con la mazarota se evita, pues da un enfriamiento más progresivo, salvo una pequeña cavidad en el extremo superior, pero se despunta el tocho y queda el lingote como metal sano, lógicamente cuanto menos haya que despuntar menos metal se desperdicia, el control de los rechupes detectó una profundidad exagerada o un consumo exagerado de mazarotas para evitarlo, ambas coincidentes con una misma persona, el encargado de fabricación, un catalán, y don José María no se dedicó a espiarlo, forzó de inmediato una disputa y el culpable decidió marcharse, aquí hay una, así son los cortes transversales del despunte para control, ¿a que parece una escultura abstracta de esas que no se sabe lo que representan? Salvo las que me piden de recuerdo, vuelven para chatarra, sí, puede quedarse con ella, no faltaría más. No sabría definirlo, mis contactos con él son exclusivamente profesionales, quizá peque de absorbente, le gusta ser el centro, pero es que le guste o no le guste lo es, Lizarraga es la obra de una única persona, don José María.

JOSÉ LITEO HERNÁNDEZ: Estoy preparando un cuento para el premio Hucha de Oro, como exigen la exaltación de una virtud humana me pareció oportuno lo de la huelga. A ver qué le parece, es el arranque. Martín ve la masa enorme del fin del mundo, de color azulenco, balancearse ante sus ojos, la bobina de chapa laminada con los ocres picotazos del óxido, con el etiquetón colgando de la pletina, su sentencia, tan cerca que extiende los brazos para ayudar a la carga, como en la era, allá en el pueblo, cuando en el carro se desequilibraba el heno hacia las varas, haciendo fuerza, ¿cuántos kilos podía sujetar?, fue entonces, en el primer contacto de sus dedos en el metal, sintió que no podría, no pesaba kilos, pesaba toneladas, sintió en la mano como cuando se apoyó en la misma masa enorme de la locomotora diesel intentando salvar a su mejor amigo, metal insensible a su caricia, a su puñetazo, a su esfuerzo, oyó los gritos de aviso y se dio perfecta cuenta de que no tenía salvación, la bobina seguía deslizándose sobre sí misma, hacia su lado a pesar de los bíceps tensos, un giro lento que le arrinconaba contra el muro, muerto, lo supo en cuanto la bobina inició el giro, la notó en su tórax, las trizas del costillar, el crac del esternón, la piel no soporta la carga y se rasga, fluyen vísceras rojiblancas, recuerda el reventar de la morcilla en la chimenea, el del perro canelo bajo las ruedas de la locomotora diesel del fin del mundo, allá en el pueblo, y se escapa fuera de su propia envoltura somática acompañando en revoltijo a las ideas, a las palabras que no pronunciará jamás…

LIBE ERAUNCETAMURGUIL (SEÑORA DE LIZARRAGA): Ay, ama birgiña, cómo le agradezco el venir, se ha portado muy bien, ya me contó Edurne y no sabe cómo se lo agradezco, tenemos un plan, ya sabe, recuerde su promesa, por favor, que no salga de estas cuatro paredes y si no puede aceptar, por lo que sea, recuerde, ni una palabra, ¿verdad?, que somos dos mujeres y no somos pobres mujeres, gisajas, es que en esta sociedad el que hace es el hombre, el gizona hace y deshace y sin gizona nada y por eso así nos vemos de impotentes, que Iñaki no vale para nada, parece mentira, con el nervio que tienen sus hermanos, por eso recurrimos a usted, es forastero y nos inspira confianza, una combinación, ¿eh?, y conste que don Julio nos habló muy bien, le estima y por eso, ¿me comprende?, le presentaré a mi marido, de eso me encargo yo misma, ya lo creo, aunque no quiera, que es un obstinado y mal lo estará pasando el pobre, ay ama, si nos hubieran llevado juntos no sufriríamos tanto, tiene que conocerle, es un gran hombre, pero un gran hombre sencillo, un trabajador, ése es su pecado, el trabajo, que no vive para otra cosa, ni vicios ni nada, el trabajo y sólo una vez al mes a la sociedad, la única escapada, se dice pronto, si podíamos pasar el año entero de vacaciones, que tampoco a mí me parece bien, pero no, ni un día, todos al trabajo, los domingos vamos al cine de las cuatro, cuando vamos, si hacen de aventuras, de no pensar que hay algunas, de esas especiales de arte y ensayo que la gente va por ver sus partes a las artistas sin pasar a Francia, las vaqueradas las que más le gustan, a mí no, yo prefiero las de amor, de amor en familia, con los líos de los padres y los hijos que eso es lo que más siento en la vida, no tener familia, no tenemos hijos y es que nos casamos mayores y con el miedo de que nos saliera mal, hay un problema terrible de subnormales, pobrecitos, somos socios protectores de su asociación, pues por miedo no nos atrevimos y me gusta verlo en el cine, hubiera sido una buena madre y moderna, me gusta la educación a la moderna y sé que hubiera discutido con Joshe, bueno, pues a esas películas vamos y a la salida del cine me deja con el coche en casa y él se va a la fábrica, ¿qué le parece?, hasta los domingos y muchos días de fiesta se los pasa enteros, ni a comer viene, y eso que no tenemos hijos y todo se va a quedar para los sobrinos y las monjas y también para obras de caridad que en el testamento, ay, ama, si no quiero hablar de eso, que Dios sabe lo que estará pasando el pobre, y se mete en el trabajo que viene a casa perdido, con el traje nuevo que parece un buzo de grasa y porquería y me acuerdo de mozo con el dichoso tragante que llegaba de sucio y un mal olor que teníamos que fumigarle las ropas, apestaba y él se reía, es muy sencillo, los dos lo somos, en el fondo procedemos del campo y en el campo se ven las cosas con más natural, sin hacer tantos ascos, que un remedio para el aguazón de la vaca, cuando no hacía de empacho, en invierno de tanto comer y no moverse, o con arraitako, estreñida, ay, ama, era meter el brazo con aceite de oliva y por el ano meter sal y sacarles, pues era el estilo de unas mucosas lo que las cortaba, el excremento, según, y como lo más natural del mundo los dos hicimos alguna vez, si le viera cuando la visita del ministro, lógico, y el ministro sería incapaz de meterle el brazo a la vaca, seguro. Recuerde su promesa y vamos al plan, aquí están las condiciones, la hermana Nekane sacó una fotocopia sin que la vieran, es el miércoles en un hotel de París, el hotel de l’Observatoire, en el barrio latino, está señalado en el plano, no hay problema, sí lo hay pero quiero decir que decidiéndose se puede solucionar, si no lo manda Iñaki lo tenemos que mandar nosotras y por el amor de Dios, nosotras estamos temblando, no se lo diga a nadie, para el lunes tenemos junto el dinero, no nos pregunte, junto pero no en billetes pequeños, que nos es imposible sin que se enteren y alguien tiene que estar allí para convencerles, lo que quieran, si no lo aceptan así como quieran, cómpreles joyas, lo que pidan y no se preocupe por los gastos, los que quiera, los que necesite, si aparece Iñaki o un enviado, él qué va a aparecer, le deja el campo libre y mejor, es que aceptan, que me lo ha prometido pero no sé qué líos se trae entre manos y no puedo correr riesgos, no me fío, es criminal jugar así con la vida de una persona, ay, ama, no quiero dispararme y no duermo desde el día ese si no es con inyecciones, que estoy drogada y se me va la cabeza, me gustaría ser hombre o haber estudiado y saberme mover por el mundo, iría yo, aunque me encerrasen no podrían evitarlo, si es que a las mujeres nos tratan como seres de segunda categoría, que no podemos hacer nada sin la firma del hombre y ni votamos ni nada, no tengo hija, ¿verdad?, pero si la tuviera me gustaría que fuera de los pantalones vaqueros y fumase y a estudiar fuera, independiente, y la píldora y todo, que Dios me perdone, pero si ya sé que se pasan, pero es como para enderezar un esqueje, si te sale torcido hay que doblarlo al contrario para que quede en medio y no hay que escandalizarse, que mayor escándalo es esta falsa mansedumbre y ni siquiera es pecado, no lo confesamos, y estoy atada de pies y manos y no puedo hacer nada por mi pobre Joshe, perdone las lágrimas que no sé cómo me quedan todavía si no hago otra cosa que llorar, no sé cómo agradecérselo, hasta el lunes, cuente con mi amistad, con la amistad y el agradecimiento de toda la familia, para toda la vida, pero por el amor de Dios no lo comente con nadie, las paredes oyen, hasta el lunes.

LEANDRO SANTAMARINA: Un momento, por favor. ¿No tiene nada que decirme? ¿Nada? ¿Está seguro? Pues yo diría que tanto va el cántaro a la fuente que al fin se rompe, me parece que está metido en un buen lío y se lo ha trabajado a pulso, vamos a ver, ¿tiene pasaporte? Sí, claro, es de curso legal, pero con su permiso me lo quedo, se lo devolveré cuando se vaya del pueblo, puede quedarse, por supuesto, pero sin cambiar de pensión y a partir de ya visitándome tres veces al día, antes de las comidas como dicen ciertas prescripciones, no, por favor, lo hago por su bien pero no me dé las gracias, sería demasiado, le saco del lío antes de que se convierta en un delincuente, encubrimiento, fuga de divisas, ya sabe, niñerías, cumplo con mi oficio de niñera, eso es todo, no merece las gracias, lo haría por cualquier tierno infante descarriado. Si insiste le ataré más corto, pero de momento recuérdelo, antes de las comidas y que aproveche.