EL PURGATORIO

13. EL FINAL DE LA AMBICIÓN

[1]. José García Abad, Adolfo Suárez. Una tragedia griega, Madrid, 2005, p. 123.<<

[2]. Lo recoge Pilar Urbano del propio Calvo Sotelo en su Con la venia… yo indagué el 23-F, p. 283. Por supuesto, cuando Leopoldo, cesado y fracasado, escriba sus desmemoriados recuerdos —Memoria viva de la transición, Barcelona, 1990— no quedará ni un atisbo de la reacción de entonces. «Tuve tiempo de sobra para pensar en todo esto durante la noche larga del 23-F, y algo le dije a Suárez a la mañana siguiente, cuando salíamos del Congreso: le pregunté si él, que todavía conservaba en las manos los hilos y los mimbres, había pensado en reconsiderar su dimisión. A lo mejor Suárez, maestro en ese género de ilusionismo, era capaz de sacar conejos de la chistera del golpe. No me dijo nada; luego supe que había dado vueltas a la idea el 24, buscando apoyos que no encontró» (p. 53). Conviene tener en cuenta que el libro de Urbano fue publicado en caliente (verano de 1982) y el de Calvo Sotelo en 1990.<<

[3]. Lo cuenta Abad. Se trataba de un almuerzo en el hotel Miguel Ángel de Madrid, «y los compañeros de Barriga le fueron dando largas porque no encontraban un día libre en sus agendas y, finalmente, el almuerzo no se celebró» (pp. 41-42).<<

[4]. Fue después del escándalo de una evasión de capitales que se conoció entonces como el «caso Palazón» y que llevó ante el Tribunal de Delitos Monetarios al propio Aurelio Delgado, denunciado por la Federación de Banca del sindicato socialista UGT. Es obligatorio recordar que en 1984-1985, cuando explota el asunto, gobernaba, y con mayoría absoluta, el Partido Socialista.<<

[5]. Dícese de los que trabajaron bajo las órdenes de Emilio Romero, veteranísimo director del diario madrileño Pueblo, consejero del Movimiento y muchas más prebendas y honras del franquismo. Enemigo acérrimo de Adolfo Suárez y de todo lo que el «suarismo» significaba.<<

[6]. Tiempo, 17 de enero de 1983.<<

[7]. Véase Manuel Fraga, En busca del tiempo servido, Barcelona, 1987.<<

[8]. Carlos Yárnoz, Memoria de la transición, El País, Madrid, 1996, cap. 19.<<

[9]. Suscribieron el acuerdo los directores de El País (Juan Luis Cebrián), La Vanguardia (Horacio Sáenz Guerrero) y ABC (Guillermo Luca de Tena), y lo rechazó el de Diario 16 (Pedro J. Ramírez).<<

[10]. El País, 4 de junio de 1982.<<

[11]. El PSOE consiguió sobrepasar la mitad del voto emitido (52,70 por ciento) y obtuvo 66 escaños de los 109 de la cámara autonómica, frente a un 13,09 por ciento de UCD y 15 escaños.<<

[12]. Leopoldo Calvo Sotelo, op. cit., p. 78.<<

[13]. Ibid., p. 81.<<

[14]. El Dictionnaire du Français Clasique, de Dubois-Lagane-Lerond (Larousse, 1971), encuentra esta acepción en Malherbe (1576-1628). El biógrafo de Suárez, Carlos Abella, recoge la errata (p. 523) tal cual la publicó Calvo Sotelo, lo que no es tan sorprendente en un texto más que meritorio, pero donde se puede leer en la primera línea de la primera página: «Este libro ofrece un relato detallado y riguroso del ascenso y la caída de Alfonso (sic) Suárez…». De esta guisa recibe en su prólogo el anciano Raymond Carr al mejor biógrafo del presidente Adolfo Suárez. Carlos Abella, Adolfo Suárez. El hombre clave de la transición, Madrid, 2006.<<

[15]. Manuel Fraga, op. cit., p. 289.<<

[16]. Carlos Abella, op. cit., p. 518.<<

[17]. Ibid., p. 524.<<

[18]. No merece más que un apunte anecdótico. Entre los firmantes de los avales crediticios del CDS aparecen, además de Adolfo Suárez, el secretario general José Ramón Caso, el responsable económico León Buil… y el abogado que tanta notoriedad adquiriría en sus correrías como delincuente, José Emilio Rodríguez Menéndez.<<

[19]. La relación de parentesco entre Agustín Rodríguez Sahagún y Adolfo Suárez es prácticamente ninguna. Hay dos versiones. En la primera, Rodríguez Sahagún era pariente de Aurelio Delgado, «Lito», cuñado de Suárez; al parecer, los abuelos de ambos se habían casado con dos hermanas. La otra versión afirma que era el hermano de Agustín, Tomás, quien estaba casado con una pariente de Lito.<<

[20]. Cambio 16, 14 de abril de 1986.<<

[21]. Los diferentes cronistas no acaban de ponerse de acuerdo en el número de diputados de UCD en 1982. Para evitar confusiones, lo mejor es poner la relación de los doce electos: Marcelino Oreja (Álava), Fernando García Agudín (La Coruña), José Miguel Bravo de Laguna (Las Palmas), Rodolfo Martín Villa (León), Antonio Díaz Puentes (Lugo), Landelino Lavilla (Madrid), Pío Cabanillas (Orense), Eulogio Gómez Franqueira (Orense), Jesús Sancho Rof (Pontevedra), Luis Mardones (Tenerife), Gabriel Cisneros (Soria) y Luis Ortiz (Zamora).<<

[22]. El País, 19 de febrero de 1983.<<

[23]. En mis entrevistas con Torcuato, el libro de Marañón aparecía como referencia obligada a la personalidad de Adolfo Suárez. Una exageración torcuatesca, porque de Tiberio no tenía Suárez ni siquiera la porción que genera el conocimiento de su existencia.<<

[24]. Adolfo Suárez, Fue posible la concordia, ed. de Abel Hernández, Madrid, 1996, p. 290.<<

[25]. José Mario Armero, Historia de la transición, Diario 16, 1984, p. 646.<<

[26]. Adolfo Suárez, op. cit., p. 298.<<

[27]. Hasta hoy no conozco ningún estudio específico sobre la «Operación Roca». Lo que más se acerca son las páginas dedicadas a este asunto en la biografía política de Jordi Pujol titulada El Virrei, de José Antich (Barcelona, 1994).<<

[28]. Extraído de una larga conversación con Miguel Roca Junyent, noviembre de 2008.<<

[29]. Obtuvo cinco por Madrid (Adolfo Suárez, José Ramón Caso, Carlos Revilla, Miguel Martínez Cuadrado y Federico Ysart), dos por Las Palmas (José Antonio Santos Miñón y Lorenzo Díaz Aguilar), y luego por Alicante (Rafael Martínez-Campillo), Asturias (Alejandro Rebollo), Ávila (Agustín Rodríguez Sahagún), Salamanca (Juan Castaño Villanueva), Tenerife (Pablo Francisco Hurtado), Segovia (Juan Antonio López Arranz), Valencia (Joaquín Abril Martorell), Valladolid (Antonio Garrosa Resina), Zaragoza (León Buil), y lo que eran tres picas en Flandes: uno por La Coruña (José María Rioboo), otro por Pontevedra (Francisco J. Moldes Fontán) y ¡otro por Barcelona! (Antonio Fernández Teixidó).<<

[30]. J. J. Armas Marcelo, Los años que fuimos Marilyn, Madrid, 1995, pp. 95-98.<<

[31]. Armas Marcelo se refiere más adelante a otro encuentro que él facilitó, en octubre de 1987, entre Suárez y Mario Vargas Llosa, en el que «dialogaron por espacio de dos horas largas en las que Vargas Llosa preguntaba por algunos “misterios” de la política española de los años de la transición». Lo cual reitera la ruptura con una tradición del personaje. Recientemente, el empresario y académico Juan Luis Cebrián ha narrado su papel de intermediario entre García Márquez y Adolfo Suárez, cuantas veces el colombiano viajaba a España.<<

[32]. ABC, 4 de enero de 1987.<<

[33]. Tras las autonómicas catalanas de 1988, contará con tres diputados en el Parlament de Catalunya.<<

[34]. Los cánceres sucesivos de su hija mayor y su esposa aún tardarán en aparecer.<<

[35]. La recibieron con los brazos abiertos y siguió siendo eurodiputada socialista hasta su fallecimiento en noviembre de 1999.<<

[36]. En las elecciones de junio de 1986, Alianza Popular se había presentado con otras fuerzas derechistas en Coalición Popular y había obtenido 105 escaños, pero a finales del 87 no se podía ya decir que en sentido estricto pudiera contar con los mismos.<<

[37]. Cambio 16, 6 de abril de 1987.<<

[38]. José García Abad, op. cit., pp. 236-253.<<

[39]. Ibid., p. 237. Ya citado en la Introducción.<<

[40]. Ibid., p. 262.<<

[41]. Queda fuera de esta historia la querencia de Mario Conde hacia el CDS. Recién salido de la cárcel, a la que habría de volver, encabezaría la lista del CDS en las elecciones generales de marzo de 2000. Se trataba ya de un CDS residual y perdulario, al que Suárez había dejado al pairo nueve años antes.<<

[42]. Conversación con el autor, noviembre de 2008.<<

[43]. Víctor Márquez Reviriego, Apuntes parlamentarios, Madrid, 1996.<<

[44]. Las entregas se hicieron el 2 de febrero y el 2 de abril de 1989, según consta en las declaraciones ante la justicia de Mario Conde en 1995. Cada entrega llevaba quince mil billetes de 10.000 pesetas. Por supuesto, Adolfo Suárez, que primero admitió los hechos, luego dijo desconocer absolutamente de qué se trataba.<<

[45]. Cuatro de ellos por Madrid (Adolfo Suárez, José Ramón Caso, Fernando Castedo y Carlos Revilla) y dos por Las Palmas (José Antonio Santos y Lorenzo Díaz). Por Alicante (Rafael Martínez Campillo), por Asturias (Alejandro Rebollo), por Ávila (José Alfredo Ferrer), por Barcelona (Antonio Fernández Teixidó), por La Coruña (José Antonio Souto), por Murcia (José Ramón Lasuén), por Tenerife (Baltasar de Zárate) y por Valencia (Joaquín Abril Martorell).<<

[46]. Adolfo Suárez, op. cit., p. 339.<<

[47]. José Ramón Caso, Eduardo Punset, Raúl Morodo, Rafael Calvo Ortega y Guadalupe Ruiz-Jiménez.<<

[48]. Escándalo de gran virulencia social, provocado por las corruptelas del hermano del vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, al que acabaría costando el cargo.<<

[49]. En las elecciones generales del 6 de junio de 1993, el PSOE seguirá siendo mayoritario tras haber perdido 16 diputados. El PP, sin embargo, sumó 35 más, y se situó a 18 de los socialistas.<<

[50]. El País, 11 de febrero de 1990.<<

[51]. Lucía Méndez y Francisco Frechoso, El Mundo, 12 de febrero de 1990.<<

[52]. Carlos Dávila, «Un partido vicario», Diario 16, 8 de julio de 1990.<<

[53]. En Castilla y León bajaron de 18 a 5; en Canarias, de 13 a 7; en Asturias, de 8 a 2, y en Extremadura, de 8 a 3. En total consiguieron 336 alcaldes en toda España, la peor suma desde la fundación del CDS, repartidos por Castilla y León (187), Galicia (49), Comunidad Valenciana (23) y un goteo por el resto.<<