INTERIOR DE LA CUEVA

Desierto de Al Mudawwara, Jordania

Jueves, 20 de julio de 2006. 11.07

Con un enorme esfuerzo, David empujó la cabeza de la perforadora a través de la abertura por última vez. Acababan de abrir una ranura de dos metros de ancho por nueve centímetros de alto, y gracias al Eterno el techo de la cámara al otro lado del muro no se había desplomado, aunque había habido algún ligero temblor causado por las vibraciones de la perforadora.

Las piedras ahora eran removibles con las manos desnudas, sin mayor esfuerzo para separarlas que el que haría falta para partir en dos una manzana. Levantarlas y apartarlas era otra cuestión, pues había muchísimas.

—Llevará al menos otro par de horas, señor Kayn.

El multimillonario había bajado a la cueva hacía media hora, al filo del mediodía. Se había colocado en una esquina, con ambas manos detrás de la espalda como era costumbre en él, y simplemente se había quedado mirando, aparentemente tranquilo. Había temido la experiencia del descenso al pozo, pero sólo a nivel racional. Llevaba toda la noche preparándose mentalmente, y no había sentido la compulsión atemorizada que le atenazaba el pecho. Su pulso se había acelerado, cierto, pero no más de lo que sería normal en un anciano de setenta y seis años que hiciese el primer descenso en arnés de su vida.

No entiendo por qué estoy tan bien. ¿Es la cercanía del Arca lo que me cura? ¿O es este hermoso y estrecho útero, este pozo caluroso el que me calma y me acoge?, se dijo Kayn.

Russell se acercó a él y le murmuró unas frases acerca de ir a buscar algo a su tienda. El multimillonario asintió, distraído en sus propios pensamientos, aunque no lo bastante como para no enorgullecerse de haberse liberado de la dependencia de Jacob. Lo quería como a un hijo, y le estaba muy agradecido por su abnegación, pero apenas podía recordar cuándo había podido pasar un rato sin Jacob al otro lado de la puerta, dispuesto a ofrecer una mano amiga o un sabio consejo. Cuánta paciencia había tenido el joven con él.

Si no fuera por Jacob, nada de todo esto habría sucedido.