Recortes de diarios del archivo de Nigel relativos al caso Rattery.
Recorte del Gloucestershire Evening Courier:
Philip Rattery, el niño que había desaparecido de su hogar en Severnbridge ayer por la mañana, fue encontrado hoy en Sharpness. La señora Violeta Rattery, la madre del niño, entrevistada por un reportero del Courier, declaró: «Philip se escapó en una lancha del río Severn. Fue descubierto mientras descargaban la lancha en Sharpness, esta mañana. No ha sufrido ningún daño durante su fuga. Ésta se debió a la preocupación causada por la muerte de su padre».
Philip Rattery es el hijo de George Rattery, el destacado ciudadano de Severnbridge cuya muerte investiga la policía. El inspector jefe Blount, de Scotland Yard, oficial a cargo de la investigación, informó esta mañana a nuestro corresponsal que confía en una rápida solución.
No hay noticias todavía de Frank Cairnes, quien desapareció ayer por la tarde del Angler’s Arms de Severnbridge, donde paraba, y a quien la policía quiere interrogar con respecto a la muerte de George Rattery.
Recorte del Daily Post:
Ayer a la tarde fue arrojado por el mar, en Portland, el cuerpo de un hombre. Lo identificaron como Frank Cairnes, el hombre que la policía buscaba con motivo del crimen de Rattery, en Severnbridge. Después de haber sido encontrados los restos destrozados del dinghy de Cairnes, el Tessa, arrojados a la costa durante la tempestad de la semana pasada, la investigación se había concentrado sobre esta región de la costa.
Cairnes era muy conocido por el público lector, como autor de novelas policiacas, bajo el seudónimo de Felix Lane.
Mañana tendrá lugar la investigación judicial de la muerte de George Rattery, en Severnbridge (Glos.).
Nota de Nigel Strangeways:
Éste es el final del más lamentable de mis casos. Blount me mira todavía con cierto aire de sospecha; del modo más cortés posible insinuó que era «una gran lástima que este Cairnes se le hubiera escapado de las manos», acompañando estas palabras con una de esas miradas agudas y heladas que son mucho más inquietantes que cualquier acusación. De todos modos, estoy muy contento de haber permitido a Félix que se fuera como más le gustaba: un final limpio, por lo menos, después de un asunto tan, tan sucio.
En la primera de las Cuatro Canciones Serias de Brahms, éste parafrasea el Eclesiastés, 3, 19: La bestia debe morir, el hombre muere también; si, ambos deben morir. Que éste sea el epitafio de George Rattery y de Félix Lane.