El doble vínculo terapéutico es una situación impuesta al cliente por el terapeuta, en la cual cualquier respuesta del cliente será una experiencia o una estructura de referencia, que se encuentra fuera del modelo del mundo del cliente. Por lo tanto, el doble vínculo terapéutico implícitamente desafía el modelo del cliente forzándolo a una experiencia que contradice las limitaciones que empobrecen su modelo. Luego, esta experiencia sirve como una estructura de referencia que amplía el modelo del mundo del cliente. En el metamodelo, cuando el terapeuta descubre una generalización que empobrece al modelo del cliente, particularmente si contiene una malformación semántica de causa-efecto y/o un operador modal, el terapeuta puede desafiar esta generalización preguntando al cliente si la generalización es siempre y necesariamente verdadera (ver «Técnicas para desafiar generalizaciones», Cap. 4), pidiéndole que identifique y dramatice una experiencia que contradiga esta generalización (actuación), o en caso que el cliente no tenga disponible ese tipo de experiencia, el terapeuta puede pedir al cliente que cree una experiencia que contradiga su generalización (a través de la técnica de fantasía dirigida) Si estas tres técnicas no logran producir la experiencia contradictoria y si el terapeuta lo estima conveniente, puede decidir crear un doble vínculo terapéutico, situación en la cual la respuesta del cliente es una experiencia que contradice su generalización empobrecedora.
Durante una sesión terapéutica, mientras se aplicaban técnicas del metamodelo a un grupo, el terapeuta ayudó a una cliente a llegar a una generalización que era verdadera en su modelo; específicamente, «Yo no puedo decir NO a nadie porque con ello puedo herir sus sentimientos». En este caso particular, el terapeuta decide usar la técnica de metamodelo de preguntar qué, específicamente, pasaría si la cliente dijera NO a alguien. Su respuesta fue que les causaría un gran daño, que incluso alguien podría morirse. Notando la falta de índice de referencia del sustantivo nadie, el terapeuta decide preguntar quién, específicamente, puede resultar dañado o muerto. La cliente, muy agitada, contó una experiencia traumática de su niñez. Había dicho NO a su padre cuando él le pidió que se quedara en casa con él. Al llegar a su casa más tarde ese mismo día, la cliente descubrió que su padre había muerto, y asumió la responsabilidad de su muerte, atribuyéndola al hecho de haberle dicho NO.
Luego, el terapeuta decide aplicar la técnica de actuación, pidiéndole a la cliente que re-cree la situación descrita con su padre. Aún, después de que la técnica de actuación demostró que la experiencia original, a partir de la cual la cliente hizo la generalización, fue una en la cual ella no tuvo la alternativa de decidir si se quedaba o no con su padre, ella se negó inflexiblemente a abandonar su generalización. Aunque la técnica de actuación fue útil para recuperar la experiencia traumática, proporcionando material para desafiar otras generalizaciones del modelo de la cliente, no logró contradecir en sí misma la generalización de la cliente sobre las consecuencias de decir NO a alguien. En este caso, nótese que la recuperación y actuación de la experiencia original, a partir de la cual la cliente hizo la generalización, no contradijo la generalización, simplemente identificó el origen de esta. Por lo tanto, después de la actuación, el modelo de la cliente seguía empobrecido en esta área, aún no podía imaginarse diciendo NO a alguien sin resultados inaceptables. En este caso el terapeuta decide usar a continuación la técnica de doble vínculo terapéutico. El terapeuta pidió a la cliente que dijera a cada una de las personas del grupo NO sobre cualquier cosa. La cliente reaccionó violentamente, negándose a hacerlo, diciendo cosas como:
NO ¡Me es imposible decir NO a las personas! No puedes pretender que lo haga simplemente porque tú me lo pides.
La cliente mantuvo esta actitud durante algunos minutos, negándose a efectuar la tarea que le pedía el terapeuta, hasta que el terapeuta le hizo notar que, de hecho, le había estado diciendo NO durante todo este rato. Luego, el terapeuta le hizo notar que él no había sufrido daño alguno por su negativa, y desde luego, no se había muerto, lo contrario de su generalización. Esta experiencia fue tan fuerte para la cliente que inmediatamente fue capaz de moverse alrededor de la pieza diciéndole NO a los demás integrantes del grupo.
Consideren la posición en que el terapeuta pone a la cliente al pedirle que diga NO a los miembros del grupo:
No puedo decir NO a nadie…
Diga NO a cada una de las personas del grupo.
El terapeuta demuestra la naturaleza contradictoria de la nueva experiencia, explícitamente, señalando (usando una técnica del metamodelo) que la relación causa-efecto de la generalización —que de acuerdo a la afirmación de la cliente era necesariamente verdadera— falló en esta experiencia.
El doble vínculo terapéutico es particularmente útil en un área que muchos terapeutas llaman tarea para la casa (homework). Definimos tarea como un contrato que hacemos con los clientes, en el cual ellos acceden a realizar ciertos trabajos entre una sesión terapéutica y otra. En esta tarea durante una sesión terapéutica, una cliente descubrió la siguiente generalización:
No puedo tratar de hacer nada nuevo, porque puedo fracasar.
Cuando el terapeuta, usando una técnica del metamodelo le preguntó que pasaría si tratara de hacer algo nuevo y fracasara, ella contestó que no estaba segura, pero que sería muy malo. Expresó mucho miedo de las consecuencias de fracasar ante algo nuevo, reiterando que era, por lo tanto, imposible para ella tratar de hacer algo nuevo. En este punto el terapeuta decidió imponer un doble vínculo terapéutico, usando el tiempo entre cada sesión para eliminar esta atadura. Hizo el siguiente contrato con ella: cada día, entre una sesión y otra, ella tratará de hacer algo nuevo y fracasaría. Nuevamente, noten la estructura de la situación creada para la cliente por el terapeuta.
Con esto no estamos sugiriendo que los dobles vínculos constituyen el único tipo de tarea, sino que la tarea puede consistir en un doble vínculo y además que las generalizaciones pueden ser desafiadas mediante experiencias ocurridas después de la entrevista o sesión. Sólo se necesita que estas experiencias creen nuevas estructuras de referencia que contradigan a las partes que empobrecen el modelo del cliente.