Rafael tiene 34 años y trabaja como subgerente en una división de una gran empresa electrónica.
Al cliente se le preguntó qué esperaba obtener de la entrevista, y comenzó:
(1) Rafael: Bueno… En realidad, no estoy seguro.
El cliente está con dificultades en expresar qué es lo que quiere exactamente. Recuerden: una de las primeras tareas del terapeuta es comprender el modelo del cliente (especialmente aquellas partes que lo empobrecen). El terapeuta nota una eliminación en la primera estructura de superficie del cliente. Específicamente, identifica la palabra proceso, seguro, y que el cliente ha dado un solo argumento o sustantivo (1) para el predicado seguro. El terapeuta puede determinar si esta estructura de superficie es una representación completa de la estructura profunda del cliente, preguntándose si puede crear otra estructura de superficie bien formada con el predicado seguro, y que tenga más de un argumento o sustantivo. Por ejemplo, la estructura de superficie.
( ) Estoy seguro de la respuesta.
En esta estructura de superficie hay dos argumentos o sustantivos asociados con seguro: alguien que está seguro de algo (en este caso, «yo»), y algo de lo cual la persona está segura (en este caso, la respuesta). Por lo tanto, el terapeuta sabe, gracias a su intuición como hablante nativo del español, que la estructura profunda del cliente contiene una parte que no aparece en su estructura de superficie; ha sido eliminada. El terapeuta decide recuperar el material perdido preguntando por él.
(2) Terapeuta: ¿De qué no estás seguro?
El terapeuta pide la porción eliminada de la estructura profunda.
(3) Rafael: No estoy seguro que esto vaya a ayudar.
El cliente ha proporcionado una nueva estructura de superficie que contiene la información que habla sido eliminada en su primera estructura de superficie. El terapeuta escucha al cliente y examina su nueva oración notando: (a) un argumento o sustantivo (esto) asociado con el verbo vaya a ayudar, que no tiene índice referencial; (b) que la representación de la estructura de superficie está incompleta; este predicado ayudar se usa en las estructuras de superficie bien formadas en español con más de un argumento o sustantivo.
(Ej., Tú me estás ayudando a mi).
Ya que ayudar se puede usar con más de un sustantivo o argumento, el terapeuta sabe que una parte de la estructura profunda del cliente ha sido eliminada; (c) que el verbo ayudar está mal especificado; la estructura de superficie no proporciona al terapeuta una imagen clara del tipo de ayuda que el cliente quiere.
Reconociendo las fallas de la estructura de superficie del cliente, para ser bien formada la terapia el terapeuta tiene una serie de opciones disponibles, tales como: (1) puede solicitar el índice referencial: ¿De qué, específicamente, es de lo que no estás seguro que vaya a ayudar?; (2) puede pedir el material eliminado: ¿ayudar a quién / a qué?; (3) puede preguntar al cliente qué tipo de ayuda, específicamente, es la que espera: ¿ayudar en qué sentido?
(4) T.: Específicamente, ¿de qué no estás seguro que será una ayuda para quién?
El terapeuta ha decidido usar (1) y (2).
(5) R.: Bueno, no estoy seguro de que este experimento vaya a ayudar. Verás, cuando fui por primera vez a ver al Dr. G., me preguntó si estaría dispuesto a participar en este experimento…, y bueno, siento que hay algo en lo que realmente necesito ayuda, pero esto es sólo un experimento.
El cliente está manifestando preocupación debido a las condiciones experimentales, ya que el terapeuta está restringido a las técnicas de metamodelo y cree que esto no le permitirá obtener la ayuda que quiere. El terapeuta está tratando de entender el modelo del cliente y nota lo siguiente: (a) la primera estructura de superficie del cliente contiene la nominalización experimento, derivada del verbo experimentar; tiene dos sustantivos asociados que han sido suprimidos: la persona que hace el experimento y la persona o la cosa sobre la cual se experimenta; (b) en la primera estructura de superficie del cliente, uno de los sustantivos correspondientes al verbo ayudar ha sido eliminado (específicamente, ayudar a «quién»); (c) este verbo ayudar no está bien especificado, no presenta una imagen clara; (d) en la última parte de la segunda estructura de superficie del cliente aparece el sustantivo algo; no tiene índice referencial; (e) el sustantivo ayuda es una nominalización del verbo ayudar, está especificado en forma muy incompleta y tiene dos eliminaciones: no da una imagen clara de la persona o cosa que ayuda, ni de la persona o cosa que será ayudada; (f) nuevamente, la nominalización experimento aparece con las eliminaciones mencionadas más arriba en (a); (g) la última estructura de superficie es de la forma general X pero Y, o sea, una causativa implicada. Específicamente, la implicancia consiste en que el cliente quiere algo (X = hay algo en lo que realmente necesito ayuda), pero hay algo que no le permite obtenerlo (Y = esto es sólo un experimento).
(6) T.: El hecho de que esto sea un experimento, ¿cómo te impide obtener la ayuda que necesitas?
El terapeuta decide desafiar la implicativa causal (g).
(7) R.: Los experimentos son para las investigaciones, pero hay algo en lo que yo realmente necesito ayuda.
El cliente responde reafirmando la causativa implicada «X, pero Y». Nótese que todavía contiene (a) la antigua nominalización experimento con dos eliminaciones; (b) una nueva nominalización investigaciones con dos eliminaciones: la persona que hace la investigación y la persona o cosa sobre la cual se investiga; (c) el sustantivo algo, al cual le falta el índice referencial, y (d) la antigua nominalización ayuda, con sus dos eliminaciones.
(8) T.: ¿En qué, específicamente, necesitas realmente ayuda?
El terapeuta deja la implicativa causal y decide buscar el índice referencial (e).
(9) R.: No sé cómo causarle una buena impresión a la gente.
El cliente presenta una estructura de superficie en la cual él supone que da el índice referencial del sustantivo algo, aparecido en su última estructura de superficie. Esta nueva estructura rompe con las condiciones lo bien formado en terapia, ya que aparece: (a) la nominalización impresión con una eliminación: la persona o cosa que hace lo impresionante; (b) el adjetivo buena, en buena impresión está derivado de un predicado de estructura profunda. «X es bueno por Y». La X en este caso es la impresión y la Y ha sido eliminada, i. e., «¿para quién es buena la impresión/ quién se beneficia con esta acción?»; (c) el sustantivo gente no tiene índice referencial; (d) la estructura de superficie del cliente está semánticamente mal formada, ya que supone adivinación. El afirma no saber cómo causar una buena impresión en la gente, pero no afirma cómo sabe que eso es verdadero. La forma en que él dice saber que no causa buena impresión no está establecida.
(10) T.: Déjame ver si te entiendo, ¿estás diciendo que al ser esto sólo un experimento, necesariamente te impide descubrir cómo causarle una buena impresión a la gente? ¿Es eso correcto?
El terapeuta decide ignorar la malformación de la nueva estructura de superficie del cliente. En vez de eso, decide re-conectar la respuesta con su pregunta sobre el índice referencial con respecto a la causativa implicada que el cliente había presentado antes, sustituyendo la respuesta que habla recibido por su pregunta anterior. Con esto está comprobando si realmente entiende el modelo del cliente y además está reforzando la generalización del cliente e insertando un operador modal de necesidad, pide al cliente que acepte o rechace la generalización.
(11) R.: Bueno…, realmente no estoy seguro…
La objeción del terapeuta a la generalización del paciente tuvo éxito: el paciente comienza a vacilar.
(12) T. (Interrumpiendo): Bueno, ¿estás dispuesto a averiguarlo?
El terapeuta sabe que su objeción ha tenido éxito (escucha la estructura de superficie del cliente —«Bueno, realmente no estoy seguro…») y actúa rápidamente, pidiendo al cliente que reconecte su generalización con su experiencia actual, tratando de obtener la ayuda que necesita bajo estas condiciones.
(13) R.: Bueno, está bien.
El cliente decide intentar.
(14) T.: ¿Frente a quién, específicamente, no sabes causar una buena impresión?
Ahora el terapeuta vuelve a la malformación de la estructura de superficie anterior del cliente y decide averiguar el índice referencial de gente en la oración: una buena impresión en la gente.
(15) R.: Bueno, frente a nadie.
El cliente no logra dar el índice referencial solicitado por el terapeuta. La palabra nadie es uno de los tipos especiales de sustantivos que no tienen referencia, ya que contienen un cuantificador universal (lógicamente, nadie = negación de todas las personas). El cliente, ahora, establece que en su modelo no hay nadie en quien él pueda causar una buena impresión. Por lo tanto, el terapeuta puede elegir: (a) objetar la generalización, o (b) pedir nuevamente el índice referencial.
(16) T.: ¿Nadie? ¿No te acuerdas de alguien a quien alguna vez hayas causado una buena impresión?
El terapeuta menciona nuevamente la palabra a la cual le falta el índice referencial y luego pide al cliente que enfrente la generalización pidiéndole una excepción.
(17) R.: Eh, mmm…, Sí, bueno, algunas personas, pero…
Nuevamente el desafío funciona: el cliente reconoce algunas excepciones. Su respuesta parcial nuevamente: (a) contiene un predicado nominal sin índice referencial, y (b) incluye el comienzo de una oración descalificativa, pero.
(18) T.: Bueno, entonces, ¿frente a quién, específicamente, no sabes causar buena impresión?
Nuevamente el terapeuta ha tenido éxito en pedir al cliente que enfrente su generalización, pero aún no ha recibido el índice referencial para el predicado nominal y lo solicita nuevamente.
(19) R.: …Creo que lo que he estado tratando de decir es que no le gusto a las mujeres.
El cliente responde cambiando su afirmación no sé cómo causar una buena impresión en la gente, por no le gusto a las mujeres. Estas dos estructuras de superficie comparten dos elementos de malformación: (a) cada una contiene un sustantivo sin índice referencial (gente y las mujeres), y (b) ambas establecen que el cliente es capaz de saber cuál es el estado emocional de otro ser humano sin presentar la descripción de cómo logra saber esto. La estructura de superficie del cliente también contiene una eliminación relacionada con el verbo decir: la persona a la cual el cliente está diciendo lo que está diciendo.
(20) T.: Específicamente, ¿qué mujeres?
Nuevamente el terapeuta decide pedir el índice referencial.
(21) R.: La mayoría de las mujeres que conozco.
El cliente responde con un predicado nominal que tampoco lleva índice referencial; nótese el término mayoría, que nosotros identificamos como una de esas palabras o frases especiales que contienen cuantificadores y que, por lo tanto, no tienen referencia. La oración no da una imagen clara.
(22) T.: ¿Qué mujeres, específicamente?
El terapeuta nuevamente solicita el índice referencial.
(23) R.: Bueno, realmente la mayoría de las mujeres…, pero cuando dijiste eso, recién comencé a pensar en una mujer, Eva.
Inicialmente, el cliente no proporciona el índice referencial solicitado (i. e., realmente la mayoría de las mujeres), pero luego lo da (el cliente identifica la mujer en cuestión y la nombra). Nótese que el hecho que el cliente nombre a una persona cuando el terapeuta pide un índice referencial clarifica y enfoca el modelo del cliente para el cliente, pero dice mucho menos al terapeuta. Además, hay una eliminación de un sustantivo asociado con el verbo pensar (i. e., «X piensa Y sobre Z»), específicamente, qué pensó el cliente sobre Eva.
(24) T.: ¿Quién es Eva?
El terapeuta tiene el índice referencial, pero solicita información sobre quién es esta persona en relación al cliente. Es muy diferente para el terapeuta, que Eva sea su madre, su hermana, su esposa, su amante, su hija… El terapeuta ignora la eliminación en la última estructura de superficie del cliente.
(25) R.: Es esa mujer que recién conocí en el trabajo.
El cliente entrega alguna información adicional.
(26) T.: Ahora, ¿cómo sabes que no le causaste una buena impresión a Eva?
El terapeuta está tratando de desarrollar para si mismo un cuadro bien focalizado del modelo del mundo del cliente. Ha logrado obtener el índice referencial de un sustantivo que originalmente no tiene conexión con la experiencia del cliente. El terapeuta, ahora, integra este material —el sustantivo con el índice referencial: «Eva», la mujer que el cliente recién conoció en el trabajo— con la generalización original del cliente. Por lo tanto, la generalización original del cliente No sé cómo causarle una buena impresión a la gente, se convierte en No sé cómo causarle una buena impresión a Eva. Nótese que esta nueva estructura de superficie está conectada con una experiencia especifica que el cliente ha tenido: las generalizaciones cambian, reconectando la generalización del cliente con (por lo menos) una de las experiencias en las cuales la generalización está basada. Después de integrar este material el terapeuta comienza a cuestionar el proceso por el cual el cliente sabe que no le causó una buena impresión a Eva; esta es una posibilidad que el terapeuta ya tenía de antes; ahora decide usar esta alternativa y pide al cliente que describa cómo sabe que no le causó una buena impresión a Eva, objetando lo que parece ser un caso de adivinación de parte del cliente.
(27) R.: Bueno, sólo sé…
El cliente no logra especificar la palabra proceso, el verbo, más completamente.
(28) T.: ¿Cómo, específicamente, lo sabes?
El terapeuta pregunta nuevamente al cliente cómo sabe, específicamente, que no le causó una buena impresión a Eva.
(29) R.: Sencillamente, no le gusté.
Nuevamente, el cliente presenta una estructura de superficie en la cual declara tener conocimiento de la experiencia interna de otra persona, sin especificar cómo obtuvo ese conocimiento, aparentemente adivinación.
(30) T.: ¿Cómo, específicamente, sabes que no le gustaste a Eva?
El terapeuta sigue objetando la información adivinada del cliente.
(31) R.: No estaba interesada en mí.
Nuevamente, el cliente declara tener conocimiento de otro estado interior.
(32) T.: ¿Interesada en qué sentido?
Nuevamente, el terapeuta objeta la adivinación. Nótese que el terapeuta tiene dos formas generales disponibles para objetar las estructuras de superficie semánticamente mal formadas que involucran adivinación. La forma (a) ¿cómo sabes que X?, donde X es la estructura de superficie del cliente (ej., ella no se interesó por ti), o la forma (b) que es la que usa en este caso el terapeuta, el verbo, ¿en qué forma / manera?, donde verbo es el de la estructura de superficie original del cliente (ej., interesada). Ambas preguntas solicitan al cliente que especifique cómo ocurrió el proceso; esencialmente se solicita que especifique la palabra o verbo proceso más completamente.
(33) R.: No me prestó atención.
Por cuarta vez consecutiva, el cliente da una estructura de superficie que involucra adivinación.
(34) T.: Cómo, ¿no te prestó atención?
El terapeuta nuevamente objeta la adivinación del cliente.
(35) R.: No me miró.
Finalmente, el cliente proporcionó una estructura de superficie que da respuesta al requerimiento de especificar un proceso que parecía ser adivinación; ahora se identifica una situación que es verificable y que no involucra adivinación.
(36) T.: Déjame ver si yo entiendo esto. ¿Tú sabes que Eva no se interesó en ti porque ella no te miró?
El terapeuta sustituye el nuevo material no adivinado en la estructura de superficie que identifica como la base de las afirmaciones clarividentes que ha estado haciendo el cliente. Aquí el terapeuta está comprobando si ha entendido el modelo que el cliente tiene de su experiencia. Solicita verificación de parte del cliente.
(37) R.: ¡Eso es!
El cliente verifica la afirmación del terapeuta sobre su modelo.
(38) T.: ¿Hay alguna forma en que puedas imaginarte a Eva sin mirarte y estando interesada en ti?
El terapeuta ha presentado una generalización y el cliente la ha verificado. Noten ahora la forma de esa estructura de superficie (36): «X debido a Y». Después de haber obtenido la verificación del cliente, el terapeuta puede ahora objetar esta generalización, pidiendo nuevamente al cliente que re-conecte esta generalización con su experiencia. El terapeuta pregunta al cliente si la conexión entre X e Y, unidas por las palabras de relación porque o debido a, en la forma general X porque Y o debido a, ocurre siempre.
(39) R.: Bueno…, no lo sé…
El cliente titubea.
(40) T.: ¿Tú siempre miras a todos aquellos en los que estás interesado?
El terapeuta objeta la generalización usando nuevamente la misma técnica, esta vez cambiando los índices referenciales de modo que la generalización queda de la siguiente forma:
Eva te mira.
Tú miras a todos los demás.
Eva se interesó por ti.
Tú te interesaste por todos los demás.
(41) R.: Supongo que… no siempre. Pero sólo porque Eva está interesada en mí no significa que yo le guste.
La objeción del terapeuta a la estructura de superficie del cliente es exitosa: el cliente admite que su generalización es errónea. La siguiente estructura de superficie del cliente sugiere que piensa que él no le gusta a Eva. Nótese que nuevamente el cliente declara tener conocimiento del estado interior de otra persona.
(42) T.: ¿Cómo, específicamente, sabes que no le gustas a ella?
El terapeuta nuevamente objeta la adivinación del cliente, pidiéndole que especifique el proceso en forma más completa.
(43) R.: Ella no me escucha.
El cliente presenta una nueva estructura de superficie, semánticamente mal formada (adivinación). Nótese que hay una diferencia: yo puedo determinar si hay alguien que me está mirando (noten, no viéndome, sólo mirándome), sencillamente dirigiendo la mirada hacia mí, pero no puedo determinar si alguien me está escuchando con sólo observarla (ni puedo determinar si me escucha con sólo mirarme).
(44) T.: ¿Cómo, específicamente, sabes que no te escucha?
El terapeuta objeta la estructura de superficie adivinatoria del cliente, pidiendo una especificación más completa del proceso.
(45) R.: Bueno, ella jamás me mira. (Empieza a enojarse): ¡Tú sabes cómo son las mujeres! Ellas jamás te hacen saber si se fijan en uno.
El cliente retrocede a la estructura de superficie anterior bien formada con, nótese, el agregado de este cuantificador universal: jamás. De la suma de este cuantificador resulta una generalización que el terapeuta puede decidir objetar. Además, la estructura de superficie siguiente presenta varias opciones para el terapeuta: (a) la aseveración tú sabes del cliente involucra adivinación; (b) el sustantivo mujeres no tiene índice referencial; (c) la estructura de superficie no especifica cómo son las mujeres, simplemente supone que el terapeuta sabe. La palabra o verbo proceso son no está especificada en absoluto. La siguiente estructura de superficie del cliente falla (por lo menos) en dos condiciones de lo bien formado en terapia: (a) el pronombre ellas aparece dos veces en la estructura de superficie, no tiene índice referencial[41], y (b) el cuantificador universal jamás identifica una generalización que puede ser objetada.
(46) T.: ¿Como quién, específicamente?
El terapeuta decide buscar el índice referencial.
(47) R.: (enojado): ¡Como mi madre…!, ¡ah, maldición! Ella jamás estuvo interesada en mí.
El cliente identifica el índice referencial que faltaba. La siguiente estructura de superficie del cliente tiene la misma forma que las estructuras previas (31, 36, 38, 41); esta vez, sin embargo, el pronombre ella se refiere a la madre del cliente y no a Eva. La estructura de superficie está semánticamente mal formada, como anteriormente, ya que el proceso mediante el cual el cliente llegó a saber que su madre no estaba interesada en él no está especificado.
(48) T.: ¿Cómo sabes que tu madre jamás estuvo interesada en ti?
El terapeuta cuestiona la estructura de superficie del cliente, pidiendo una descripción más específica del proceso.
(49) R.: Cada vez que trataba de mostrarle que me preocupaba por ella, jamás lo notaba (comienza a llorar)… ¿Por qué no lo notaba?
La estructura de superficie del cliente contiene (a) dos cuantificadores universales (cada vez y jamás) que identifican una generalización que el terapeuta puede decidir objetar, y (b) tres palabras o verbos proceso que están especificados en forma muy incompleta (mostrarle, preocupaba, notaba), ya que no presentaban al terapeuta una imagen clara, y (c) declara conocer la percepción interior de otra persona sin especificar el proceso (ella jamás lo notaba).
(50) T.: ¿Cómo, específicamente, trataste de mostrarle que te preocupabas por ella?
El terapeuta comienza a clarificar la imagen para sí mismo, pidiendo una descripción más específica y completa del proceso. Decide preguntar primero sobre las acciones del cliente.
(51) R.: (Llorando suavemente): Como todas esas veces que llegaba a casa del colegio y hacía cosas para ella.
Esta estructura de superficie del cliente contiene (a) un cuantificador universal todas esas veces, sujeto a objeción por parte del terapeuta, y (b) el sustantivo cosas que no tiene índice referencial.
(52) T.: ¿Qué cosas, específicamente, hacías para ella?
El terapeuta sigue explorando el modelo del cliente, específicamente, tratando de obtener una imagen clara de la percepción que tiene el cliente de sus acciones. Elige la opción (b).
(53) R.: Bueno, yo siempre limpiaba la sala de estar y lavaba los platos… y ella jamás lo notaba… y nunca decía nada.
La estructura de superficie del cliente ofrece al terapeuta las siguientes cuatro opciones: (a) tres cuantificadores universales (siempre, jamás, nunca), que identifican tres generalizaciones del modelo del cliente que pueden ser objetadas; (b) la presencia de una forma verbal muy inespecífica notaba; (c) afirmación de parte del cliente de conocer las percepciones de otra persona (notaba); una eliminación asociada con la forma verbal decía (i. e., ¿a quién?). Además nótese la forma en que inicialmente el cliente afirma ella jamás lo notaba, luego hace una pausa y dice: nunca decía nada. En nuestra experiencia, dos estructuras de superficie sucesivas con la misma forma sintáctica (i. e., sustantivo - cuantificador - verbo…), separadas solamente por una pausa, identifican para el hablante dos oraciones que son equivalentes o casi equivalentes en significado dentro del modelo del cliente. Estas equivalencias son muy útiles para llegar a entender las conexiones entre las experiencias del cliente y la forma en que estas son representadas. Por ejemplo, noten que la primera de estas dos afirmaciones establece que el cliente conoce las percepciones de otra persona, mientras la segunda está semánticamente bien formada, sin involucrar adivinación. Si, de hecho, las dos afirmaciones son equivalentes, la segunda identifica la experiencia que está representada en la primera (una estructura de superficie, semánticamente mal formada), o, en otras palabras, en el modelo del cliente, el hecho que su madre no diga nada, es equivalente al hecho que no note nada.
(54) T.: Rafael, el hecho que tu madre no haya dicho nada sobre lo que tú hacías, ¿significa que ella jamás noto lo que habías hecho?
El terapeuta ha decidido ignorar por el momento las fallas de lo bien formado en terapia de las estructuras de superficie del cliente y quiere comprobar si las dos últimas estructuras de superficie son, de hecho, equivalentes. Este tipo de generalizaciones es sumamente importante para llegar a comprender la experiencia del cliente.
(55) R.: Sí, ya que jamás notó lo que yo hice para ella, ella no estaba interesada en mí.
El cliente verifica la equivalencia y proporciona una tercera estructura de superficie que, al sustituirla por una de las otras dos (específicamente, y nunca decía nada), resulta también equivalente. Esta tercera estructura de superficie es: ella no estaba interesada en mi. La estructura de superficie del cliente también contiene el cuantificador universal nunca.
(56) T.: Déjame ordenar esto: ¿tú estás diciendo que él hecho que tu madre no notara lo que hacías por ella significa que ella no estaba interesada en ti?
El terapeuta ha decidido verificar la equivalencia de estas dos estructuras de superficie.
(57) R.: Sí, eso es correcto.
Nuevamente, el cliente verifica la generalización involucrada.
(58) T.: Rafael, ¿has tenido alguna vez la experiencia que alguien haya hecho algo por ti y que tú no lo hayas notado hasta después de que te lo hayan señalado?
Nótese que la intención al cambiar los índices de referencia de esta forma, es poner al cliente en posición de miembro activo en su generalización original, respecto a su madre, la persona que él está criticando.
(59) R.: Bueno…, sí, recuerdo una vez…
Al principio el cliente titubea, luego admite haber estado en la misma posición que ocupó su madre en la descripción de su generalización original.
(60) T.: ¿No notaste lo que habían hecho por ti, porque no estabas interesado en ellos?
Después de haber recibido de parte del cliente la confirmación de haber tenido esa experiencia, el terapeuta lo interrumpe para averiguar si la equivalencia.
X no notaba = no estaba interesado, es válida cuando él es el que no notaba (i. e., X = el cliente). El terapeuta está, por lo tanto, objetando la generalización.
(61) R.: No, sencillamente no lo noté…
El cliente niega la equivalencia cuando él es la persona que no lo notó.
(62) T.: Rafael, puedes imaginar que tu madre sencillamente no lo notó cuando…
Habiendo recibido negación de la equivalencia.
X no notaba = X no estaba interesado, cuando X = el cliente, el terapeuta ahora invierte los índices de referencia que había cambiado anteriormente. El resultado es la equivalencia original del cliente, específicamente:
X no notaba = X no estaba interesado.
Donde X = la madre del cliente
(63) R.: No, eso no es lo mismo.
El cliente reconoce la objeción del terapeuta, antes de completarla, lo interrumpe y niega que los dos casos (donde X = el cliente y donde X = la madre del cliente) sean iguales. La estructura de superficie que usa para esta negación no cumple con las condiciones de lo bien formado en terapia: (a) el pronombre eso no tiene índice referencial, y (b) la segunda parte de la comparación ha sido eliminada.
(64) T.: ¿Qué no es lo mismo que qué?
El terapeuta solicita ambas cosas: el índice referencial y la parte eliminada de la comparación.
(65) R.: El hecho que yo no lo note no es lo mismo que mi madre no lo note, verás, ella jamás notó lo que yo hacía por ella.
El cliente completa la información solicitada por el terapeuta. Luego describe la diferencia entre los dos casos, específicamente, que su madre «jamás» lo notó. Este cuantificador universal identifica una generalización objetable.
(66) T.: ¿Jamás?
El terapeuta objeta el cuantificador universal.
(67) R.: Bueno, no muchas veces.
El cliente admite que hubo excepciones, y se está acercando a la re-conexión de su generalización con su experiencia.
(68) T.: Rafael, quiero que específicamente describas una oportunidad en la que tu madre notó lo que habías hecho por ella.
El terapeuta trata de conseguir que su cliente focalice mejor preguntando por una excepción específica a la generalización inicial.
(69) R.: Bueno, una vez cuando… ¡si!, (enojado), ¡incluso tuve que decirle!
Uno de los sustantivos asociados con la forma verbal decirle ha sido suprimido. (¿Decirle qué?).
(70) T.: ¿Tuviste que decirle qué?
El terapeuta pregunta por la parte eliminada de la estructura de superficie.
(71) R.: Que le había hecho esa cosa. Si hubiera estado lo suficientemente interesada lo habría notado por sí misma.
La primera estructura de superficie contiene un sustantivo (esa cosa) y no tiene índice referencial. La segunda estructura de superficie incluye una eliminación asociada con la frase suficientemente interesada (suficientemente interesada), ¿para qué?, y un pronombre, lo, ¿sin índice referencial?
(72) T.: Suficientemente interesada ¿para qué?
El terapeuta solicita el material eliminado.
(73) R.: Suficientemente interesada para mostrarme que me quería.
El cliente proporciona el material eliminado solicitado por el terapeuta. Esta nueva estructura dé superficie contiene: (a) una falla en las condiciones de lo bien formado en terapia. El cliente declara saber si su madre lo quería o no sin especificar cómo obtuvo la información; (b) el verbo querer está especificado en forma muy incompleta.
(74) T.: ¿Cómo mostraste tú a tu madre que la querías?
El terapeuta está tratando de obtener una imagen clara de la forma en que el cliente y su madre comunicaban sus sentimientos afectivos entre ellos. El terapeuta ha sido informado por el cliente que su madre no tenía suficiente interés en demostrarle que lo quería. Decide usar la técnica de cambio de índice referencial. Específicamente, hace la siguiente sustitución:
De este modo, la última parte de la estructura de superficie del cliente se transforma en:
Tu madre te mostró que ella te quería
Tú mostraste a tu madre que la querías.
Con este cambio de índices referenciales, el terapeuta pide al cliente que enfoque la imagen pidiéndole un verbo especificado en forma más completa.
(75) R.: Haciendo cosas para ella.
El cliente da una mayor especificación del verbo, estableciendo la equivalencia.
X quiere a Y = X hace cosas para Y
Donde X = él cliente e Y = la madre del cliente.
(76) T.: Rafael, ¿tu madre hizo alguna vez cosas para ti?
Ahora el terapeuta cambia los índices referenciales volviendo a la estructura de superficie original (73), y presenta la mitad de la equivalencia al cliente para su verificación.
(77) R.: Sí, pero realmente jamás… jamás me lo hizo saber con seguridad.
El cliente reconoce que su madre hizo cosas para él, pero niega la existencia de la equivalencia, es decir:
X quiere a Y ≠ X hace cosas para Y
Donde X = la madre del cliente.
Y = el cliente.
Con la nueva estructura de superficie del cliente, el terapeuta tiene las siguientes opciones: (a) preguntar cuál es la diferencia que hay entre las dos situaciones que hace fallar la equivalencia (identificada por la palabra clave pero); (b) el cuantificador universal jamás aparece dos veces, el cual se puede objetar; (c) una eliminación asociada con el verbo saber (i. e., ¿saber qué?); (d) el verbo saber está especificado en forma incompleta.
(78) T.: ¿Jamás te hizo saber qué?
El terapeuta elige la opción (c) y pide el sustantivo eliminado asociado con el verbo saber.
(79) R.: Jamás me hizo saber con seguridad si ella me quería (Aún llorando suavemente).
El cliente proporciona el sustantivo eliminado. Su estructura de superficie contiene: (a) un cuantificador universal objetable, jamás; (b) dos verbos especificados en forma muy incompleta, saber y querer.
(80 ) T.: ¿Alguna vez le hiciste tú saber con seguridad que la querías?
Nuevamente el terapeuta decide usar la técnica de cambiar los índices referenciales. La sustitución que hace es la misma empleada en (74).
(81) R.: Ella lo sabía…
La estructura de superficie del cliente contiene: (a) una eliminación asociada con la forma verbal sabía; (b) una falla en las condiciones de lo bien formado en terapia, adivinación; (c) una forma verbal especificada, en forma muy incompleta, sabía.
(82) T.: ¿Cómo sabes que lo sabía?
El terapeuta elige la opción (c).
(83) R.: Yo… Yo… creo que no lo sé.
El cliente titubea, y luego admite que no es capaz de especificar el proceso mediante el cual se supone que su madre era capaz de saber que él la quería. Esto equivale a establecer que el proceso en su modelo no está especificado.
(84) T.: ¿Qué te impide decírselo?
El cliente ha sido incapaz de identificar el proceso por el cual se supone que su madre sabía que él la quería. Inmediatamente, el terapeuta utiliza la técnica de preguntar qué es lo que le impide al cliente usar la forma más directa para comunicar sus sentimientos de amor hacia su madre.
(85) R.: Ummm…, ummm, tal vez nada.
El cliente vacila, al considerar lo obvio. Su estructura de superficie con tiene la expresión tal vez muy calificada y el cuantificador universal nada.
(86) T.: ¿Tal vez?
El terapeuta trata de obtener un mayor compromiso de parte del cliente.
(87) R.: Creo que podría.
El cliente admite la posibilidad.
(88) T.: Rafael, ¿crees que también podrías decirle a Eva lo que sientes por ella?
El terapeuta cambia nuevamente los índices de referencia:
Y pide al cliente un mayor compromiso para cambiar el proceso de comunicación en esa relación, de tal forma que sea más directa y no requiera adivinación.
(89) R.: Eso es un poco arriesgado.
El cliente vacila; su estructura de superficie contiene: (a) un pronombre sin índice referencial, eso; (b) eliminación de un sustantivo asociado con la forma verbal arriesgado (i. e., ¿arriesgado para quién?).
(90) T.: ¿Qué es un poco arriesgado?
El terapeuta solicita el Índice referencial.
(91) R.: El hecho que yo vaya y se lo diga.
El cliente proporciona el índice referencial que faltaba y expresa duda acerca del compromiso de comunicación que el terapeuta le pide.
(92) T.: ¿Qué es lo que te detiene?
El terapeuta usa la técnica de preguntar por la generalización, el resultado de la acción del cliente que él considera arriesgado.
(93) R.: Nada, eso es lo que lo hace tan arriesgado. (Riendo).
El cliente reconoce que tiene esa posibilidad.
En este momento el terapeuta comienza a usar otras técnicas, que no son específicamente del metamodelo; establece un contrato con Rafael para asegurarse que actuará sobre las nuevas posibilidades que ha descubierto.