CAUSA Y EFECTO

Este tipo de malformación semántica de estructuras de superficie implica la creencia, de parte del que habla, que una persona (o conjunto de circunstancias) puede efectuar una acción que necesariamente provoca en otra persona una emoción o un determinado estado interior. Lo típico es que la persona que experimenta la emoción o estado interior es representada como no teniendo alguna opción de responder de otra forma. Por ejemplo, el cliente dice:

(176) Mi esposa me hace sentir enojado.

Nótese que esta estructura de superficie presenta una imagen vaga, en la cual una persona (identificada como mi esposa) desempeña una acción (no específica) que necesariamente causa en otra persona (identificada como yo) una experiencia emocional (enojo). Estructuras de superficie mal formadas, de este tipo, pueden ser identificadas por una de las dos reglas generales:

Donde X e Y son sustantivos que tienen distinto índice referencial, i. e., se refieren a distintas personas:

La otra forma general que encontramos frecuentemente es aquella que sustenta una estructura de superficie como la siguiente:

(177) Tu reír me distrae.

La regla general es:

Donde X e Y son sustantivos que tienen distinto índice referencial, i. e., se refieren a distintas personas.

Aplicando la regla general a un ejemplo, tenemos:

Ahora presentaremos un conjunto de estructuras de superficie que están mal formadas en el sentido que hemos analizado.

(178) Ella me obliga a ser celoso.

(179) Tú siempre me haces sentir feliz.

(180) Él me obliga a sentirme mal.

(181) Ella me causa mucho dolor.

(182) Me molesta que escribas en el muro.

(183) Su llanto me irrita.

Además de estas, hay otras formas generales de estructuras de superficie que tienen una forma diferente, pero con el mismo significado. Por ejemplo, la estructura de superficie

(184) Ella me deprime.

Contiene el mismo significado que la estructura de superficie

(185) Ella me hace sentir deprimido.

Si la estructura de superficie que presenta el cliente puede ser traducida de la regla

(Donde X e Y son sustantivos con índices referenciales distintos) a la forma general (A).

Donde el adjetivo es una forma referida al verbo en la estructura de superficie original del cliente, y la nueva estructura de superficie significa lo mismo que la estructura de superficie original, entonces la estructura de superficie está semánticamente mal formada. Así ocurre, por ejemplo, cuando el cliente dice:

(186) Tú me aburres.

Para la aplicación de esta prueba, se traslada el verbo de esta estructura de superficie al final de la nueva estructura de superficie y se pone el verbo causar o hacer en la posición original, y se inserta el verbo sentir o experimentar,

(187) Tú me haces sentir aburrido.

La pregunta, ahora, es si esta nueva estructura de superficie y la original del cliente significan lo mismo. En este caso, significan lo mismo, por lo tanto, la estructura de superficie original del cliente se identifica como semánticamente mal formada. En el siguiente conjunto de frases intente determinar cuál de las dos estructuras de superficie está mal formada, usando la prueba tipo (A).

(188) La música me agrada. = La música me hace sentir agradado.

(189) A mi esposo le gusto. ≠ Mi esposo me hace sentir a gusto.

(190) Tus ideas me molestan. = Tus ideas me hacen sentir molesto.

(191) Su plan me insulta. = Su plan me hace sentir insultado.

(192) La policía me persigue. ≠ La policía me hace sentir perseguido.

Otra forma de estructura de superficie de este tipo que se da frecuentemente es la siguiente:

(193) Lamento que hayas olvidado nuestro aniversario.

O

(194) Lo siento, ya que olvidaste nuestro aniversario.

O

(195) Tengo pena, porque olvidaste nuestro aniversario.

Nuevamente estas tres estructuras de superficie pueden ser parafraseadas por la estructura de superficie:

(196) El que tú olvides nuestro aniversario, me hace sentir triste.

Nótese que esta última estructura de superficie pertenece a la forma general (B). Por lo tanto, tenemos una prueba nueva disponible para ayudarlos a entrenar su capacidad intuitiva. Especialmente, si la estructura de superficie del cliente puede ser parafraseada por una oración perteneciente a la forma general (B), estaría semánticamente mal formada.

En el conjunto siguiente de estructura de superficie determine cuáles oraciones están semánticamente mal formadas, usando la prueba tipo (B).

(197) Estoy deprimida, ya que tú no me ayudarás. = El hecho que tú no me ayudes, me hace sentir deprimida.

(198) Me siento sola, porque no estás aquí. = El hecho que no estés aquí, me hace sentir sola.

(199) Estoy feliz, porque voy a ir a México. = El hecho que vaya a México, me hace sentir feliz.

(Nota: La prueba de la paráfrasis resulta, pero la estructura de superficie está mal formada, ya que ambos sustantivos X e Y, en la forma general [B], tienen el mismo índice referencial).

(200) Ella se siente herida, porque tú no le prestas atención. = El hecho que no pon gas atención en ella, la hace sentirse herida.

Pero además de las estructuras de superficie ya presentadas en las cuales aparecen las experiencias del cliente como carentes de alternativas, hemos considerado útil entrenar a los terapeutas a escuchar la palabra clave, pero. Esta conjunción pero, que en sus usos gramaticales puede traducirse como y no…, actúa para identificar lo que el cliente considera como razones o condiciones que hacen imposible algo que él quiere o hacen necesario algo que él no quiere. Por ejemplo, el cliente dice:

(201) Quiero irme de la casa, pero mi padre está enfermo.

Cuando escuchamos estructuras de superficie de este tipo, nos damos cuenta que el cliente está identificando una relación de causa efecto en su modelo del mundo. De este modo, a este tipo de estructuras de superficie las llamamos Causativas Implicadas (Implied Causatives).

(202) X pero Y

En el ejemplo específico de más arriba, el cliente está informando de una conexión causal necesaria de su modelo, concretamente, de que el hecho que su padre esté enfermo no le permite irse de la casa. La parte de la estructura de superficie representada con X identifica algo que el cliente quiere (i. e., irse de la casa), y la parte representada con Y identifica la condición o razón (i. e., mi padre está enfermo), que no permite al cliente obtener X. Además hemos identificado otra característica común de los Causativos Implicados dentro de las estructuras de superficie. El cliente dice:

(203) No quiero irme de la casa, pero mi padre está enfermo.

En este tipo de causativas implicadas, la X representa algo que el cliente no quiere (i. e., irse de la casa), y la Y representa la condición o razón que obliga al cliente a una experiencia que no quiere (i. e., mi padre está enfermo). En otras palabras, la enfermedad del padre está obligando al cliente a irse de su casa. Estos son los dos tipos de causativas implicadas que encontramos más frecuentemente. Ambas formas comparten una característica: el cliente no tiene alternativas. En el primer caso, quiere algo (la X en la forma general X pero Y). En el segundo caso, no quiere algo (la X), pero algo más (la Y) la obliga a tener esa experiencia. El siguiente conjunto de estructuras de superficie está compuesto de ejemplos de causativas implicadas.

(204) Yo cambiaría, pero mucha gente depende de mí.

(205) Yo no quiero enojarme, pero ella está siempre culpándome.

(206) Me gustaría llegar al fondo de esto, pero estoy ocupando mucho tiempo del grupo.

(207) No me gusta ser duro, pero mi trabajo me lo exige.

Los terapeutas tienen al menos tres posibilidades para trabajar con las causativas implicadas.

  1. Aceptar la relación causa-efecto y preguntar si es siempre de esa manera. Por ejemplo, el cliente, dice:

    (205) Yo no quiero enojarme, pero ella está siempre culpándome. El terapeuta puede preguntar:

    (206) ¿Siempre te enojas cuando ella te culpa?

    A menudo, el cliente reconocerá que hay veces que ella lo ha culpado y él no se ha enojado. Esto abre la posibilidad de determinar cuál es la diferencia entre estas veces y aquellas, en las que ella lo culpa y él se siente automáticamente enojado.

  2. Aceptar la relación causa-efecto, y pedir al cliente que especifique esta causativa implicada más a fondo. El terapeuta puede preguntar:

    (207) ¿Cómo, específicamente, te enojas cuando ella te culpa?

    El terapeuta sigue haciendo preguntas para especificar hasta que logra tener una imagen clara de cómo está representado, en el modelo del cliente, el proceso de causas implicadas.

  3. Objetar la relación causa-efecto. Una forma indirecta de hacerlo y que consideramos útil, es retroalimentar una estructura de superficie que invierta la relación. Por ejemplo, el cliente, dice:

    (205) Yo no quiero enojarme, pero ella siempre está culpándome.

    El terapeuta puede responder[37]:

    (208) Entonces, si ella no te culpara, no te enojarías, ¿es eso verdad?, o el cliente dice:

    (201) Quiero irme de la casa, pero mi padre está enfermo.

    El terapeuta puede preguntar:

    (209) Entonces, si tu padre no estuviera enfermo, te irías de la casa, ¿verdad?

    Mediante esta técnica, se pide al cliente que invierta la parte de su modelo que no le permite lograr lo que quiere, o que invierta o remueva las condiciones de su modelo que lo obligan a hacer algo que no quiere hacer, y luego se le pregunta si con estos cambios obtiene lo que él quiere. Examinemos este proceso más a fondo. Si alguien me dice:

    Quiero relajarme, pero el dolor en mi espalda me está matando.

    Lo que yo entiendo es:

    Por lo tanto, estructuras de superficie de este tipo:

    X pero Y

    Contienen una eliminación. Su forma completa, es:

    X y no X debido a Y

    Usando el ejemplo anterior, tenemos la estructura de superficie inicial:

    Quiero irme de la casa, pero mi padre está enfermo.

    La cual, usando la equivalencia que recién sugerimos, tiene la siguiente representación completa:

    Cuando aparece esta versión más completa de la estructura de superficie original, el terapeuta puede aplicar la técnica de inversión de causativas implicadas. A partir de una estructura superficial de forma

    X y no X debido a Y

    Se puede formar una nueva estructura de superficie invertida con la segunda parte de la versión más completa:

    No X debido a Y

    Esta nueva estructura de superficie presenta el tipo de construcción Si… entonces[38]… con la última parte de la versión completa invertida, donde se han agregado negativos a X y a Y. En una demostración paso a paso:

    1. Cambiar la última parte de la representación completa por una construcción de orden invertido de tipo Si… entonces

      Significa una expresión o la otra; no ambas.

    2. Introducir negativos en la parte del si y en la de entonces:

      O cambiando los negativos dobles a un orden gramatical:

    3. Presentar la generalización invertida al cliente para su aceptación o rechazo.

      Si tu padre no estuviera enfermo, ¿te irías de la casa?

    Esta técnica de inversión ha sido, de acuerdo a nuestra experiencia, muy efectiva para obtener la generalización de causa-efecto involucrada. A menudo, el cliente logra asumir la responsabilidad de continuar con su decisión de hacer o no hacer lo que originalmente él suponía que era controlado por algo o por alguien más, aparte de él. Para revisar la técnica de inversión de las implicativas causales de forma X, pero Y se siguen los siguientes pasos:

    1. Extender la estructura de superficie original del cliente hasta su versión más completa (reponiendo la eliminación), usando la equivalencia:
    2. Cambiar la segunda parte de la estructura de superficie ya arreglada —la parte después de Y— por una de construcción Si… entonces…, en orden invertido:
    3. Introducir negativos en la nueva estructura de superficie en la parte del Si… entonces.
    4. Presentar la forma final de la nueva estructura de superficie como una objeción a la generalización original del cliente:

      Bueno, entonces, si tu padre no estuviera enfermo, ¿te irías de la casa?

  4. Una técnica adicional que consideramos útil es reforzar las generalizaciones del cliente sobre las causativas implicadas, insertando el operador modal de necesidad en la estructura de superficie del cliente al retroalimentarla, pidiéndole que la acepte o la rechace. Por ejemplo, el cliente dice:

    (201) Quiero irme de la casa, pero mi padre está enfermo.

    El terapeuta puede responder:

    (210) ¿Estás diciendo que el hecho que tu padre esté enfermo no te permite irte de tu casa?

    El cliente, a menudo, pondrá resistencia ante esta estructura de superficie, ya que demuestra claramente que los dos eventos, X e Y, están necesariamente conectados. Si el cliente se resiste, el camino está abierto ante el cliente y el terapeuta para explorar cómo es que no están necesariamente conectados. Si el cliente acepta la versión reforzada (con necesariamente), se puede explorar cómo funciona esa conexión causal necesaria, pidiendo más hechos específicos acerca de esa conexión. Esta técnica funciona particularmente bien en conjunto con las opciones (a) y (b) descritas más arriba.