1) Me ama.
2) Sabe follarme.
3) No me toma en serio.
4) No le doy miedo.
Ningún otro poseía estas cuatro virtudes. La mayoría sólo tenía la primera. Incluso ésa era por lo general sólo un sentimiento, no una manera de actuar. Si me amas, me follarás sin miedo. No quiero ser la puta de las inseguridades de un hombre. Quiero ser mi propia puta.