Después, enardecido, se levantó, todavía empinado, y bebió un largo trago de agua de una botella azul.
—¿De qué va todo esto? —pregunté desde la cama, sonrojada y aturdida.
Dejó de beber, me miró, guardó silencio por un momento, y por fin dijo:
—De vibraciones.
Dice que estamos aprendiendo algo sobre el tiempo. El paso del tiempo, la experiencia del tiempo, la verdad del tiempo, la eternidad del tiempo. El mejor tiempo.