La derrota de la escuadra hispano-francesa el 21 de octubre de 1805 en la batalla naval de Trafalgar supuso el comienzo del fin de una época. En ese tiempo, Napoleón, emperador de los franceses, estaba empeñado en conquistar Europa y en hacer de Francia la cabeza de un gran imperio continental[1].
A finales de 1807, Napoleón se presentó en España al frente de un gran ejército, dispuesto a convertirla en un apéndice más de su imperio. Tal vez había creído que las ideas de libertad y de igualdad que preconizaba serían argumento suficiente para que, tal cual ocurriera en Francia, los españoles lo acogieran con agrado y lo apoyaran para acabar con el Antiguo Régimen[2].
Pero, para su sorpresa, el pueblo español se levantó en armas contra la invasión francesa, y el 2 de mayo de 1808 comenzó la guerra de la Independencia, en la que el ejército imperial quedaría atrapado durante seis años. En esa contienda, los españoles, ante la superioridad de las tropas invasoras, se organizaron en partidas de guerrilleros y combatieron en una nueva forma de guerra que se conoció como «la guerrilla».
El rey felón es la tercera, y última, entrega de las aventuras de Francisco de Faria, el imaginario conde de Castuera, espectador de excepción de los graves acontecimientos que vivió España entre 1804 y 1815.