Prólogo del autor a la edición digital

Ponerle punto y final a la trilogía de Cuentos de Bereth ha sido una de las cosas más difíciles de mi carrera profesional. Durante meses, abría el documento, lo miraba, y lo volvía a cerrar sin atreverme a escribir una sola palabra. Sabía lo que quería contar, lo que iba a ocurrir, los personajes que iban a vivir y los que no, pero por alguna razón me intimidaba ponerme con ello.

No se debía ni a la presión de los lectores ni a cómo estaban funcionando las anteriores novelas; en realidad era un problema conmigo mismo. Quería que fuese un final épico, que quedara en el recuerdo de todos para siempre. Pero me asustaba sobremanera llegar a descubrir que no era capaz de hacerlo, que no podía atar de manera convincente todos los cabos que había abierto en las cientos de páginas anteriores, por lo que prefería no intentarlo.

A marchas forzadas, escribí los tres primeros capítulos, que más tarde tuve que borrar porque no me convencieron. Y cuando ya creía que no podría hacerlo, que el bloqueo sería definitivo y que la fecha de entrega se me echaría encima, mis padres nos invitaron a mi hermana y a mí a un fantástico viaje por los castillos del Loira.

La experiencia fue tal que mi imaginación y las ganas de contar historias ambientadas en aquellos lugares de ensueño se dispararon. Y así, en las carreteras de Francia, nació Los Versos del Destino.

He tenido la infinita suerte de contar con unos lectores fieles y entusiastas que han llevado la historia más allá de los epílogos con preciosos fanarts, originales fanfics, canciones, videos, reseñas… Nunca dejará de sorprenderme la manera en la que muchos han llegado a querer, a sufrir y a emocionarse con los personajes. Soy consciente de que sin ellos la experiencia de escribir esta trilogía nunca hubiera sido la misma.

Ahora, eres tú quien se adentra en este universo de cuento, repleto de sombras y luces, aventuras, amor y traiciones. Espero que, como me sucede a mí, Bereth permanezca en tus sueños para siempre.

Javier Ruescas