La patrulla del amanecer de Henry Miller

Esta no es una historia de ciencia ficción. Lo fue en su forma original, pero como no acabó de cuajar, la dejé de lado y esperé a que madurase —algunos dirían «se pudriese»— en mi inconsciente. Finalmente mi buen y querido cerebelo, o lo que sea que contenga el inconsciente, me sugirió un concepto completamente nuevo sobre la misma idea, según el cual el relato debía tener lugar en época moderna pero sin pertenecer a la ciencia ficción.

En mi opinión, podría clasificarse como un relato de fantasía. O quizá sería mejor etiquetarlo como de psicología de la fantasía.

Cualquiera que sea la clasificación que merezca, he de decir que me divertí mucho escribiéndolo. De las cartas que recibieron los editores de Playboy se deduce que los lectores también disfrutaron mucho con él. Algunas de las cartas provenían de pacientes, auxiliares y médicos de lo que eufemísticamente se conoce como «residencias».