Le pedí entonces, sin dudarlo: Si no te causa gran dolor decírmelo, ¿qué sucedió a continuación?

Y Azoun de Cormyr sonrió, moviendo la cabeza, y así habló: «Ya no se hacen héroes así en los tiempos que corren. Idiotas sin par, sí, pero héroes, no. He clamado a los dioses por ello una o dos veces, pero sigo aguardando una respuesta».

Y también yo, Gobernante Supremo de Cormyr. También yo.

Tilzarra Rahlaera de Athkatla

Rutilantes rememoraciones de momentos tenebrosos:

Treinta y seis veranos como escolta,

publicado en el Año del Bock