Agradecimientos

Si estás leyendo este libro, eres una de las personas que más quiero de este mundo y me gustaría darte las gracias por haberme acompañado tan lejos en este viaje. Tus cartas, emails y tweets me hacen feliz día tras día. Siempre estaré en deuda contigo. Muchas gracias.

Quiero expresar mi agradecimiento a la increíble Madeleine Milburn, que además de ser mi amiga es la mejor agente que una podría soñar. De no ser por ella, ahora mismo este libro no estaría en tus manos. ¡Consigue todo lo que se propone! Maddy, eres mi ídolo.

Muchísimas gracias a los fantásticos equipos de editores y traductores internacionales. En primer lugar, al equipo de Atom/Little, Brown de Reino Unido, sobre todo a la fabulosa y brillantísima Samantha Smith. Sam, te seguiría hasta el fin del mundo. Muchas gracias por todo. También al equipo francés de Collection R de Robert Laffont —dirigido por la increíble Glenn Tavennec, cuya dulzura y tranquilidad bajo presión son admirables— y al maravilloso grupo alemán de Oetinger, dirigido por la imperturbable y maravillosa Doris Jahnsen. Y a todos mis editores internacionales; ¡mil gracias por vuestro trabajo! Entre todos lo estamos haciendo posible.

Mis primeras lectoras siempre son un grupo de amigas que se encargan de la complicada pero importante tarea de ser sinceras conmigo. Laura Barbey, Kate Bell, Catriona Verner-Jeffries y Hélène Rudyck, sois mis musas. No lo conseguiría sin vosotras. No sabéis cuánto os lo agradezco. Por favor, nunca dejéis de leer mis libros. A cambio, os prepararé montones de cupcakes.

A todos los libreros y bibliotecarios que han recomendado personalmente mis libros… si no estuviera ya casada me casaría con todos. De no ser por personas como vosotros, nunca me habría convertido en la lectora voraz que soy y, en consecuencia, jamás habría llegado a ser escritora. Enriquecéis la vida de las personas. Gracias.

Y, por fin, a mi paciente y considerado marido, que se traga los primeros esbozos, me ayuda cuando me encallo con el argumento, me recoge cuando caigo y me convence de que siga adelante cuando no puedo más. Muchísimas gracias. Te quiero.