Los juegos
Convertir la crítica en un juego es una técnica eficaz para favorecer el cambio de comportamiento en los pequeños. El niño «gana» el juego si responde positivamente a la crítica, y el juego continúa hasta que el nuevo comportamiento se vuelve rutinario.
Por ejemplo, ni reprimendas ni castigos sirvieron de mucho para conseguir que Danny, de cinco años, modificara sus malos modales. Raras veces se molestaba en pedir algo por favor, dar las gracias o tener cualquiera de esas pequeñas cortesías. Como a Danny le gustaban los programas de juegos en la televisión, sus padres inventaron su propia versión del juego del «Santo y seña».
DANNY: ¡Quiero un poco más de leche!
PADRE (o madre): ¿Cuál es el santo y seña?
DANNY: Por favor. Quiero un poco más de leche, por favor.
PADRE: Tú ganas. Aquí tienes la leche. Ahora, ¿cuál es la contraseña?
DANNY: Gracias.
PADRE: Muy bien. Volviste a ganar.
La misma técnica se puede aplicar a casi todas las situaciones. Si Danny trata de pasar estrujándose entre sus padres para salir, se le dirá:
—¿Cuál es la contraseña?
—Permiso.
—Tú ganas. Ve a jugar.
Es importante que el niño reciba el refuerzo positivo, esto es, que se le diga cada vez «Tú ganas». Pero cuando Danny haya incorporado las buenas maneras a su comportamiento, ya no será necesario que sus padres le respondan siempre así:
—Por favor, ¿puedo decir a Johnny que venga a jugar?
—Lo siento, pero hoy tenemos otras cosas que hacer.
Otra manera de criticar por medio de juegos es que el padre demuestre el comportamiento inadecuado, y haga que el niño desempeñe el papel del crítico:
PADRE (mientras se lava las manos): Mírame y dime qué es lo que me estoy olvidando de hacer.
DANNY: Te estás lavando con agua sola, sin jabón.
PADRE: Está bien, tú ganas.
Una familia juega el juego del «experto» como sustituto de las críticas:
—Después de que los niños se cepillan los dientes, jugamos a que somos el dentista que «inspecciona» si está bien. «Aquí está muy bien» o «En este lugar te faltó un poquito», les vamos diciendo mientras en realidad volvemos a cepillarles. El juego funciona con una cantidad de cosas… atarse los zapatos, guardar los libros y juguetes, hacer las camas.
Lo mismo que sucede con algunas otras técnicas especiales, ésta se orienta principalmente a la eficacia de la crítica (a fomentar el cambio de comportamiento), al tiempo que tiene cuidado de proteger el amor propio del niño.
ORIENTACIONES PARA LOS JUEGOS:
1. Los padres deben ser constantes y usar el juego en todas las situaciones apropiadas.
2. Mantenga el juego en un nivel de «diversión», y procure que termine siempre con un refuerzo positivo para el niño.
3. Asegúrese de que el juego esté estructurado de tal manera que el niño «gane». Si el chiquillo no sabe la «contraseña», por ejemplo, el padre puede enseñársela y repetir la pregunta.