En el seno de la literatura fantástica el género que llamamos simplemente fantasía tiene su propia historia, pero en los últimos años está experimentando un éxito sin precedentes en el que aparece principalmente como derivación de otra vertiente, también muy conocida aunque de historia más continuada, como es la literatura de ciencia ficción.
Sin ninguna duda, la fantasía engloba a la ciencia ficción y es en cierta forma «anterior» a ésta, pero el auge actual de la literatura fantástica (casi un «boom») viene de la mano de autores ya conocidos en el mundo de la ciencia ficción, y se difunde a través de los mismos canales editoriales ya especializados en la ciencia ficción. Se trata de lo que a finales de los años ochenta ha empezado a llamarse Nueva Fantasía, y Pat Murphy es, indudablemente, una de sus mejores practicantes.
Puede sorprender a algunos que un libro de fantasía obtenga el premio Nebula, generalmente asociado a la ciencia ficción. En realidad es poco conocido el hecho de que en las nominaciones y votaciones de los premios mayores de la ciencia ficción (los Nebula y Hugo) son candidatos posibles todos los títulos «de ciencia ficción y fantasía» publicados en un determinado año. Pero un repaso a la historia de los premios nos dice que es francamente difícil que un libro de fantasía se alce con el Hugo o el Nebula, que suelen recaer en obras más directamente entroncadas con la ciencia ficción.
La primera excepción se produjo tal vez en 1981, cuando THE CLAW OF THE CONCILIATOR de Gene Wolfe obtuvo el premio Nebula para los libros publicados en 1980. Se trataba del segundo volumen de la famosa tetralogía del «Nuevo Sol» todavía inédita en castellano cuando ya ha aparecido en Norteamérica el quinto volumen. Se trataba también de un autor ya respetado en el seno de la ciencia ficción, donde se le reconoce esencialmente por la elevada calidad literaria de su obra. No es ocioso dejar constancia aquí de que el hecho de adscribir la pentalogía del «Nuevo Sol» a la fantasía es una opinión personal no compartida por muchos especialistas que prefieren considerar esa obra como estrictamente perteneciente a la ciencia ficción.
La segunda excepción la constituye el libro que el lector tiene entre las manos: LA MUJER QUE CAÍA (The Falling Woman), de Pat Murphy, que ha obtenido el premio Nebula de 1988 para libros editados en 1987. Y esta vez es aún más sorprendente: se trata claramente de fantasía sin ningún atisbo de lo que conocemos como ciencia ficción. Y además no es la obra de un autor ya reconocido y famoso, sino que se trata de la segunda novela de su autora (aunque en realidad merece la consideración de primera obra dada la escasa difusión alcanzada por THE SHADOW HUNTER, que había sido realmente su primera narración). Por todo ello es evidente que la razón de la excepción ha de ser no tanto el tema como la gran calidad literaria y el interés de la obra.
Los premios Nebula son los Oscar de la ciencia ficción y la fantasía. Los otorga anualmente la Sociedad Norteamericana de Escritores de Ciencia Ficción (SFWA Science Fiction Writers of America) desde su fundación en 1965. Son precisamente sus miembros, los mismos escritores, quienes seleccionan y votan las mejores novelas y relatos de cada año. Por ello el Nebula supone siempre un alto nivel de calidad avalado por aquellos que experimentan realmente las dificultades propias de su oficio y saben reconocer un trabajo bien hecho.
Por ello no es de extrañar que la selección y la votación realizadas por los profesionales en el Nebula destaque precisamente aquellos relatos en los que el elemento fundamental reside en la calidad literaria de la escritura incluso en el caso de que las ideas no sean las habituales en la ciencia ficción.
En la selección de los títulos galardonados en 1988, la misma Pat Murphy ha visto reconocida por dos veces la calidad de su trabajo al lograr un infrecuente doblete consiguiendo el premio Nebula por la mejor novela con LA MUJER QUE CAÍA y también por el mejor relato, Rachel in Love. Se trata de un doble reconocimiento de su habilidad como narradora. Y esta habilidad está claramente patente en LA MUJER QUE CAÍA, que inevitablemente debía obtener el reconocimiento de los escritores de ciencia ficción y fantasía aun cuando su temática sea difícilmente encasillable.
La fantasía más al uso suele mostrar mundos con una estructura social parecida a la del feudalismo medieval con caballeros y dragones, reyes y princesas, magos y brujos, batallas y hechizos como elementos entre los que se desarrolla la interminable lucha entre el bien y el mal. Así ocurre en lo esencial con la Tierra Media de EL SEÑOR DE LOS ANILLOS de J. R. R. Tolkien y el mundo de TERRAMAR ideado por Ursula K. Le Guin que suelen considerarse paradigmas de este tipo de literatura, o cuando menos sus precedentes más inmediatos.
El caso de LA MUJER QUE CAÍA es más complejo. En realidad nos hallamos ante una novela de temática contemporánea, que transcurre en nuestra propia época, tan escasamente dotada para los elementos fantásticos. Pero el poder de la narrativa de Murphy nos introduce en una rica fantasía de tipo psicológico en la que nuestra cultura y la de la antigua civilización maya se dan cita en el personaje de la arqueóloga Elizabeth Butler. Son las resonancias psicológicas entre la protagonista y una antigua sacerdotisa maya las que dan el tono misterioso y mágico a los hechos narrados. Y a ello colabora también la riqueza del trasfondo de la vida en un campamento arqueológico y la revelación de la sorprendente civilización maya.
Destaca como elemento desencadenante de la trama la particular interpretación maya del tiempo y el sentido último de su calendario. Este augura para nuestros días el final de un ciclo cósmico en el que un sacrificio de sangre podría devolver el poder de los dioses mayas y hacer renacer una cultura desaparecida misteriosamente por el sorprendente abandono de sus ciudades en el primer milenio de nuestra era.
La misma Pat Murphy ha comentado en una entrevista al fanzine Locus que el tema se le ocurrió tras dos meses de estancia en el Yucatán, donde se interesó por la civilización perdida de los mayas. Realizó un primer relato corto sobre el tema que le pareció insuficiente. Volvió al Yucatán y trabajó durante el verano en una excavación arqueológica y un mes como ayudante de un antropólogo para completar su formación sobre la civilización de los mayas. Tras constatar que lo que escribía entonces tenía un aspecto más parecido al ensayo científico que a la novela, dejó sedimentar sus ideas durante varios meses, tras los cuales surgió finalmente a la luz LA MUJER QUE CAÍA.
Tal vez ese cariño empleado en la preparación previa del libro se refleja inevitablemente en el resultado final que ha motivado comentarios laudatorios como los de la escritora Kate Wilhelm:
«Me gustó la novela de Pat Murphy LA MUJER QUE CAÍA. Es una buena historia con un trasfondo maravillosamente realizado y personajes interesantes. ¿Qué más se puede pedir?».
Como muy bien indica Wilhelm, lo que subyuga de la novela es, junto al interés por el mundo de los mayas, tan ajeno al nuestro, la completa exploración psicológica sobre un personaje atormentado y complejo, el interés por el reencuentro de la protagonista con su hija bajo la amenaza de las sombras del pasado lejano y los misterios mayas. Todo ello servido con una prosa precisa e inmejorable.
No es de extrañar que obtuviera el premio Nebula. No abundan novelas de la intensidad y calidad de LA MUJER QUE CAÍA.
Y para finalizar, una confesión: cuando leí por primera vez LA MUJER QUE CAÍA todavía no habíamos previsto lanzar una colección dedicada exclusivamente a la fantasía. Posiblemente sea esta novela la que despertó en mí por primera vez la idea de la necesidad de una nueva colección especializada. Realmente la línea editorial de NOVA Ciencia Ficción no podía acoger un libro como LA MUJER QUE CAÍA y tener que rechazar esta novela era una renuncia demasiado fuerte para la intensa satisfacción que me había producido su lectura. La solución se encontró en la nueva colección NOVA fantasía que hoy alberga, con orgullo, esta entrañable obra de Pat Murphy.
Pero se hace necesaria otra aclaración. Posiblemente LA MUJER QUE CAÍA sea también una excepción en esta nueva colección NOVA fantasía por lo menos en lo que hace referencia a su temática. Va a ser difícil encontrar libros en los que una trama contemporánea se engarce con tal fuerza y riqueza en la fantasía, sin perder por ello los elementos característicos de lo que ha dado en llamarse «literatura general» (mainstream).
Y con toda seguridad no va a ser necesario buscarlos. La fantasía tiene sus propias coordenadas y parámetros que pueden ser más que suficientes sin que necesariamente deban ambientarse en el mundo contemporáneo.
En otros volúmenes de NOVA fantasía el lector podrá encontrar los temas más clásicos de la literatura fantástica: mundos medievales; magos, caballeros y princesas; historias alternativas; reconstrucciones de culturas misteriosas o de mitos clásicos, etc. Todo ello es material más que suficiente para configurar la moderna literatura fantástica que albergará la colección NOVA fantasía, en la que LA MUJER QUE CAÍA es, tal vez, una maravillosa excepción que aúna lo contemporáneo con la fantasía con una sensibilidad y maestría difícilmente repetibles.
MIQUEL BARCELÓ