TING, TANG, TING, TANG, TING, TANG
Lo mismo tendría que hacer ahora con la hoja que estaba forjando para Kratos May. Bañarla en las llamas del Prates, endurecerla en un templado que convertiría el acero de este universo en otro material muy distinto. Esperaba que en esta ocasión fuese menos peligroso, aunque no confiaba en ello. Los planes nunca salían del todo según lo previsto.
Como había ocurrido mil años antes…