Este libro está dedicado especialmente a Lou Aronica, que planteó las preguntas correctas.

También se lo dedico a mis compañeros veteranos de la guerra de Vietnam, vivos y muertos, hombres y mujeres, militares, civiles y pacifistas, a los norteamericanos, a los vietnamitas del Sur, a los vietnamitas del Norte, a los australianos, a los holandeses, a los laosianos, a los camboyanos, a los montañeses, a los coreanos y a los chinos. Y a nuestros niños, con la esperanza de que algún día hagan preguntas incómodas a los líderes que nos quieren vender la gloria fácil.