Notas

[1] Nació en Buenos Aires en 1986. Es Licenciado en Administración por la Universidad de Buenos Aires (2008) y Máster en Economía de la Escuela Austríaca por la Universidad Rey Juan Carlos (2012). <<

[2] En un discurso pronunciado en la Universidad de Nueva York en el año 1962, Mises recordaba y explicaba en qué consistía un Privat-Seminar. He aquí una traducción de un extracto del discurso: «Así que muy pronto di comienzo al Privat-Seminar, que en el sistema francés, alemán y austriaco es considerado el trabajo más importante que un profesor puede realizar. Un Privat-Seminar no tiene prácticamente ninguna conexión oficial o legal con la Universidad; es simplemente una institución que permite que un miembro de su cuerpo docente se reúna de manera regular con sus alumnos para trabajar y discutir problemas de economía e historia». La transcripción completa en el idioma original se encuentra disponible en: http://mises.org/etexts/misesaustrian.asp <<

[3] Friedrich A. Hayek se expresa así en la Introducción a las «Memoirs» de Ludwig von Mises, publicadas por el Ludwig von Mises Institute en el año 2009 [trad. esp: Autobiografía de un liberal, Unión Editorial, 2001, p. 36]. <<

[4] Ludwig von Mises se expresa de esta manera al referirse al método de la economía política en La Acción Humana. «Pero lo que la ciencia pretende es conocer la realidad. La investigación científica no es ni mera gimnasia mental ni pasatiempo lógico. De ahí que la praxeología restrinja su estudio al análisis de la acción tal y como aparece bajo las condiciones y presupuestos del mundo real» (La acción humana, p. 78, 8.ª ed., Unión Editorial, Madrid 2007). <<

[5] Ludwig von Mises, en este volumen, p. 29. <<

[6] Murray N. Rothbard: «In Defense of Extreme Apriorism», Southern Economic Journal, pp. 314-320. 1957. <<

[7] Mark Blaug, «The Methodology of Economics» p. 81, Second Edition, Cambridge University Press. 1992. <<

[8] Fritz Machlup, «El Problema de la Verificación en la Economía» en revista Libertas, n.º 40. Instituto Universitario ESEADE, 2004. <<

[9] Este tema es tratado por el filósofo Gabriel Zanotti en sus artículos «¿Mises, Rothbard o Machlup?», Laissez-Faire n.º 43. 2011, y «El Método de la Economía Política», Libertas n.º 40, 2004. <<

[10] Cuando se refiere a la economía de giro uniforme como construcción imaginaria en la parte cuarta del libro. <<

[11] En su entrada sobre la Escuela Austríaca de Economía de la Consice Encyclopedia of Economics and Liberty, el catedrático Peter Boetkke considera a esta como la proposición número uno de la tradición. «Proposition one: Only Individuals Choose: Man, with his purposes and plans, is the beginning of all economic analysis. Only individuals make choices; collective entities do not choose. The primary task of economic analysis is to make economic phenomena intelligible by basing it on individual purposes and plans…». <<

[12] Friedrich A. von Hayek, Precios y Producción, p. 27, Ediciones Aosta/Unión Editorial. 1996. En la misma página Hayek afirma que «a este método “individualista” debemos todo cuanto sabemos sobre los fenómenos económicos». <<

[13] Jesús Huerta de Soco, Socialismo, Cálculo Económico y Función Empresarial, nota 11 de la página 46, Unión Editorial, 4.ª ed., 2010. <<

[14] Ludwig von Mises, «Memoirs», p. 105, Ludwig von Mises Institute, 2009 [trad. esp., citada en nota 2]. <<

[15] Sobre el historicismo, véase Mises, Theory and History (New Haven, Yale University Press, 1957), pp. 198 y ss. <<

[16] Un ejemplo asombroso de esta ignorancia desplegada por un eminente filósofo puede verse en Mises, Human Action (New Haven, Yale University Press, 1949). <<

[17] R. W. Emerson, Brahma. <<

[18] Bentham, «Essay on Nomenclature and Classification», apéndice IV de Chrestomathia (Works, ed. Bowring [1838-18431], VIII, 84 y 88). <<

[19] Consultar Louis Rougier, Traite de la connaissance (París, 1955), pp. 13 y ss. <<

[20] Ibíd., pp. 47 y ss. <<

[21] Consultar Hans Reichenbach, The Rise of Scientific Philosophy (University of California, 1951), p. 137. <<

[22] Consultar Morris Cohen, A Preface to Logic (Nueva York: Henry Holt & Co., 1944), pp. 44 y 92; Mises, Human Action, pp. 72-91. <<

[23] Mises, Human Action, pp. 86 y ss. <<

[24] Como sugiere J. Benda, La crise du rationalisme (París, 1949), pp 27 y ss. <<

[25] Acerca del «lenguaje de protocolo» consultar Carnap, «Die physikalische Sprache als Universalsprache der Wissenschaft», Erkenntnis, II (1931), 432-465 y Camap, «Uber Protokollsatze» Erkenntnis, III (1932/33), 215-228. <<

[26] Consultar Reichenbach, op. cit., pp. 157 y ss. <<

[27] B. Russell, Religion and Science (London, Home University Library, 1936), pp. 152 y ss. <<

[28] Acerca de la «comprensión», véanse páginas 86 y ss. <<

[29] Consultar Reichenbach, op. cit. p. 162. <<

[30] Ibíd., p. 161. <<

[31] Karl Vogt, Kohlerglaube und Wissenschaft (2.ª edición; Giessen, 1855), p. 32. <<

[32] Consultar Mises, Theory and History, pp. 108 y ss. <<

[33] Consultar Karl Marx, Zur Kritik derpolitiscben Oekonomie, ed. Kautsky (Stuttgart, 1897), pp. X-XII. <<

[34] Marx, op. cit. p. XI. <<

[35] Marx y Engels, The Communist Manifesto, I. <<

[36] Marx, Das Kapital (7.ª edición, Hamburgo, 1914), vol. I, capítulo XXIV, p. 728. Para un análisis crítico de esta argumentación véase Mises, Theory and History, pp. 162 y ss. <<

[37] Véase p. 92. <<

[38] Dice R. G. Collingwood (The Idea of History [Oxford, 1946], p. 249): «There is a slang usage, like that for which “hall” means a music hall or “pictures” moving pictures, according to which “science” means natural Science». Pero «in the tradition of European speech… continuing unbroken down to the present day, the word “science” means any organized body of knowledge». Acerca del uso francés véase Lalande, Vocabulaire technique et critique de la philosophie (5.a edición: París, 1947), pp. 933-940. <<

[39] Otto Neurath, Foundations of the Social Sciences (International Encyclopedia of Unified Science, vol. II, n.º 1 [3.ª impresión; University of Chicago Press, 1952]), p. 9. <<

[40] Ibíd., p. 17. <<

[41] Mises, Human Action, pp. 257 y ss. <<

[42] T. Kotarbinski, «Considerations sur la theorie generale de la lutte». Apéndice de Z Zagadnien Ogólnej Teorii Walki (Varsovia, 1938), pp. 65-92: Del mismo autor, «Idée de la methodologie générale praxeologie», Travaux du IXe Congres International de Philosophic (París, 1937), IV, 190-194. La teoría de los juegos no hace referencia a la teoría de la acción. Por supuesto, jugar es actuar, pero también lo es fumar un cigarrillo o comerse un sándwich. Véase pp. 137 y ss. <<

[43] Véase p. 112. <<

[44] Mises. Theory and History, pp. 264 y ss. <<

[45] Cuando H. Taine en 1863 escribió «en el fondo la historia es un problema de la psicología» (Histoire de la literature anglaise [10.ª ed.; París, 1899], vol. I, Introducción, p. XLV) no se dio cuenta que el tipo de psicología que tenía en mente no era la ciencia natural llamada psicología experimental, sino aquel tipo de psicología que aquí llamamos timología, y que la timología es, en sí misma, una disciplina histórica, una Geisteswissenschaften la terminología de W. Dilthev (Einleitung in die Geisteswissenschaften [Leipzig, 1883]). R. G. Collingwood (The Idea of History [Oxford. 1946], p. 221) distingue entre «pensamiento histórico que estudia la mente actuando de ciertas formas determinadas en ciertas situaciones determinadas» y otra problemática manera de estudiar la mente, a saber, al «investigar sus características generales abstrayéndose de cualquier situación o acción particular». La última no sería «histórica, sino ciencia mental, psicología, o la filosofía de la mente». Una «ciencia positiva mental que se eleve por encima del ámbito de la historia y establezca las leyes permanentes e inmutables de la naturaleza humana» señala (p. 224) «solo es posible a una persona que confunda las condiciones efímeras de cierta era histórica con las condiciones permanentes de la mente humana». <<

[46] Language, Thought and Culture, ed. by Paul Henle (University of Michigan Press, 1958), p. 48. Por supuesto, la analogía no está completa, ya que la inmensa mayoría detiene su evolución cultural mucho antes de alcanzar las características timológicas de su edad. <<

[47] Mises, Theory and History, pp. 140 y ss. <<

[48] L. Wittgenstein, Tractatus Logico-Philosophicus (Nueva York, 1922), pp. 188 y ss. <<

[49] Ibíd., p. 109. <<

[50] Acerca de la instancia más eminente de esta doctrina, aquella de H. T. Buckle, véase Mises, Theory and History, pp. 84 y ss. <<

[51] Respecto de estos problemas véase Mises, Theory and History. pp. 76-93. <<

[52] Acerca de la filosofía de la historia véase Mises, Theory and History, pp. 159 y ss. <<

[53] Marx, Das Kapital, vol. I, capítulo XXIV, punto 7. <<

[54] J. Schumpeter, Das Wesen und der Hauptinbalt der theoretischen Nationalokonomie (Leipzig, 1908), pp. 606 y ss.; W. Mitchell, «Quantitative Analysis in Economic Theory», American Economic Review, XV, 1 y ss.; G. Cassel, On Quantitative Thinking in Economics (Oxford, 1935); y una inundación diaria creciente de libros y artículos. <<

[55] Mises, Human Action, pp 347 y ss. <<

[56] Ahora también disponible en su edición en lengua inglesa, The Logic of Scientific Discovery (Nueva York. 1959). <<

[57] John Neville Keynes, The Scope and Method of Political Economy (Londres 1891), p. 165. <<

[58] Véase especialmente Mises, Human Action, pp. 41-44 y 145-153, y Theory and History, pp. 250 y ss. <<

[59] A. Eddington, The Philosophy of Physical Science (Nueva York y Cambridge, 1939), pp. 28 y ss. <<

[60] Mises, Human Action, pp. 660 y ss. <<

[61] J. v. Neumann y O. Morgenstern, Theory of Games and Economic Behavior (Princeton University Press, 1944); R. Duncan Luce y H. Raiffa, Games and Decisions (Nueva York. 1957); y muchos otros libros y artículos. <<

[62] Mises, Human Action, pp. 661 y ss. <<

[63] Los juegos armados para el entretenimiento del espectador no son juegos propiamente dichos sino espectáculos comerciales. <<

[64] Freud, Totem und Tabu (Viena, 1913), pp. 79 y ss. <<

[65] La condición primera para el establecimiento de la paz perpetua es, por supuesto, la adopción general de los principios del capitalismo de laissez faire. Acerca de este problema véase Mises, Human Action, pp. 680 y ss., y Mises, Omnipotent Government (New Haven: Yale University Press, 1944), pp. 89 y ss. <<

[66] Algo sintomático de esta mentalidad es el peso atribuido por los políticos a los hallazgos de las encuestas de opinión. <<

[67] N. C. Parkinson, The Evolution of Political Thought (Boston. 1958), p. 306. <<

[68] Ibíd., p. 309. <<

[69] Ibíd., p. 314. <<

[70] Ibíd., p. 314. <<

[71] Uno no debe confundir las «ciencias del comportamiento» con el behaviorismo. Acerca de lo último véase Mises, Human Action, p. 26. <<

[72] Por supuesto, algunos de estos estudiosos abordan los problemas de la medicina y la higiene. <<

[73] Véase p. 110. <<

[74] Karl Schriftgiesser, Oscar of the Waldorf (Nueva York, 1943), 248. <<

[75] Tennyson, In Memoriam, LVI, iv. <<

[76] L. Rougier, La scolastique et le Thomisme (París. 1925), pp. 36 y ss., 84 y ss., 102 y ss. <<

[77] Etimológicamente, el término «partido» se deriva del término «parte» como contraste con el «todo». Un partido sin hermanos no es distinto del todo y no es, por tanto, un partido. El eslogan «sistema de partido único» fue inventado por los comunistas rusos (y tomado por sus adeptos, los fascistas italianos y los nazis alemanes) para abolir la libertad individual y el derecho al disenso. <<

[78] Acerca de este incidente, véase W. F. Buckley, Up from Liberalism (Nueva York, 1959), pp. 164-168. <<

[79] E. R. A. Seligman. «What Are the Social Sciences?», Encyclopedia of the Social Sciences, I, 3. <<

[80] No fueron los revolucionarios del siglo XVII los que transformaron el sistema británico de gobierno. Las consecuencias de la primera revolución fueron anuladas por la Restauración, y en la Revolución Gloriosa de 1688 la oficina real fue meramente transferida desde el «legítimo» rey hacia otros miembros de su familia. La lucha entre el absolutismo dinástico y el régimen parlamentario de la aristocracia latifundista continuó durante gran parte del siglo XVIII. Solo llegó a su fin cuando los intentos del tercer rey de Hannover por revivir el régimen personalista de los Tudor y los Estuardo fueron frustrados. La sustitución del mandato popular por el de la aristocracia fue —en el siglo XIX— originado por una sucesión de reformas relacionadas con el derecho al voto. <<

[81] Véase Mises, Die Gemeinwirtschaft (2.ª edición. 1932), pp. 15 (traducción al inglés, Socialism [Yale University Press, 1951] pp. 40 y ss.). <<

[82] «La science est déterministe; elle l’est a priori; elle postule le déterminisme, parce que sans lui elle ne pourrait être», Henri Poincaré, Dernieres pernees (París, 1913), p. 244. <<

[83] Véase p. 115. <<

[84] «L’homme fait de la métaphysique comme il respire, sans le vouloir et surtout sans s’en douter la plupart du temps», F. Meyerson, De l’explication dans les sciences (París. 1927), p. 20. <<

[85] El término liberalismo como lo empleamos en este ensayo debe comprenderse en su sentido clásico del siglo XIX, no en su sentido actual norteamericano, en el que significa lo opuesto de todo lo que significaba en el siglo XIX. <<

[86] Acerca de los problemas en el cálculo económico véase Mises, Human Action, pp. 201-232 y 691-711. <<

[87] Esto responde también la a menudo escuchada pregunta de por qué los antiguos romanos no construyeron máquinas de vapor aunque su física les hubiera dado el conocimiento teórico necesario. Ellos no concebían la importancia primordial del ahorro y la formación de capital. <<

[88] «Modern civilization, nearly all civilization, is based on the principle of making things pleasant for those who please the market and unpleasant for those who fail to do so». Edwin Cannan, An Economist’s Protest (Londres, 1928), pp. VI y ss. <<

[89] Véase Mises, Human Action, pp. 808-816. <<

[90] Ibíd., pp. 72-91. <<

[91] Communist Manifesto, I. <<

[92] Lenin, Materialism and Empirio-Criticism (primera publicación en ruso, 1908). <<

[93] Véase Mises, Planned Chaos (1947), pp. 80-87 (reimpreso en Socialism [nueva edición, Yale University Press, 1951], pp. 582-589). <<