Agradecimientos

Me gustaría dar las gracias a ciertas personas muy especiales:

A mi padre, Leo, por no decirme nunca que leyera, pero viéndolo leer se despertó mi curiosidad.

A mis buenas amigas, Rachel Kahlandt y Gloria Avner, por leer el primer borrador y ofrecerme sus perspicaces y valiosas opiniones. Y por no dudar nunca de mí cuando más lo necesitaba.

A mi agente, Russell Galen, por tener las agallas de ser el primero en coger la espada y convertir mis sueños en realidad.

A mi editor, James Frenkel, no sólo por su excepcional talento editorial, por guiarme y ayudarme a mejorar el texto, sino también por el inagotable buen humor y la paciencia que ha demostrado al enseñarme a ser mejor escritor.

A la buena gente de Tor, a todos y cada uno de ellos, por su entusiasmo y su esfuerzo.

Y a dos personas muy singulares, Richard y Kahlan, por escogerme a mí para contar su historia. Sus sufrimientos y sus éxitos me han llegado muy hondo.

Nunca volveré a ser el mismo.