—¿Tan pronto se recoge? ¡Es Nochebuena!

—Sí, pero aquí no tengo a nadie.

Veo dos grandes panes en un cestillo y se me ocurre una idea.

—¡Si me hicieran un favor…! He comprado dos lonchas de jamón y como no venden pan sin cartilla de racionamiento…

—Tome, tome, hijina… Corte lo que quiera de ahí… Mire. Todus los días nos sobra… Si quiere le damus diez céntimos de pan por las mañanas… Por hoy, no… por hoy, se lo regalamus… que es Nochebuena, y Dios da para todus…

Con una enorme rebanada de pan y agua caliente con azúcar, ceno junto a mi cama en esta noche… ¡Es Nochebuena!

No, no quiero estar triste… no quiero… Pasado mañana tendré dinero para mudarme a la otra casa. Papá vendrá pronto y juntos averiguaremos dónde están las nenas, que nada malo puede ocurrirles con Valeriana… ¡No quiero estar triste! Mi madre está conmigo en esta noche… ¡Siento que no estoy sola…! ¡No estoy sola! ¡Jorge pensará en mí!

El viento mueve los árboles del jardín, que suenan como el mar.