Antes de entregar mi novela a la imprenta quiero agradecer a los amigos que me han ayudado y animado. Marco Guidi, al que me une una antigua y cordial amistad, siempre dispuesto a ofrecerme sus generosos consejos y sus valiosas sugerencias. Romolo Biolchini y Silvana Betelli Biolchini, de cuya mens mathematica es obra el cálculo del «eje de Harvatis», y el complicado mecanismo lógico que proyecta su vértice en el lejano Nimrud Dagi. Al profesor Aristide Murru, por haberme recordado importantes detalles de la Grecia moderna. Agradezco, además a «Logos Traduzioni», de Módena, por haber puesto a mi disposición su red informática.
V. M. M.