Dadme vuestra venia e inmediatamente pondré ante vuestros ojos un extraordinario, vasto e infinito océano de locura e insensatez increíbles; un mar lleno de arrecifes, rocas, arenas, golfos, estrechos inseguros y mareas opuestas, lleno de monstruos temibles, formas informes, olas bramantes, tempestades y calmas de sirenas, mares pacíficos, sufrimiento inenarrable, tales comedias y tragedias, unos paroxismos tan absurdos y ridículos, tan temibles y lamentables, que no sé si merecen compasión o desprecio ni si es posible darles crédito, pero que aún vemos a diario en la actualidad, casos inmediatos, noticias de última hora, causas recientes de sufrimiento y locura de esta especie que todavía se nos representan, lejos y en la patria, en nuestro propio centro, en nuestro propio pecho.
Democritus Minor