FÁBULA LXXVI

La Verruga, el Lobanillo y la Corcova

(De las obras de un mal poeta, la más reducida es la menos perjudicial.)

Cierto Poeta

(que por oficio

era de aquellos

cuyos caprichos

antes que puedan5

ponerse en limpio

ya en los Teatros

son aplaudidos)

trágicos dramas,

comedias hizo,10

varios Sainetes

de igual estilo.

Aunque pagado

de sus Escritos,

pidió, no obstante,15

a un docto amigo

que le dijera

sin artificio

cuál de su aprecio

era más digno.20

Él le responde:

«Yo más me inclino

a los sainetes.»

—«¿Por qué motivo?»

—«Tenga paciencia;25

voy a decirlo…

Óigame un cuento

nada prolijo.

«Una Verruga,

un Lobanillo30

y una Corcova,

¡miren qué trío!

Diz que tenían

cierto litigio

sobre cuál de ellos35

era más lindo.

Doña Joroba,

por lo crecido,

la primacía

llevarse quiso.40

Quiso, porque era

don Lobanillo

proporcionado,

ser más pulido.

Mas la Verruga45

pidió lo mismo,

porque su gracia

funda en lo chico.

«Esta contienda

oyó un perito;50

dióle gran risa,

y al punto dijo:

¡Vaya, Verruga,

que hablas con juicio!

Sois todos tres, a la verdad, tan buenos,55

que bien puedes decir: Del mal el menos