La Avutarda
(Muy ridículo papel hacen los plagiarios que escriben centones.)
De sus hijos la torpe Avutarda
el pesado volar conocía,
deseando sacar una cría
más ligera, aunque fuese bastarda.
A este fin muchos huevos robados,5
de alcotán, de jilguero y paloma,
de perdiz y de tórtola, toma,
y en su nido los guarda mezclados.
Largo tiempo se estuvo sobre ellos;
y aunque hueros salieron bastantes,10
produjeron por fin los restantes
varias castas de pájaros bellos.
La Avutarda mil aves convida
por lucirlo con cría tan nueva;
sus polluelos cada ave se lleva,15
y hete aquí la Avutarda lucida.
Los que andáis empollando obras de otros,
sacad, pues, a volar vuestra cría.
Ya dirá cada autor: «Ésta es mía";
y veremos qué os queda a vosotros.20