FÁBULA II

El Gusano de seda y la Araña

(Se ha de considerar la calidad de la obra, y no el tiempo que se ha tardado en hacerla.)

Trabajando un Gusano su capullo,

la Araña, que tejía a toda prisa,

de esta suerte le habló con falsa risa,

muy propia de su orgullo:

«¿Qué dice de mi tela el seor gusano?5

Esta mañana la empecé temprano,

y ya estará acabada a mediodía.

Mire qué sutil es, mire qué bella…»

El Gusano con sorna respondía:

«Usted tiene razón: ¡así sale ella!»10