El Gusano de seda y la Araña
(Se ha de considerar la calidad de la obra, y no el tiempo que se ha tardado en hacerla.)
Trabajando un Gusano su capullo,
la Araña, que tejía a toda prisa,
de esta suerte le habló con falsa risa,
muy propia de su orgullo:
«¿Qué dice de mi tela el seor gusano?5
Esta mañana la empecé temprano,
y ya estará acabada a mediodía.
Mire qué sutil es, mire qué bella…»
El Gusano con sorna respondía:
«Usted tiene razón: ¡así sale ella!»10