Es muy bello callar,
pero reír más bello todavía
cuando un cielo de seda nos cobija,
reímos francamente, sin nada
que amengüe o turbe la expansión amiga.
Si procedo bien, callaremos,
y si procedo mal, podemos reír,
pero siguiendo firmes en la empresa.
Cuando mayor sea el daño,
mayor risa se nos ofrece
hasta que descendamos a la huesa.
¡Nada de excusas!
Acoged este libro en vuestros brazos,
vosotros los de corazón libre,
y creed que jamás mis sinrazones,
por muchos odios que me atraigan,
sirvieron para execrar nada.
De lo que encuentro y busco con empeño
¿habló algún libro jamás?
¡Ven en mí la pasión de los locos!
Honradme, que anhelé vuestra ventura;
y sacad de este libro amargo
razones para todo.