XVIII

—Como quieras, sobre tu cadáver —asintió Shrek.

—¡No te hagas el valiente, bribón! —replicó el caballero.

—Hazme el honor de dejarme pasar, que hay una doncella con la que Shrek se quiere desposar —ordenó el ogro.

—Entonces mereces probar el sabor de mi acero; voy a golpear todas las costras de tu estúpido cabezón, forastero.

Y el caballero lo golpeó.