XV

Shrek siguió caminando sin rumbo fijo. Se preguntaba si algún día encontraría a su princesa, cuando vio un burro que pastaba.

¿Sería ese el burro del que le había hablado la bruja? Shrek corrió hacia él y pronunció las palabras mágicas:

—¡Pastel de manzana!

El burro lo miró con ojos somnolientos y rebuznó:

Observo, escudriño, esto hago;

cuando paseo tranquilo en la pradera,

busco el trébol y deambulo como un vago.

Paso el día de cualquier manera;

rumiante y vagabundo, la hierba me trago.