«La literatura es la infancia al fin recuperada».
GEORGES BATAILLE
«Sabio, no hay nada escrito. Da la vuelta a unas hojas más. El rey giró otras páginas más, y no transcurrió mucho tiempo sin que circulara el veneno rápidamente por su cuerpo, ya que el libro estaba envenenado. Entonces el rey se estremeció, dio un grito y dijo: El veneno corre a través de mí. El sabio Ruyán se puso a recitar: Durante largo tiempo han sido jueces arbitrarios, pero pronto sus juicios se desvanecerán como si no hubiesen existido. Si hubieran sido justos, hubieran recibido un trato justo, pero oprimieron a la gente y el destino los ultrajó con daños y tribulaciones. Al amanecer un nuevo día, la lengua del destino les ha dicho: “Esto por aquello”. Y no hay quien pueda censurar a la fatalidad. Cuando el sabio Ruyán terminó de hablar, el rey cayó muerto».
LAS MIL Y UNA NOCHES