Capítulo 26

Diario de Patrick Boyd.

Madrid, Hotel de las Cuatro Naciones.

Martes, 11 de noviembre de 1873.

Esta mañana, breve conversación con Muñiz en su casa. Le conté lo de la visita de un desconocido a mi habitación de las Cuatro Naciones. Se quedó consternado. Me dijo que consultará hoy mismo lo de la pistola con un amigo del ministerio y que, entretanto, proceda con sumo cuidado.

Por una vez no me suministró ningún documento nuevo. ¿Se va agotando la cantera?

Le rogué, pidiéndole como siempre disculpas, que buscara la manera de conseguirme una entrevista en las prisiones militares con Pastor. Le insistí en que ya me parece imprescindible. Me dijo que haría todo lo posible.

Si me han dejado visitar allí a López, a lo mejor acceden a esta nueva solicitud, aunque Muñiz lo considera difícil. De todas maneras, no hay nadie como él para hacer la gestión.

Telegrama de Solís. Está de acuerdo. Me estará esperando el domingo 16 de noviembre a las once y media de la mañana en Castilleja de la Cuesta. Mi regreso a Sevilla no podría ser más prometedor, pues: Araceli, el coronel y Doñana, todo en uno.

Sólo hay algo que me preocupa. Los anónimos. ¿Quién me está espiando y amenazando?

A las cinco y media, nota de Muñiz. Ha hecho la gestión y conseguido el permiso para poder entrevistar a Pastor en las prisiones de San Francisco. Le contesto enseguida para agradecerle una vez más. Le explico que me voy ahora a Sevilla y que le veré a mi regreso para acordar con las autoridades la fecha del encuentro, que preveo más que espinoso. También le pido que me resuelva, si es posible, el asunto de la pistola.