2

INFORME INTERDEPARTAMENTAL

De Bradford Hyck

A Patrick Hockstetter

Fecha 2 de octubre

Asunto Telemetría, última prueba C. McGee (nº. 4)

Pat: Ya he visto las películas cuatro veces y todavía no puedo creer que no se trate de un truco de efectos especiales. Consejo gratuito: Cuando comparezcas ante la subcomisión del Senado que considerará los planes de asignaciones y de renovación del Lote Seis, no te conformes con cubrirte las espaldas: ¡colócales un blindaje! Dado que la naturaleza humana es como es, a los tipos que asistan a la proyección de estas películas les resultará difícil convencerse de que no se trata de pura superchería.

Vamos al grano: Envío las trascripciones con un mensajero especial, y este informe se les adelantará en no más de dos o tres horas. Podrás leerlas tú mismo, pero sintetizaré brevemente lo que hemos observado. Nuestras conclusiones se pueden resumir en dos palabras: Estamos pasmados. Esta vez la chica estaba más erizada de conexiones que un astronauta disparado al espacio. Notarás:

  1. Tensión sanguínea dentro de parámetros normales para una niña de ocho años, y casi no se produce ningún aumento cuando la pared estalla como la bomba de Hiroshima.
  2. Ondas alfa anormalmente altas. Lo que llamaríamos su «circuito imaginativo» está muy activo. Podrás concordar o no con Clapper y conmigo en el hecho de que las ondas están un poco más niveladas, lo cual sugiere una cierta «destreza imaginativa controlada» (esta frase bastante atroz no me pertenece: es de Clapper). Podría indicar que está empezando a controlar su aptitud y que puede manejarla con más precisión. La práctica, como dicen, lleva a la perfección. O quizá no indica absolutamente nada.
  3. Toda la telemetría metabólica se encuentra dentro de parámetros normales: no hay nada extraño ni fuera de lugar. Es como si estuviera leyendo un libro o haciendo sus deberes escolares en lugar de estar generando lo que tú dices que debió de ser un punto térmico de hasta 30.000 grados. Para mí, la información más fascinante (¡y frustrante!) es la que emana del test Beal-Searles. ¡Casi no quemó calorías! Por si has olvidado tus nociones de física —enfermedad profesional que os aqueja a vosotros los trepanadores de cráneos— la caloría no es más que una cantidad de calor: exactamente el calor necesario para hacer que un gramo de agua aumente un grado centígrado de temperatura. Durante esa modesta exhibición ella quemó quizá 25 calorías, tantas como habría quemado al hacer media docena de flexiones o al dar dos vueltas caminando alrededor del edificio. Pero las calorías miden el calor, maldita sea, el calor, y lo que ella genera es calor… ¿o no? ¿Este nace de ella, o pasa a través de ella? Y si se trata de esto último, ¿de dónde proviene? ¡Averígualo y con toda seguridad te darán el premio Nobel! Te digo lo siguiente: si la serie de pruebas ha de ser tan breve como tú informas, estoy seguro de que nunca lo averiguaremos.

Una última cosa: ¿Estás seguro de que deseas continuar estas pruebas? Últimamente me basta pensar en esa chica para ponerme muy nervioso. Empiezo a cavilar sobre cosas tales como los pulsares y los neutrinos y los agujeros negros y Dios sabe qué más. En este universo andan sueltas algunas fuerzas que ni siquiera conocemos aún, y algunas sólo podemos observarlas desde una distancia de millones de años luz… y en razón de ello lanzamos un suspiro de alivio. La última vez que vi esa película, empecé a imaginar a la chica como una grieta —una rajadura, si quieres— en el crisol mismo de la Creación. Sé cómo suena esto, pero sería negligente si lo callara. Que Dios me perdone por decir esto, cuando tengo tres encantadoras hijas, pero personalmente lanzaré un suspiro de alivio cuando la hayan neutralizado.

Si puede producir 30.000 grados de calor localizado sin siquiera intentarlo, ¿se te ha ocurrido preguntarte lo que podría ocurrir si realmente se lo propusiera?

Brad