Los otros dos hombres del sedán verde hablaban con el personal del aeropuerto. Uno de ellos descubrió al mozo de las maletas que había visto a Andy y Charlie cuando éstos se apeaban del taxi y entraban en la terminal.
—Claro que los vi. Pensé que era una vergüenza que un tipo tan borracho anduviera paseando a esa hora con una chiquilla.
—Quizá cogieron un avión —sugirió uno de los hombres.
—Quizás —asintió el mozo—. Me pregunto qué estará pensando la madre de esa niña. ¿Sabrá lo que pasa?
—Lo dudo —contestó el hombre del traje Botany 500 azul oscuro. Era totalmente sincero—. ¿No los vio partir?
—No, señor. Por lo que sé, podrían estar aún aquí, en alguna parte… a menos que ya haya despegado su avión, desde luego.