[1] Sobre esto véase H. Preuss, Das deutsche Volk und die Politik, Jena, 1915. <<
[2] Esto no significa que la actitud del ala radical del partido socialdemócrata en octubre y en noviembre de 1918 no tuviera las consecuencias más espantosas para el pueblo alemán. Sin el completo colapso causado por las revueltas en el hinterland y detrás de las líneas, las condiciones del armisticio y de la paz habrían sido muy distintas. Pero afirmar que habríamos vencido si hubiéramos resistido aún un poco más, carece absolutamente de fundamento. <<
[3] Una crítica magistral a esta teoría en E. von Böhm-Bawerk, «Macht oder ökonomisches Gesetz?», en Zeitschrift für Volkswirtschaft, Sozialpolitik und Verwaltung, XXIII, pp. 205-71 [trad. esp.: «¿Poder o ley económica?», en E. von Böhm-Bawerk, Ensayos de teoría económica, I, Unión Editorial, Madrid 1999, 2.ª ed. en volumen independiente, Unión Editorial, 2009]. La escuela estatalista de economistas alemanes alcanzó seguramente su apogeo con la teoría estatal del dinero de Georg Friedrich Knapp. El hecho realmente notable no es su enunciación, ya que sus ideas ya habían sido sostenidas siglos atrás por canonistas, juristas, románticos y algunos socialistas. Lo notable fue más bien el éxito del libro. En Alemania y en Austria tuvo numerosos adeptos entusiastas y la sustancial aprobación incluso de quienes se mostraban bastante reluctantes; en el extranjero, en cambio, fue rechazado casi unánimemente y ni siquiera se tomó en consideración. En una obra publicada recientemente en Estados Unidos se dice a propósito de la Staatische Theorie des Geldes: «Este libro ha tenido una gran influencia sobre el pensamiento alemán sobre el dinero. Es una tendencia típica del pensamiento alemán poner al Estado en el centro de todo» (Anderson, The Value of Money, Nueva York 1917, p. 433). <<
[4] En Alemania está muy extendida la opinión de que en el exterior se entiende por militarismo la realidad de los intensos armamentos militares; por eso se observa que Inglaterra y Francia, que han armado por mar y por tierra a poderosas flotas y ejércitos, han sido por lo menos tan militaristas como Alemania y Austria-Hungría. Pero es una opinión que se basa en un error de fondo. Por militarismo no hay que entender los armamentos y una genérica actitud belicosa, sino un determinado ideal de sociedad que algunos autores pangermanistas, conservadores e imperialistas han definido como ideal del «Estado alemán» y de la «libertad alemana», y otros han exaltado como la encarnación de las «ideas de 1914». Lo opuesto es el ideal social industrialista, es decir el que en Alemania durante la guerra alguien censuró como el ideal de los «mercaderes», como realización de las «ideas de 1789». Véase H. Spencer, Die Prinzipien der Soziologie, Stuttgart 1889, vol. 3, pp. 668-754 [ed. orig.: The Principles of Sociology, Londres 1876-96, 3 vols.]. Entre alemanes y anglosajones hay bastante acuerdo sobre la formación y contraposición de ambos tipos de ideales, pero no sobre la terminología. El juicio sobre ellos naturalmente no es unánime. Ya antes de la guerra y luego durante la guerra misma hubo en Alemania, además de los militaristas, los antimilitaristas, y lo mismo sucedió en Inglaterra y en América. <<