EL ORDEN DE LOS FACTORES
NO ALTERA EL PRODUCTO

Por favor, nada de «experimentación», «sintagma verbal», «niveles de lectura», «propósito lúdico». Digamos sencillamente como los matemáticos que el orden de los factores no altera el producto.

Sentado a su mesa de trabajo, con la vista perdida en la perspectiva de tejados abuhardillados, chimeneas, antenas de televisión, cúpula verde mazapán de la Ópera, cielo descolorido y anémico nuestro héroe podría escribir por ejemplo

«Busco chiquita impúber cándidamente perversa para darme de vez en cuando en las nalgas, cambiar mis pañales mojados, ponerme talco en el trasero»

o

«Adelantándose a los desastres y agresiones radioactivas que se aproximan, resguárdese y resguarde a su familia con nuestro gracioso y sensacional modelo de sombrilla nuclear»

o aún

«Después de varios siglos de cómplice y cobarde silencio sobre el genocidio del pueblo oteka, exterminado por las hordas tártaras, con la connivencia del Celeste Imperio y otras potencias asiáticas, hemos decidido pasar a la acción».

Pero, tras dar un paseíto al baño a acariciarse los cañones de la barba ante el espejo, apretarse una espinilla en la aleta de la nariz, limarse las uñas y descargar la vejiga en el lavabo, volverá a la leonera en donde redacta sus cartas obscenas y extravagancias científicas y provocará con aleve, despiadada sonrisa la inicial y monstruosa «Hecatombe» sustituyendo la grafía normal de los anuncios y rótulos de su barrio con caracteres remotos e incomprensibles.