Hace cincuenta años que se inició la revolución cubana y el país sigue bajo el control de los hermanos Castro. Se trata de un fenómeno único en la historia contemporánea. El gobierno de Francisco Franco (1939-1975), que parecía que no se acababa nunca, «sólo» duró 36 años. La dictadura latinoamericana más longeva, la del paraguayo Alfredo Stroessner (1954-1989), fue liquidada por un golpe militar al cabo de 35. Los Castro, sin embargo, siguen ahí medio siglo después de haberse abierto paso a tiros hasta la casa de gobierno.
Ya Fidel, es cierto, no es el presidente, porque en el verano del 2006, cuando tenía 80 años, casi lo mata un grave percance intestinal que lo ha dejado prácticamente postrado en una silla –lo que no le impide continuar pontificando sobre todo lo humano y divino–, pero su hermano Raúl, que era el eterno Ministro de Defensa, heredó la autoridad, aunque no, por supuesto el carisma ni la legendaria capacidad de intimidación del Comandante.
La primera edición de este libro –luego reimpresa varias veces– se publicó hace una década, en 1999, cuando planeaban reunirse en La Habana los Jefes de Estado de todo el mundo iberoamericano. Lo escribí con el objeto de que entendieran qué era Cuba y en que consistía la revolución que allí había ocurrido. Un presidente amigo se encargó de hacerles llegar los ejemplares de la obra a sus colegas. Algunos me acusaron recibo muy agradecidos.
Otros, como Hugo Chávez, me acusaron de mentir. Son gajes del oficio. >p>A esta nueva edición le he agregado un capítulo final. Se trata de una hipotética conversación en los funerales de Fidel Castro. No ha sucedido todavía, pero todo llegará.