AL PRIMER POETA DE HUNGRÍA

En esta fecha para ti futura

Que no alcanza el augur que la prohibida

Forma del porvenir ve en los planetas

Ardientes o en las vísceras del toro,

Nada me costaría, hermano y sombra,

Buscar tu nombre en las enciclopedias

Y descubrir que ríos reflejaron

Tu rostro, que hoy es perdición y polvo,

Y que reyes, que ídolos, que espadas,

Que resplandor de tu infinita Hungría,

Elevaron tu voz al primer canto.

Las noches y los mares nos apartan,

Las modificaciones seculares,

Los climas, los imperios y las sangres

Pero nos une indescifrablemente,

El misterioso amor de las palabras,

Este hábito de sones y de símbolos.

Análogo al arquero del eleata,

Un hombre solo en una tarde hueca

Deja correr sin fin esta imposible

Nostalgia, cuya meta es una sombra.

No nos veremos nunca cara a cara,

Oh antepasado que mi voz no alcanza.

Para ti ni siquiera soy un eco;

Para mi soy un ansia y un arcano,

Una isla de magia y de temores,

Como lo son tal vez todos los hombres,

Como lo fuiste tu, bajo otros astros.