LA CÁMARA FUE abriendo, desde las cercanas aspas hasta un gran plano general en el que un centenar de molinos de viento giraban y giraban provocando un gran estruendo.

En la inmensa sala en penumbras cientos de espectadores parecían contener la respiración como si presintiesen que algo importante iba a ocurrir puesto que se trataba del estreno de la película más esperada del año.

Cuando al fin la cámara consiguió mostrar la totalidad del extraño paisaje, muy a lo lejos, llegando por la carretera que corría justo por el centro del gigantesco parque eólico, hizo su aparición un Rolls descapotable que avanzaba sin prisas.

Sobre esa imagen se superpuso una leyenda:

A LA MEMORIA DE LUCIA ACQUAVIVA

Alberto Vázquez-Figueroa
Madrid-Lanzarote, enero de 2003